La crisis se agudiza en una Bolivia sin Evo Morales. Mientras el expresidente se encuentra en México, los bolivianos hacen largas filas por alimento y gasolina
No, no es Venezuela, es La Paz. Filas enormes se ven en las calles con familias enteras en busca de alimento y combustible; es el escenario que se vive en una Bolivia en crisis sin su líder indígena, Evo Morales, que vive en México bajo asilo político.
Con nuevo mandamás al frente del gobierno boliviano alejado radicalmente del sendero izquierdista, un avión militar Hércules aterrizó el sábado 16 de noviembre para abastecer a los habitantes de la capital con productos cárnicos desde la influyente zona de El Alto.
La presidenta interina Jeanine Añez y el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano dijeron haber establecido un puente aéreo a La Paz, cercada por bloqueos carreteros y protestas.
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La nación andina estalló en crisis luego de las elecciones del 20 de octubre. El entonces presidente Morales, quien ganó las elecciones, renunció el domingo pasado después de que una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) revelara evidencia de fraude electoral.
Bolivia permanece en el limbo una semana después de que Morales, un carismático izquierdista y exagricultor de coca, renunciara ante las acusaciones de manipulación de votos. Los legisladores aún no han acordado una fecha para nuevas elecciones.
Los partidarios de Morales salieron a las calles poco después, a veces armados con bazucas caseras, pistolas y granadas, bloqueando carreteras y enfrentándose a las fuerzas de seguridad.
Algunos partidarios de Morales han exigido la renuncia de Añez, exlegisladora conservadora. Le han dado hasta la medianoche del lunes para retirarse, y han convocado elecciones en 90 días.
En la zona de El Alto, popular por rodear a La Paz, líderes comunitarios alineados con el exmandatario convocaron a una huelga general, aumentando el espectro de la escasez de suministros en la capital.
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