Luego de que Donald Trump asegurara que el vecino país se encuentra al “borde del colapso”, Barack Obama, actual presidente de Estados Unidos, así reaccionó.
El magnate estadounidense, Donald Trump, durante la Convención Nacional Republicana, en la que aceptó la nominación presidencial republicana, sostuvo que Estados Unidos se encuentra al “borde del colapso”.
En respuesta a estas declaraciones, el presidente norteamericano, Barack Obama, aseguró que las cifras de delincuencia violenta y de inmigración ilegal han caído bajo su dirección a sus tasas más bajas en décadas.
[box type=”shadow” ]Estas declaraciones fueron recogidas por la agencia AP de una conferencia de prensa en la Casa Blanca después de un encuentro con el presidente mexicano Enrique Peña Nieto.[/box]
Obama negó que el país al cual dirige esté sitiado por inmigrantes ilegales, militantes del Estado Islámico y violencia tracista. En este último punto, el mandatario norteamericano se enfrenta con un punto débil de su administración.
Pese a este contexto, Obama dijo, “esta idea de que Estados Unidos está de alguna manera al borde del colapso, esta visión de violencia y caos en todas partes, realmente no corresponde con la experiencia de las personas”.
El presidente norteamericano sostuvo que los comentarios del magnate, además de ser falsos, no deben ser un punto de no retorno para las elecciones del 8 de noviembre.
“No vamos a tomar buenas decisiones basadas en temores que no tienen una base en la realidad”, señaló.
Obama reconoce, su referencia no ayuda
El índice de delitos violentos, agregó Obama, ha sido menor durante su mandato que en cualquier momento en las últimas décadas.
Sin embargo, reconoció un aumento en homicidios en algunas ciudades de Estados Unidos este año.
En este sentido, el mandatario señaló que los crímenes violentos de la actualidad no se comparan con la cifra reportada durante el mandato de Ronald Reagan en la década de los 80.
Obama utilizó el mismo argumento al hablar de la inmigración, al decir que el cruce ilegal por la frontera es de apenas un tercio de los que fue durante el gobierno de Reagan, y más bajo que el cualquier momento desde ese entonces.
