La primera ronda de negociaciones del TLCAN concluirá el próximo domingo con un documento base para iniciar formalmente la negociación en cada una de las mesas
El tema del salario mínimo en México es un asunto de materia interna y no cabe dentro de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), afirmó el secretario de Economía, Idelfonso Guajardo.
El funcionario federal precisó que por el momento el tema no forma parte de las mesas de negociación del TLCAN, a pesar de que el gobierno de Estados Unidos ha referido en varias ocasiones que el país necesita homologar los salarios laborales, horarios y estándares de seguridad social en los países que forman parte del acuerdo comercial.
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“La política salarial corresponde a un esquema interno, de diálogo y construcción de consensos entre los diferentes actores que están en la economía del país y que eventualmente reflejará claramente las condiciones que cada uno de los actores establece en la mesa”, señaló Guajardo, según rescata La Jornada en su portal web.
El funcionario federal explicó que el gobierno mexicano fue uno de los primeros en apoyar que el capítulo laboral se incluyera en el fallido Tratado de Asociación Transpacífico (TTP), que originalmente buscaba modernizar el TLCAN. El objetivo del capítulo era que quedara sujeto a las mismas condiciones de arbitraje y sanciones en caso de violaciones a la legislación laboral de cada país, pero no implicaba aumentos de salario en México.
Guajardo destacó que la primera ronda de negociaciones del TLCAN concluirá el próximo domingo cuando se pretende tener listo un documento base para iniciar formalmente la negociación en cada una de las mesas que se instalaron entre las delegaciones de Canadá, México y EU.
En el caso de México, el equipo negociador está acompañado por ocho senadores y casi cien empresarios que participarán en el llamado “cuarto de al lado”.
Los funcionarios federales consultarán a los empresarios en cada tema y cuando lo consideren necesario, sin embargo, Guajardo aseguró que eso no quiere decir que las opiniones de los empresarios sean “determinantes”, y también explicó que “nada se pone en la mesa hasta no generar los consensos necesarios”.