La muerte de Cecil, el león más famoso de África, da cuenta de lo crueles que podemos ser los humanos.
Ciudad de México.- El pasado 13 de julio, la Asociación de Cazadores y Guías Profesionales de Zimbabue, emitió un comunicado en el cual confirmaban la muerte de Cecil, el león más famoso de ese país africano, durante un safari realizado en un terreno privado.
Días después, la organización confirmó que expulsó “de manera indefinida” al cazador profesional que estaba a cargo del safari y que ayudó a matar al animal para recibir la cantidad de 50 mil dólares. Cecil era un león de 13 años de edad, fácilmente reconocible por su melena negra, de cuyo cuello colgaba un collar que lo identificaba.
[box type=”shadow” ]Científicos de la Universidad de Oxford le colocaron a Cecil un collar como parte de un estudio sobre la población de leones en esa área, el cual comenzó en 1999.[/box]
Gracias a las investigaciones, se identificó al cazador responsable de esto. Walter James Palmer fue quien disparó la flecha que hirió al animal que agonizó aproximadamente 40 horas y que finalmente murió a las afueras del parque nacional de Hwange. No contento con esto, Palmer cortó su cabeza como trofeo y le quitó la piel.
Las consecuencias
Al asesinar al león Cecil, no solamente se acabo con su vida, su muerte traerá un desequilibrio y vacío de poder en la manada de la cual era el líder, el el siguiente león en la jerarquía muy probablemente, matará a todos los cachorros de Cecil para introducir su linaje entre las hembras.
“No sólo perdimos a Cecil, también a la mitad de su familia porque su descendencia no sobrevivirá la llegada de un nuevo macho. El próximo macho matará a unos 12 cachorros“, asegura Jonnhy Rodrigues, presidente de la organización de caridad Fuerza de Conservación de Zimbabue.
El caso del león Cecil, es una muestra de la poca sensibilidad y empatía que los humanos suelen demostrar frente a otras especies, e incluso frente a su prójimo. La Tierra tienen en el hombre a su máxima amenaza, durante siglos nos hemos dedicado a mermar la riqueza natural que nos rodea. Es responsabilidad de cada individuo colaborar por que nuestro planeta sane luego de tantas heridas que le hemos hecho, es nuestra responsabilidad procurar a todo ser vivo que nos rodea.
Por María Navarro.
