Conoce cómo comenzó la tradición de decorar un pino para celebrar la Navidad.
Al llegar la temporada navideña podemos encontrar diversos adornos característicos de la época, sin embargo, el más popular es el pinito de navidad. Colocado en casas, escuelas y centros comerciales, este tiene una gran historia que data de cientos de años atrás.
Se originó en la cultura de los Celtas de Europa Central, quienes usaban árboles para representar a varios de sus Dioses, entre ellos Odín.
En esta cultura, coincidía la celebración de la Navidad cristiana, con su festividad por el nacimiento de Frey, Dios del Sol y la fertilidad, en la que solían adornar un árbol que era llamado “Divino Idrasil” (Árbol del Universo), del que creían que en su copa se encontraba el cielo y en sus raíces en el infierno.
Por otra parte, San Bonifacio, evangelizador de Alemania, reemplazó uno de los árboles que representaba al Dios Odín por un pino para honrar al Dios cristiano.
Dicho árbol era adornado con manzanas que representaban el pecado original y con velas que representan la luz de Jesucristo. Una vez dentro del cristianismo se fueron tomando algunas de estas tradiciones como propias de la religión, hasta que se adoptó la idea del arbolito para honrar a Cristo.
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Se tiene registro del primer árbol de Navidad decorado como lo conocemos en la actualidad en Alemania en el año 1605 durante la festividad navideña. A partir de ese año, la tradición se fue expandiendo por toda Europa hasta llegar a España en 1870 (quienes posteriormente lo traerían a América con la conquista), a Finlandia en 1800, y a Inglaterra en el año 1841.
Durante ese transcurso, fue tomando cambios en su decoración y tradiciones, por ejemplo: el regalar juguetes o ropa a los necesitados colocándolos bajo el pino para que los encontraran al acercarse a él, hasta llegar a nuestros días donde millones de personas a lo largo del mundo suelen encontrar regalos navideños la mañana del 25 de diciembre.
