Teoría de la identidad: conciencia es actividad cerebral

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Hacia finales de los años 50 se publicaron varios trabajos filosóficos que animaron la discusión más actual del problema mente-cuerpo, al identificar de manera rotunda a las actividades mentales, a sus contenidos y a la conciencia misma como operaciones del cerebro. Esta idea estrictamente materialista venía gestándose desde el siglo XIX en fisiólogos como Helmholtz y DuBois Reymond o a principios del XX con Pavlov, pero la formulación mencionada tuvo mayor impacto filosófico por provenir de expertos en la llamada filosofía analítica, que otorga la mayor importancia y credibilidad a la argumentación lógica novedosa y estricta. Es de interés mencionar que, al mismo tiempo y de manera independiente, se formula una opción idealista, igualmente absoluta y situada en las antípodas ontológicas del materialismo cerebral, por parte del físico austriaco Werner Schrödinger, uno de los protagonistas de la revolución cuántica y Premio Nobel en 1933. También, independiente al debate filosófico, veremos que varios neurofisiólogos eminentes se convencen de un dualismo mente-cuerpo. Por lo pronto, vamos a revisar los inicios de la teoría de la identidad mente-cerebro.

Varios artículos que desencadenaron la discusión contemporánea fueron elaborados por filósofos australianos. Entre ellos destacan: Is consciousness a brain process? (¿Es la conciencia un proceso cerebral?) de 1956, firmado por U. T. Place y Sensations and Brain Processes (Sensaciones y procesos cerebrales) de 1959, por J. J. C. Smart. La identidad propuesta intentó evitar la objección de sentido común de que la mente y el cerebro tienen propiedades muy distintas para que puedan ser identificados como la misma cosa. Para los materialistas australianos no hay impedimento lógico para identificar los dos ámbitos, pues esto ocurre con muchos fenómenos estudiados por la ciencia que se comprenden al identificar una cosa con otra. Por ejemplo, Place afirma que identificar la conciencia como un mecanismo cerebral no es diferente a decir que la luz del relámpago es una descarga de cargas eléctricas en la atmósfera. La luminosidad del relámpago o tener un dolor, serían idénticos a descargas eléctricas de diferentes magnitudes y localidades: la conciencia es algo físico.

neurociencia
El filósofo australiano Ullin T. Place (izquierda), junto con su colega J. J. C. Smart, ambos de la Univesidad de Adelaide, propusieron en los años 50 la teoría de la identidad de la conciencia con la actividad cerebral. Place murió en el año 2000 y donó su cerebro, que aparece a la derecha, para que se exhibiera en su universidad con la siguiente leyenda: “¿Contuvo este cerebro la conciencia de U. T. Place?”. Según su propia teoría, la leyenda podría haber dicho: “Este cerebro contuvo la conciencia de U.T. Place”.

La identidad psiconeural es funcional en un sentido particular, pues no afirma que la mente es producto del cerebro, como la bilis es producto del hígado, sino que una actividad mental, como experimentar un dolor, es idéntica a un proceso cerebral que será precisado en detalle por la neurofisiología. De esta manera, los australianos afirman que cuando experimentamos dolor ocurre un patrón de actividad cerebral en forma de descargas eléctricas de ciertas fibras nerviosas, de tal forma que tener un dolor es idéntico a la descarga de estas fibras en el sistema nervioso. Cuando el proceso neuronal esté caracterizado, se podrá afirmar que es idéntico al dolor y se reduce la comprensión del dolor a la de su fundamento cerebral. Esto constituye un reduccionismo que ha sido objeto de un debate intenso en la filosofía de la ciencia y al que volveremos con frecuencia. A más de 50 años de la propuesta de la identidad, el sustrato cerebral específico del dolor en general, o de cada uno de los dolores particulares, no está plenamente definido. Se conocen en detalle los receptores, las vías nerviosas que conducen la sensación dolorosa, sus relevos en la médula y el cerebro, los neurotransmisores involucrados, así como las áreas cerebrales que se activan al experimentar el dolor, pero no se sabe cómo estos estados físicos del sistema nervioso se experimentan como dolor.

gráfico dolor
Caricatura de la matriz cerebral del dolor que incluye la actividad de muchas áreas del cerebro que se activan cuando un sujeto experimenta dolor. La teoría de la identidad afirma que el dolor que el sujeto siente es idéntico a la actividad de esa red de neuronas. Figura tomada de un video de Brendan Haslam. (https://www.youtube.com/watch?v=ZYMDTfAc56g).

Como se puede suponer por esta breve descripción, la teoría de la identidad no fue convincente para todos, pues la neurofisiología no explica precisamente cómo la actividad de una red de neuronas que se enciende cuando el sujeto tiene un dolor, se siente como un dolor. Falta así un elemento esencial para resolver el problema a este nivel subpersonal, que es conocer qué es y cómo se constituye el estado consciente, el dolor en este caso. Algunos teóricos de la identidad optaron por reducir la conciencia a su identidad cerebral en el sentido de que el concepto de conciencia es una noción de psicología popular que no es posible definir o especificar de manera conveniente. En este punto la teoría de la identidad del austriaco Herbert Feigl (1902-1988) difiere de sus colegas australianos. Veamos.

científico
Herbert Feigl, hacia 1960.

Recordemos que Feigl fue uno de los últimos integrantes del Círculo de Viena y que emigró a consecuencia del nazismo a Estados Unidos llevando consigo el bagaje filosófico de sus maestros, como Carnap y Schlick quienes ya habían esbozado una teoría materialista de la mente. En el célebre ensayo The `Mental’ and the ´Physical´ (Lo “mental” y lo “fisico”) de 1958, Feigl acepta que hay una diferencia en los conceptos de sentido común y el lenguaje de la psicología con los de la neurofisiología. La identidad entre un estado mental y un estado físico fue aseverada por él con la idea de que existe un doble lenguaje y un doble conocimiento entre lo mental y lo físico como dos sistemas conceptuales, pero no como una diferencia entre dos áreas de la realidad. No se trata de la misma realidad vista o manifestada en dos formas diferentes, sino abordada y designada por dos sistemas conceptuales, a saber: la psicología y la neurofisiología. Feigl es ciertamente un monista, pues cree en una sola realidad, pero no es un reduccionista en el sentido de que plantee que lo psíquico pueda ser entendido plenamente por lo físico. Hace una diferencia entre el conocimiento por experiencia, algo que denomina tener “sensaciones crudas” y el conocimiento por descripción, propio de la física, concretamente de la neurofisiología. Pero, a pesar de estas diferencias, lo que una persona siente por experiencia y lo que otra registra en su cerebro son la misma cosa: en esto consiste la identidad. Para ilustrar el caso de manera lógica, Feigl utiliza el célebre ejemplo de Gottlob Frege de los términos “Estrella de la Mañana” y “Estrella de la Tarde” que tienen dos connotaciones y sentidos diferentes, pero el mismo referente: el planeta Venus, que unas veces se ve en la madrugada y otras en el crepúsculo.

venus
Frege señaló que las expresiones “Estrella de la Mañana” y “Estrella de la Tarde” son diferentes en su sentido semántico. El hecho de que las dos tengan el mismo referente, el planeta Venus, fue un descubrimiento empírico. De igual manera, Feigl considera que una sensación consciente y la actividad correspondiente del sistema nervioso son dos descripciones con el mismo referente, lo cual se descubre mediante la psicofisiología que considera estados psicológicos y fisiológicos. Figura tomada de: https://welovephilosophy.com/tag/evening-star/

Ahora bien: ¿qué son precisamente estas “sensaciones crudas” para Feigl? Al parecer coinciden con los qualia de los antiguos escolásticos, la manera como se siente un dolor, el ver un color determinado, entender un concepto particular, experimentar una emoción concreta. Estos estados mentales se consideraron estrictamente privados, difícilmente expresables en lenguaje cotidiano y. por ello. imposibles de verificar por la ciencia. La propuesta de Feigl requiere que las dos descripciones, la psicológica de las sensaciones crudas que experimenta un sujeto y la neurofisiológica de los procesos y mecanismos del sistema nervioso, tengan un alto grado de precisión y confiabilidad científicas. Dado que este requisito se cumple por la neurofisiología, pero no por la psicología introspectiva, Feigl afirma que las sensaciones crudas y privadas pueden ser susceptibles de una adecuada descripción pública, porque la designación de la experiencia privada mediante el lenguaje no tiene por qué ser diferente de la designación de los objetos del mundo físico. En los dos casos hay una traducción de una sensación al lenguaje.

libro
Portada de “The Mental and the Physical: The Essay and a Postscript” de Herbert Feigl en la edición de 1967 por la Universidad de Minnesota, donde este filósofo austriaco del Círculo de Viena pasó sus últimos años.

El problema mente-cuerpo para Feigl no tendrá solución al reducir o al eliminar a la introspección o a las sensaciones crudas del análisis teórico y científico, sino al integrarlas en interdisicplinas como la psicofísica o la psicofisiología, que en ese tiempo estaban en pleno desarrollo. Todo esto es muy diferente del reduccionismo de los identistas australianos para quienes la conciencia se explicará plenamente por la neurofisiología.

Los contenidos de la columna Mente y Cuerpo forman parte del próximo libro del autor. Copyright © (Todos los Derechos Reservados).

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Raúl Maldonado Rodriguera

Me doy cuenta que soy injusto al emitir juicios sin leer el libro completo.
No puedo ocultar mi animadversión al Materialismo porque nos reduce a robots orgánicos, elimina el “Yo”, y niega el libre albedrío. Nos mata sobre el papel ,y tiene efectos nefastos sobre la voluntad de vivir , desalienta el buscar “hacernos corazón nuevo y espíritu nuevo “ Ezequiel 18:31, y transformar el mundo que gime como con dolores de parto, y aguarda con ansias la “gloriosa manifestación de los hijos de Dios” (quienes logran transformarse a sí mismos) Romanos 8:13-20.

El Materialismo nos quita las ganas de vivir:

1.- Epicuro , materialista de segunda generación,quien hizo una crítica devastadora a la creencia en Dios por la existencia de tanto mal en el Universo, dijo “si el ‘clinamen’ -un hipotético movimiento lateral incausado y azaroso de los átomos en su caída gravitacional- no origina el libre albedrío, mejor nos regresamos a la creencia en los dioses a pesar de todas sus iniquidades”. No creo en una Realidad mayor que lo material por este honesto razonamiento de Epicuro, pero es mucho mejor que muchos de sus sucesores.
Por 22 siglos, muchos Materialistas posteriores han cerrado los ojos y oídos a esta claridad de pensamiento de Epicuro y solo hablan de él lo que abone a su creencia fisicalista.
2.- Hobbes, el primer Materialista moderno, de la paso evadiendo al obispo Bramhall en el célebre carteo sobre el libre albedrío. No es con evasiones ni ocultamientos como podemos llegar a claros y vivificantes ambientes intelectuales necesarios para el florecimiento de todas las personas.
Fue muy cómodo para Hobbes escribir al calor de la chimenea y bien comido y el pueblo muriéndose de frío y hambre.
3.-Marx presentó su tesis doctoral sobre un comparativo entre las filosofías de Democrito y Epicuro. Porque no es conocida la anterior cita de Epicuro?
Porque Marx y Feuerbach y Nietzche y otros materialistas evaden hablar de esto?
4.- Según tengo entendido, William James se enfermó al absorber el materialismo aleman, hasta que dijo:
“Mi primer acto de libre albedrío es creer en el libre albedrío “.
5.-En la breve autobiografía de Darwin, nos dice con cierta amargura, que había perdido el gusto por la música y la poesía, que se había convertido en una máquina de procesar datos.
No hace falta el fuego del Alma, la luz del Espíritu?
Claro que es cuestión de Fe creer en mi Alma en tu Alma, en tu Espíritu. Pero sin esa Fe, siento que se me va el aliento!
En estos terribles tiempos que vivimos, es vital creer en la Fraternidad Universal, que se sustenta en creernos Humanos, seres sobrenaturales, que debemos “hacernos corazón nuevo y espíritu nuevo “, y que la selección natural no puede ser la última palabra, sino la solidaridad, la Fraternidad Universal, lo que hablan varias religiones.
No podemos esperarnos cien años o mil o cien mil años para darnos cuenta que nos describe mejor una creencia Espiritualista que una materialista.
Por cierto, fui a internet para saber más de Place, y al final se dan los datos de un libro escrito por un filósofo australiano, cuyo título deja ver qué hay filosofías que dañan a los jóvenes y a la humanidad. Luego doy el título.
Tengo 4 días en la CdMx, pase por una librería del fce y me encontré con un libro de la Dra Juliana González.
Termina diciendo que no se puede sacrificar ni al cuerpo ni al espíritu. Comparto su conclusión. Soy dualista convencido. De dualista hacia arriba.
No me he sentido bien de Monista. Ni el Materialismo me sienta bien, ni el Panteismo.
De Mayo a junio de mil novecientos setenta y siete le hice la lucha a convertirme a Panteista pero no lo aguante. Me hace falta la individualidad, el Yo.

Se me viene a la mente, “El debate del siglo”, entre Richard Dawkins y y Deepak Chopra, en “La ciudad de las ideas”, en Puebla, Mex. en 2013.
Le pregunta Deepak a Dawkins: crees en el libre albedrío? … Dawkins se estremece y contesta: Es una ilusión que amo mucho.
Claro que es una creencia exógena al materialismo, pues me parece claro que de estructuras atómicas y movimientos de iones y neurotransmisores, por sí solos, no puede surgir el libre albedrío.
Epicuro lo vio claramente.
Porque no se habla de todo esto en las escuelas y universidades?
Es necesaria una Reforma Educativa que incluya todo esto, pero habría que modificar a el artículo tercero, pues este dice que la educación deberá ser en base a los avances de la ciencia, y como en la corriente mayoritaria de neurocientificos, no se cree en el libre albedrío, abría que hacer lugar a que se le dé voz y voto a la Religión en la constitución. En este tema fundamental.
Si la última palabra la va a tener el darwinismo social y el materialismo, estamos perdidos.
Confío en que triunfe el pluralismo. Que se le dé voz a todas las creencias, sin ocultar sus partes débiles o inhumanas.
Que podamos construir la Fraternidad Universal.

Raúl Maldonado Rodriguera

Al final de la biografía de U. T. Place, en la wikipedia, se menciona el libro de : J. Franklin, “Corrupting the Youth: A History of Philosophy in Australia”, 2003, ch. 9.
Gracias Dr Díaz por darnos a conocer de la vida y obra de algunos de los que han ido lidereando la investigación en el debate mente-cuerpo a travez de los siglos.

José Luis Díaz Gómez

Estimado Raúl Maldonado, veo que conoce usted el devenir histórico del problema mente cuerpo. Varias de las personalidades y de las citas que menciona en su amable correo las he abordado en esta misma columna desde hace más de un año. Respeto su posición dualista y. como la he revisado y continuaré haciéndolo, intento darle el lugar que le correponde en este debate ya milenario. El dualismo de propiedades es en mi parecer indiscutible, lo mental y lo físico, como decía el recién revisado Feigl, constituyen dos lenguajes en nuestra vida diaria y en los enfoques académicos de la psicología y la neurofisiología. El problema sigue siendo si el mundo es una unidad o una dualidad en su esencia. Falta en este Colimna Mente Cuerpo cubrir las últmas etapas del debate desde 1950 hasta la actualidad. Espero ser justo con las posiciones que se van depurando y encontrando sus obstáculos. Hacia el final intentaré presentar el estado actual de la cuestión y las posbilidades de resolverlo por la vía empírica. Le reitero mi gratitud por su asidua lectura y su convicción razonada.

Raúl Maldonado Rodriguera

Estimado Dr. Díaz.
Agradezco el envío de su email por conducto amable de El Semanario. Desgraciadamente se perdió el mensaje.
Le pido encarecidamente me reenvié su email.

Raúl Maldonado Rodriguera

Se lo pido encarecidamente porque creo que nuestras respectivas investigaciones se pueden enriquecer mutuamente. Aunque yo no tenga ni un libro de mi autoría.
En medio de tanta ceguera, y obscuridad y egoísmo individual y nacionalismos, hace falta la luz del conocimiento y de la solidaridad, de la Fraternidad Universal. De aquí la relevancia de las Religiones Universalistas que buscan que todo ser humano logre autotranformarse y así salir adelante.
De aquí la importancia de lograr un Modelo de la Realidad del Ser Humano y de el Universo, que refleje no sólo nuestra vileza sino también nuestra nobleza.
“…saca lo precioso de lo vil” Jeremías 15:19.
Por todo esto se ve mi enorme inconformidad con los modelos de realidad que representan a los seres humanos como “robots orgánicos”.
Cuanta distancia a la Antropología emanada de la Biblia que exige que :
1.- Busquemos la verdad Jer 5:1
2.- Que nos hagamos corazón nuevo y espíritu nuevo Ezequiel 18:31
3.- Que seamos medios y colaboradores para que todas las Naciones del Mundo ??? logren el bienestar, que es poco que una sola nación salga adelante Isaías 49:6.
Todo esto desde la Fe que somos a imagen y semejanza de el Eterno pero que debemos sacar lo precioso de lo vil. Esto da origen a una Antropología que fomenta La auto transformación y la elevación y crecimiento de dada Ser Humano.
Hay ciertas corrientes en las neurociencias que están resucitando antiguas filosofías o o el Panpsiquismo, que contrasta con el Panmaterialismo. Un ejemplo de que se puede llegar a construir un mundo en que se respete a humanos y no humanos.
Buenas noches Dr. Díaz.

Raúl Maldonado Rodriguera

…Ya nos ha compartido algo del Panpsiquismo si mal no recuerdo…Por supuesto que tiene enormes obstáculos teóricos, pero es una muestra qué hay mucha ebullición en las neurociencias que nos hablan de psiquismo de alma de espíritu aunque sea de nombre.

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