Cuidado: el “sharenting” podría ser mucho más peligroso de lo que crees

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Se estima que para el 2030 el “sharenting” podría costar más de 870 millones de dólares en fraudes en línea como suplantaciones de identidad, entre otros.

Ser padres es una de las experiencias más enriquecedoras que podrás vivir, pero quizá debas esperar un poco antes de compartir información vital sobre la vida de tus pequeños en redes sociales.

Y es que el “sharenting”, anglicismo que proviene de la palabra share (compartir) y parenting (paternidad), es una práctica sumamente habitual (el diccionario británico Collins lo incluyó el término en sus páginas en 2016), podría ser enternecedor y significativo para los padres, pero en el futuro, quizá muchos niños no estén para nada de acuerdo con que sus vidas hayan sido compartidas sin habérseles consultado.

¿Es malo el sharenting?

Lo sabemos, ser padre, incluso la sola noticia de que vamos a serlo, basta para querer compartir toda nuestra felicidad con el mundo entero. Fotos de la primera ecografía, del primer baño, compartir imágenes de tus hijos es algo hermoso, pero conlleva el riesgo de que varias plataformas convierten las imágenes y geolocalizaciones en información de dominio público.

Uno de los principales inconvenientes de esta práctica es que cada año, miles de imágenes “robadas” se usan sin autorización en campañas publicitarias, o incluso para estafas online.

En el peor y más peligroso de los casos, los datos de geolocalización permiten saber en qué lugar exacto están los pequeñitos y esta información está disponible para todo el mundo en Internet.

¿Los niños estarán de acuerdo?

De acuerdo con la BBC, a muy pocos padres les preocupa lo que sus hijos piensen dentro de algunos años, cuando se enteren de que sus padres han compartido con todo detalle sus vidas desde el minuto mismo en que vinieron al mundo.

Este dato no se puede minimizar, ya que de acuerdo con la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños (NSPCC, por sus siglas en inglés), en Reino Unido, “cada vez que una foto o video es publicada, se crea una huella digital del niño que puede seguirlo en su vida adulta”.

“Si se trata de niños muy pequeños, piensa en si les gustaría que lo publicaras o si les avergonzaría. Si no estás seguro, es mejor que no lo hagas”, comentó a la BBC una vocera del NSPCC.

Otras razones

Si estás por encima de los debates éticos, otra buena razón para tener cuidado con las imágenes y datos que compartes es que las redes sociales pueden ser aprovechadas por delincuentes para cometer fraudes por Internet.

Se estima que para el 2030 el “sharenting” podría costar más de 870 millones de dólares en fraudes en línea como suplantaciones de identidad, entre otros.

 

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