Para las personas que no son de la capital del país o que no conocen las riquezas culinarias que guardan sus calles y esquinas de esta gran metrópoli, con los puestos ambulantes y sus botecitos de aluminio que prometen un desayuno tradicional lleno de energía, una torta de tamal para comenzar el día puede ser algo fuera de lo común y tal vez una exageración.
Ciudad de México.- Sin embargo, la famosa “guajolota” –como se le denomina a esta tradición de meter un tamal en un bolillo- se ha convertido en una de las formas más ricas, económicas y nutritivas que tienen las personas para llenarse de energía y aguantar las largas jornadas laborales ya sea en alguna fábrica, oficina o comercio.
Con platillos algo similares en los estados de Hidalgo o Puebla, la “guajolota” sin embargo se desconoce su origen preciso y el tiempo en el que se pudo hacer descubierto. Puede ser una variante de las tortas de enchiladas que venden en esos estados, o tal vez sea solo fue una invención de un “chilango” hambriento que decidió saciar su apetito con una doble fuente de energía.
De cualquier manera, esto también es una muestra de la riqueza cultural con la que se convive día a día en la CDMX, en donde a pesar del paso de los siglos, mantenemos vivas tradiciones prehispánicas relacionadas a la gastronomía.
Tal como lo explica el escritor Alberto Peralta de Legarreta, “la guajolota es una prueba del mestizaje cultural de nuestro pueblo, un alimento completo capaz de conciliar lo que nunca antes se pudo: a dos cereales rivales y dos culturas a las que no les quedó de otra que formar un complejo engranaje culinario” que nos ha dado identidad propia.
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Una gran fuente de nutrientes y energía
Pero a pesar de las críticas que la “guajolota” recibe ya que es considerada por muchos como un alimento poco nutritivo pero lleno de grasas, estudios recientes demuestran todo lo contrario.
Según un trabajo realizado por la agencia de publicidad AC mcgarrybowen, asegura que el tamal es una excelente fuente de carbohidratos, “los cuales brindan un gran aporte de energía para iniciar el día”.
De acuerdo a lo que señala esta empresa y que retoma Notimex, “la masa de maíz aporta vitamina B1 o tiamina que permite el correcto funcionamiento del sistema nervioso y muscular, además es esencial en el metabolismo del cerebro, del corazón y en la formación de glóbulos rojos”.
También ofrece ácido fólico, proteínas, hierro, zinc, magnesio, potasio, niacina, vitamina B2 y vitamina B6, lo que la convierte en un alimento balanceado y nutritivo.
Además, agrega AC mcgarrybowen, “la fibra del pan ayuda a regular la digestión evitando el estreñimiento, y a controlar los niveles de azúcar y colesterol en la sangre, lo que puede prevenir y tratar enfermedades del corazón”.
Así que desayunar una “guajolota” no solo es rica y económica, sino que en el fondo nos ayuda a mantener de cierta manera sano nuestro organismo y es además, un platillo que contiene altos niveles de nutrientes.
Tal como lo señala Alberto Peralta de Legarreta , “si tomamos en cuenta que el comensal casi siempre acompaña a la guajolota con un atole y que el tamal está siempre relleno de algo, podría decirse que se trata de un alimento completo y altamente efectivo en términos de productividad”.
