Esta situación puede parecer paradójica, sin embrago, el hecho de que la reforma fiscal de Estados Unidos también beneficia a empresas mexicanas se basa en el hecho de que algunas de las compañías más importantes tiene presencia, infraestructura y plantas de producción en el vecino del norte, lo que significa que podrán acceder a la reducción de las tasas impositivas.
Ciudad de México.- Diversos analistas han coincidido en el hecho de que la reforma fiscal recientemente aprobada en los Estados Unidos es un factor de riesgo para la economía mexicana, ya que representa la pérdida de competitividad del país y podría originar una salida importante de capitales, pero algunas empresas mexicanas pueden ser favorecidas por estos cambios.
De acuerdo a la opinión de Carlos Ponce, director de análisis y estrategia del Banco Ve por Más, hay varias compañías grandes que cotizan en Bolsa Mexicana de valores (BMV) que “tienen plantas en Estados Unidos, venden allá y producen allá”, por lo que ellas podrían resultar “muy favorecidas por esta medida, les va a ayudar mucho” en el aumento de sus utilidades y en su valuación en el mercado.
Esto derivado de que al menos 18 grandes compañías que cotizan en la BMV tienen activos en los Estados Unidos y según El Financiero, “5 obtienen un porcentaje relevante de sus ingresos de este mercado: Grupo Cementos de Chihuahua (GCC), José Cuervo, Gruma, Grupo Bimbo y Alpek”.
Pero no necesariamente se necesita que las empresas cuenten con plantas o infraestructura productiva en Estados Unidos para beneficiarse de la reducción fiscal del Impuesto Sobre la Renta (ISR) de 34 a 21 por ciento, ya que como afirma Lissett Tautfest, especialista de impuesto de la consultora PwC México, “basta con tener una filial registrada en ese país que pague impuestos para aplicar a los beneficios de la reforma fiscal”.
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Los más beneficiados por esta reforma
Bajo este escenario, existe un sector importante de empresas mexicanas que pueden apegarse a estos beneficios, pero de este grupo, sin duda los que tienen mejores expectativas son GCC, que tiene cuatro plantas de cemento y 87 de concreto; Gruma, con 28 fábricas productivas; y Mexichem, con 15 unidades de producción.
En el sector de las autopartes, que además está en total incertidumbre por las propuestas de Estados Unidos de aumentar las reglas de origen en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), hay también empresas mexicanas que pueden obtener importantes beneficios por la reforma fiscal de Trump.
Una de ellas es Rassini, que cuenta con tres plantas en los Estados Unidos y es proveedora de General Motors, Ford y Chrysler, que según reportes financieros de la propia empresa, esto representó el 75 por ciento de sus ventas en 2016.
A ella se suma Nemak, una compañía subsidiaria de Grupo Alfa, que produce elementos de autopartes y que genera 58 por ciento de sus ingresos en Norteamérica, considerando México, Canadá y Estados Unidos, de acuerdo a Expansión, pero cerca del 18 por ciento de su producción total de realiza en el vecino del norte.
Finalmente, Bimbo y José Cuervo también tiene posibilidades de obtener beneficios fiscales, ya que según cifras publicadas por El Financiero, “56 y 40 por ciento de su facturación respectivamente, proviene de ese mercado”.
