En algún lugar llamado New’s Divine

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Hoy se cumplen siete años del operativo policíaco que desencadenó, oficialmente, la muerte de nueve adolescentes y tres policías en aquel lugar que para el día de hoy, se convierte en un memorial que mantendrá vivo el recuerdo de lo sucedido el 20 de junio del 2008.

Ciudad de México (elsemanario.com).- Injusticia, impotencia, infamia, vacío legal, apatía ante el dolor ajeno, corrupción; dolor, tristeza. Olvido; al menos por parte de quien debiera amortiguar los efectos de los calificativos mencionados inicialmente; mas no por parte de los familiares de las víctimas.

Así se escribe, hasta la fecha, la historia de un lugar llamado New’s Divine; y todos esos calificativos rodean al séptimo aniversario de la tragedia ocurrida el 20 de junio del 2008.

Y es que el olvido, al parecer, es una de las armas más importantes para todos aquellos que pretenden enterrar lo impune y lo ominoso de un caso, que a siete años haber manchado las memorias de la capital, una vez más, con impunidad e ignominia, sigue presente en las voces que reclaman justicia.

Las crónicas de lo ocurrido, las anécdotas del día después; los adolescentes festejando el fin del ciclo escolar; un operativo violento, vulgar, doloso. Una sola salida, 500 personas en un lugar donde cabían 100. Oficialmente nueve jóvenes murieron; también tres policías. Los lesionados, los que sobrevivieron. Todo lo que se pueda escribir o hablar u opinar; todo sobra cuando se contrapone con las voces desgarradas de las madres angustiadas de los asesinados aquél día, como aseguran ellas que sucedió.

Después de lo sucedido, renunciaría el actual encargado del Metro capitalino, Joel Ortega, en ese entonces, Secretario de Seguridad del DF, bajo la jefatura de gobierno de Marcelo Ebrard.

El escozor de la injusticia permea profundamente a los familiares de los adolescentes, dirían ellas mismas, sus madres, “la sensación que hay hasta este momento, es impunidad total”, comentó una de ellas para una entrevista en un programa de frecuencia modulada.

Y es que la Suprema Corte de Justicia decidió dictaminar este 8 de abril que los involucrados en aquel operativo serían exogenerados. A ellas, las inundó el dolor. Ellas sabían que eso ocurriría, según sus propias palabras: “dijimos que no nos iba a doler” pero “es muy difícil perder a un hijo y resignarnos a eso”.

“Hemos aprendido que aquí no vamos a encontrar justicia”.

Las manos de la justicia no han rozado siquiera a quienes con dolor y lucha constante, han conseguido que una estación de Metrobús lleve el nombre 314 memorial New’s Divine, además de reconvertir aquél espacio trágico en un memorial, que por cierto, se inaugura hoy. “Nunca Más”, es el nombre que llevará.

Y esto, a decir de las mismas, es para que la gente vaya para y que sepan qué pasó. Es decir, para que no se atente contra la memoria.

Una de las madres comentó en la misma emisión: “para mí, la responsabilidad es de tres mandos”.

¿Quiénes eran los mandos?

“Marcelo Ebrard, Rodolfo Félix, Joel ortega, Luis Rosales Gamboa y de ahí para abajo”, tienen responsabilidad, dijeron.

Joel Ortega era aquel encargado de la SSPDF, quien posteriormente, renunció. Rodolfo Félix, a cargo de la PGJDF. Marcelo Ebrard, jefe de gobierno y creador del Mando Único Policial, Unipol, que ejerció el acto.

En busca de la justicia, mientras así lo exijan las voces de las víctimas.

Recientemente, trascendió la noticia de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos había reabierto el caso.

Al respecto, las madres consultadas por aquella emisión responden que es falso y argumentan que ellas no acudieron a la Corte Interamericana.

“Vamos a luchar porque esto no se quede así” y para que más jóvenes que son violentados en sus derechos humanos, no pasen por lo mismo. Al respecto, las entrevistadas señalan que las cifras oficiales no cuadran con lo que ellas presenciaron:

“Había jóvenes apilados como si fueran costales, que ya no tenían vida”, fueron más.

También aclaran que las actas de defunción fueron alteradas; que no murieron por asfixia y que fueron golpeados. Argumentan que en las oficinas de la GAM, les gritaron y les golpearon y que no vieron los cuerpos de sus hasta que los dejaron en sus respectivas casas:

“No nos dejan ver el cuerpos de nuestros hijos (…) por una computadora nos dejan ver su cara (…) ya saben su profesión”, de alterar cuerpos y actas.

¿Y los Derechos Humanos?

Por otra parte y con la finalidad de que lo sucedido hace 8 años no quede en la más vil impunidad, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal informó que presentará ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación un documento de amicus curiae, amigo de la Corte, con el único objetivo de aportar más elementos que ayuden a los ministros a tomar una decisión en torno al caso New’s Divine.

Perla Gómez Gallardo, encargada de la Comisión de Derechos Humanos local, informó que en caso necesario el organismo que encabeza acompañará a las víctimas ante instancias internacionales para exponer su situación.

Además, insistió en exigir para las víctimas derecho a la verdad, garantías de no repetición y castigo a los responsables.

Nancy Pérez, consejera de la CDHDF, quien participó en la elaboración del documento que se entregará al tribunal, explicó que ese caso demuestra que faltan protocolos para disminuir la discrecionalidad en la actuación de las autoridades.

En el mismo tenor, acusó que a los jóvenes se les criminaliza y reprime en lugar de garantizarles sus derechos humanos y la situación persiste a siete años de la tragedia. Recordemos que la consigna del vil operativo policíaco era la de evitar la venta de drogas a los menores de edad.

Por Alberto Cedeño.

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