Trump y Angela Merkel han intensificado la tensión entre Estados Unidos y Alemania con sus recientes declaraciones; pero, de fracturarse la relación ¿quién perdería más?
Las tensiones entre Estados Unidos y Alemania se intensificaron con las fuertes críticas de Angela Merkel ante la postura de Trump en la OTAN y el G7; incrementando la incertidumbre de la relación diplomática y económica de ambas naciones.
En su primera gira de Estado por Europa y Oriente Medio, el primer mandatario estadounidense llevó un discurso de crítica ante sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico (OTAN), donde señaló la desventaja de Estados Unidos por el gasto militar que realiza y posteriormente se negó a respaldar un acuerdo climático mundial ante los integrantes de las siete economías más fuertes del mundo, G7.
Los ataques de Trump fueron particularmente contra Alemania, reprochando que no gasta más en defensa y acusó a algunos miembros más de deber grandes cantidades de dinero, haciendo más tarde alusión al déficit comercial de los alemanes con Estados Unidos.
“Alemania debe sumas enormes de dinero a la OTAN y Estados Unidos deber recibir un mayor pago por la poderosa, y muy onerosa defensa que proporciona a Alemania”, dijo Trump.
Esta no han sido las primeras críticas del gobierno de Trump a Alemania. A pocos días de haber asumido el poder, el su gobierno acusó directamente a Alemania de aprovechar el euro para explotar a la Unión Europea y a Estados Unidos, además señaló al dominio alemán como el principal obstáculo en las negociaciones con Estados Unidos y la creación de tratados de libre comercio con la Unión Europea.
Relación económica entre Alemania y Estados Unidos
Alemania y Estados Unidos tienen una estrecha relación económica. En 2015 Estados Unidos superó a Francia como primer socio comercial de la economía germana.
Después de la Segunda Guerra Mundial la relación entre Estados Unidos y la el Berlín occidental creció con gran fuerza, factor fundamental para alcanzar el llamado milagro económico alemán.
La relación comercial entre ambas naciones se enfrió en 2005 con el gobierno del canciller Gerhard Schroeder, quién criticó a Estados Unidos por su invasión a Irak; sin embargo, la llegada de Angela Merkel y Barack Obama restaurando los lazos entre Berlín y Washington.
A pesar de los roces de 2013 cuando se reveló que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense había interceptado teléfonos particulares de numerosos líderes extranjeros, incluyendo a Merkel, la relación se mantuvo sin riesgos económicos, hasta la llegada de Donald Trump en 2017.
La búsqueda de una economía proteccionista de Trump para Estados Unidos se contrapone a la apertura comercial defendida por Merkel para Alemania y todos los socios de la Unión Europea.
Si bien Alemania mantiene un déficit comercial de 64,900 millones de dólares con Estados Unidos, la relación comercial implica empresas trasnacionales y miles de empleados de firmas alemanas en territorio estadounidense.
En sus recientes declaraciones en Twitter, Trump ha señalado el amplio déficit comercial que Alemania sostiene con Estados Unidos, un texto que se podría interpretar como una amenaza a la relación comercial entre naciones; sin embargo, Trump debe de recordar que Alemania es el líder económico de todo un bloque llamado Unión Europea y señalar inconformidad con ella representaría un conflicto con la mayor parte de Europa.
“Tenemos una unión monetaria. Prácticamente somos un mercado común. Señalar a un solo país, creo que, no es lo más apropiado.” Dijo Angela Merkel la agencia alemana de noticias Dpa.
De iniciar pretender una guerra comercial con Alemania, Trump se podría enfrentar a obstáculos como lo sufre en su intención de renegociar el TLCAN entre México y Canadá.
En todo, la economía de Estados Unidos podría salir perdiendo y cuatro años de gobierno podrían no serían suficientes para deshacer los nudos que lo unen con Alemania y el resto del mundo.
