Dicen que los grandes inventos y las cosas que han cambiado al mundo, han surgido de personas que soñaron y visualizaron sus creaciones de manera tal, que nada se los borró de la mente; pero a estas frases se les olvida el hecho de que para materializarlas, tuvieron que trabajar mucho más allá de lo que nos podemos imaginar y también fracasar, por lo que descubre si eres un soñador o un emprendedor y aquí te decimos las diferencias de esto.
Ciudad de México.- Soñar siempre será bueno ya que es una manera de visualizar el futuro y cómo desearíamos que fuera, pero aquí comienza una de las grandes diferencias entre aquellos que pueden lograrlo y los que se quedan en eso, en simplemente imaginar sin actuar.
Entonces un soñador se imagina cosas, las desea y las visualiza, pero no las materializa. No es capaz de crear modelos de acción ni las estrategias para lograr eso que se ha propuesto. Por lo tanto, desiste en su primer intento, se frustra ante los aparentemente pobres resultados y cambia de idea; hilando abandono tras abandono sin conseguir nada de lo que se había planteado.
Un emprendedor por el contrario, sueña y a la vez actúa. Una vez que tiene claros sus objetivos, diseña las estrategias, la ruta a seguir y trabaja hacia ese objetivo. No importa si no cuenta con las herramientas o los recursos suficientes, estas personas avanzan de manera constante y nada los detiene, ni siquiera los fracasos.
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Manos a la obra
Por otra parte, un soñador solo ve el final del camino con su “obra culminada”, le cuesta mucho imaginar los senderos por donde debe transitar y por lo tanto, para ellos nada vale la pena sino consiguen ese gran sueño; pero no se esfuerzan por obtener los pequeños logros y pierden el tiempo aspirando a grandes cosas sin moverse un centímetro de su posición.
Un emprendedor en cambio, construye su proyecto en una base sólida de trabajo y esfuerzo que le permite obtener esos pequeños logros de manera regular, lo que al paso del tiempo lo acerca cada vez más a esa “gran obra” que todo comenzó con un sueño.
Tal como lo dice el sitio Entrepreneur, “quedarse soñando eternamente es una de las razones por las que las personas nunca cumplen nada de lo que se proponen” y por ello, Juan Esteban Bravo Álvarez, experto en temas de emprendimiento, recomienda una fórmula simple que te puede convertir en un emprendedor y dejar de ser un simple soñador.
“La mayoría de las personas se pasa el 90 por ciento del tiempo soñando y el 10 por ciento ejecutando. Empieza a invertir esa tendencia, al final deberías estar soñando el 10 por ciento de tu tiempo y el otro 90 por ciento lo deberías estar utilizando en planear y ejecutar esos sueños”, dice el experto.
