Seguramente el sueño de todos es trabajar menos, pero esto no significa que hagas menos cosas, sino que tengas tiempo para realizar todas las actividades que llenan tu espíritu.
Una de las claves de la alta productividad, no se refiere a la cantidad de horas que tengas que dedicarle a tu trabajo, sino los resultados medibles y palpables que alcanzas.
Por eso, trabajar más horas al día no significa que seas más productivo y por el contrario, esto solamente puede ocasionar que caigas en un estado de fatiga mental, física y espiritual.
¿Qué se tiene que hacer para revertir esto? La clave está en poner en la lista de prioridades algunas actividades que serán las encargadas de darle equilibrio a tu vida y de amortiguar los altos niveles de estrés a los que estamos sometidos.
Así, debes de ponerte como exigencia terminar tu trabajo a la hora de salida. Dejar pendientes es sinónimo de que mañana o pasado mañana, tendrás mucho más qué hacer y eso se traduce en menos tiempo para vivir.
“Lo más importante es que ordenes tus actividades y sepas bien a qué vas a dedicar el tiempo” mientras estás en la oficina o el lugar de trabajo, explica el sitio Acción Preferente.
Debes de concientizarte que tienes un horario de salida y que solo en ese tiempo debes cumplir con tus responsabilidades laborales. Si lo logras, verás un cambio inmediato en tu productividad y el ritmo en el que vas a trabajar.
Luego de tantas horas de estar sentados frente a una computadora o en el estrés de un ambiente laboral, lo que más necesita el cuerpo y la mente es poder despejarse y activar todos los músculos a través de una actividad física.
Hacer ejercicio es una de las mejores herramientas para lograr mayor productividad, trabajar menos tiempo y hacer mucho más, ya que el deporte genera que el cerebro libere endorfinas, la sustancia encargada de las emociones positivas y la felicidad.
Además de que contrarresta los males generados por estar tanto tiempo sentados, protege contra problemas cardiovasculares y evita trastornos emocionales como depresión y ansiedad.
Otra de las ventajas que origina el hecho de trabajar menos es poder tener mayor contacto con la familia, los amigos y los seres queridos.
Estrechar los vínculos emocionales también es una manera de generar situaciones positivas y con esto, recargar la mente de energía.
Y todos los fines de semana o en tus días de descanso, desconéctate del mundo laboral. Controla la ansiedad de tener que revisar mensaje o mails a toda hora y disfruta de un buen paseo, una buena comida o una buena película.
Reflexiona sobre tus logros profesionales y personales, plantéate nuevos restos y mantén tu mente enfocada en algún sueño.
Verás que con estos hábitos, disfrutarás más tu trabajo, serás más productivo, le invertirás menos horas y vivirás a plenitud tu vida.
