Mensajes en etiquetas de Zara revelan explotación laboral en Turquía

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Generalmente las personas miramos las etiquetas solo para saber el precio de un producto, pero en esta ocasión además del costo, los clientes de Zara en Turquía descubrieron mensajes en donde los obreros que habían fabricado esas prendas, denunciaban la falta de pago por parte de las empresas que maquilan la ropa de esta marca, algo que ha causado un escándalo mundial.

Ciudad de México.- “Hice este artículo que vas a comprar, pero no me pagaron por ello”, decía uno de los mensajes escritos en las etiquetas, algo que al ser revelado de manera pública, ha puesto nuevamente a Zara en medio de críticas mundiales, pero desgraciadamente esta no es la primera vez que sucede.

Una publicación de la agencia The Associated  Press (AP), que retoma el sitio Dinero en Imagen, en esta ocasión el misterioso mensaje provino de los empleados de una fábrica denominada Bravo, que cerró sus puertas sin pagar los salarios correspondientes a los obreros, por lo que a manera de denuncian escribieron en las etiquetas de las prendas estas irregularidades.

Esto es una muestra más de las condiciones laborales, que muchos han llamado como explotación moderna, a la que someten las fábricas y las empresas a las personas, principalmente migrantes ilegales que sin tener otra opción para subsistir en países del extranjero, trabajan más de 1 o 14 horas diarias por un salario que es inhumano.

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Más casos de explotación laboral de Zara

Según una investigación que realizó en 2016 el programa Panorama de la BBC, en Turquía descubrió fábricas de ropa que maquilaba para marcas como Zara, Mango, Marks and Spencer y Asos, que empleaba a migrantes sirios –incluso a menores de edad- con “salarios de 1 dólar por hora”.

De lo que descubrieron, la BBC asegura que los migrantes “hablan de sus salarios irrisorios y condiciones de trabajo terribles. Saben que están siendo explotados, pero también saben que nada pueden hacer al respecto“, una realidad que está viviendo cientos de personas en Turquía.

Sin embargo, las marcas en esa ocasión declararon que no tenían conocimiento de estas situaciones y que la mayoría de las fábricas que laboran con estas condiciones, son subcontratadas por sus proveedoras.

Pero tal como lo señaló en su momento Danielle McMullan, del Centro de Derechos Humanos y Negocios de Londres, “no es suficiente decir que no saben nada al respecto y negar las faltas. Ellos tienen la responsabilidad de supervisar dónde se están realizando sus ropas y en qué condiciones se fabrican”, por lo que este nuevo escándalo reaviva el debate sobre la responsabilidad social que tenemos los consumidores al no protestar por estas condiciones y seguir comprando productos como si nada importara.

 

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