Pan mexicano esponja empleos, pero se endurecen ganancias

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La industria panificadora enfrenta una situación difícil respecto al tema de impuestos y por ende la preferencia de ser informal. A pesar de ello, es la tercera fuerza empleadora del país.

 

Ciudad de México.- La industria panificadora genera 1.5 millones de puestos de trabajo, convirtiéndose en la tercera fuerza empleadora del país. Su valor de mercado alcanza los 180 mil millones de pesos; la fuerza de esta industria emana de las microempresas, las cuales representan el 96 por ciento de las más de 40 mil panaderías en México.

Su importancia es tal que después de las industrias de la construcción y automotriz, es la que deja más empleos directos e indirectos generados en el país, así lo destacó la Asociación Nacional de Proveedores Profesionales de la Industria del Pan, Repostería y Similares (ANPROPAN).

[box type=”shadow” ]De las más de 40 mil panaderías que integran la industria en territorio nacional, 37 mil son pequeñas panaderías artesanales que representan un negocio sustentable y creciente para más de 1.5 millones de mexicanas y mexicanos.[/box]

Las barreras de la industria panificadora

Actualmente la industria atraviesa una etapa difícil con el tema regulatorio, el tema de impuestos, el tema de competencia desleal por todos los negocios clandestinos que están surgiendo.

Respecto a esto, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora, Erick Navarrete en entrevista para EL SEMANARIO señaló que “el tema fiscal ha generado que sea mucho más atractivo el ser clandestino”, aunado a ello, “los grandes grupos, los clandestinos y en medio, las panaderías tradicionales”, las cuales se ven en desventaja.

En 2013 se implementó un impuesto al producto de alto contenido calórico, el cual se le aplicó al pan de dulce del ocho por ciento. Por ello el ser informal, es muy atractivo para la población de escasos recursos ya que pueden comprar un producto en la calle por menos precio que el de la panadería que tiene agregado el impuesto; la implementación de este último tiene consecuencias como la informalidad que se ha detonado a partir de la entrada en vigor de la misma.

“La informalidad de la industria panadera afecta hasta en 30 por ciento los ingresos del sector”, así lo señaló Carlos González, Panificación de la Cámara de la Industria Alimenticia de Jalisco (CIAJ). En este sentido, Navarrete afirma que “los costos se han incrementado y la presión de regulación aumenta”, por lo cual es atractivo incursionar en lo informal.

La industria se encuentra en un punto de no retorno, se encuentra en un parte aguas “donde la renovación de las panaderías es necesaria, se tienen que transformar en panaderías modernas, con productos modernos, sin dejar a un lado la fortaleza de las mismas que es la elaboración tradicional del pan, aunque debe generar nuevas opciones de negocio o nuevas formas de comercialización”, señala Navarrete.

Por María Navarro.

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