La historia de un barrio de Pachuca se modificó cuando un grupo de jóvenes llamado Germen Colectivo le invirtió 14 meses al cambio, apostando por una transformación no solamente de forma, sino de fondo.
Ciudad de México (elsemanario.com).- ¿Que pasaría si usted se despertara en la mañana, saliera a las calles y se encontrara con una mezcla de colores a su alrededor? ¿Se le alegraría el día?
Pues eso sucede en Pachuca, en un barrio llamado Las Palmitas, que fuera en otro tiempo, un lugar gris y peligroso donde la gente no se detenía a conversar o interactuar de ninguna manera.
Pero la historia cambió cuando un grupo de jóvenes llamado Germen Colectivo le invirtió 14 meses al cambio, apostando por una transformación no solamente de forma, sino de fondo. Transformaron el otrora barrio gris y peligroso en un lugar lleno de colores. Hoy, Las Palmitas es un mural gigante.
De la mano de los habitantes del lugar, los muralistas del Germen pintaron más de 200 fachadas. Juntos, pobladores y artistas se apropiaron del paisaje urbano.
El director de este colorido proyecto es Enrique Gómez y se sabe que cambió una vida en medio de las pandillas por una en donde pudiera dedicarse al grafitti y al muralismo.
El objetivo de este colectivo es el de integrar a la comunidad al tiempo que cambian la concepción y rompen los estigmas negativos que pesan sobre muchas colonias populares.
El proyecto ha avanzado y con ello también el sentido de interacción de la gente. Gómez menciona que:
“Lo que me asombra más es que la gente realmente está transformándose, está creciendo, está habiendo aún más esta convivencia comunitaria, los vecinos están tomando más cartas en el asunto de la seguridad de su propio barrio“.
Financiado por el gobierno municipal, en un primer momento lo esencial fue convencer a los habitantes para que sus viviendas formaran parte de esta obra; una vez logrado esto, se cubrió cada casa con una lechada de cal, pues el proyecto va más allá de sólo emparejar el color o dotar a los edificios de la pintura, busca enseñarle a los pobladores que todos son iguales.
Quienes encabezan este proyecto, se presentan como
“una organización de jóvenes con mas de 13 años de experiencia en formas alternativas de comunicación como el Graffiti, el Muralismo, la Investigación Social y la Documentación Audiovisual. Trabajamos re-funcionalizando espacios públicos, impulsando una nueva forma de hacer muralismo que aporte a la regeneración de nuestro desgastado tejido social a través de la construcción y reinterpretación de la identidad del ciudadano actual, fortaleciendo nuestra historia y practicas socioculturales”.
¿Qué le parece?
¿Se imagina usted lo motivante que debe ser salir todas las mañanas y ver que un entorno estigmatizado o agresivo se modifica diariamente hacia una mejora barrial y que ese cambio no sólo tiene que ver con la estructura y los colores sino con la convivencia de los vecinos? Puede ser un medio de inspiración para transformar de manera positiva y propositiva los entornos próximos, como ha sucedido en esta comunidad de Pachuca.
