Síndrome de Burn Out: ¡estamos fritos!

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El síndrome de Burn Out o el síndrome del quemado, es un término acuñado recientemente pues, en otras épocas de nuestra existencia, no había una impetración tal como la que demanda hoy en día el trabajo.

Ciudad de México.- Cualquiera que haya experimentado en algún momento de su vida, estrés desmesurado, o ha visto a alguno de sus compañeros de trabajo colapsar ante el agotamiento y la desesperación, sabe de que forma el estrés puede destruir las motivaciones mas elevadas.

El síndrome de Burn Out o el síndrome del quemado, es un término acuñado recientemente pues, en otras épocas de nuestra existencia, no había una impetración tal como la que demanda hoy en día el trabajo.

Actualmente la demanda laboral sobre exige a sus empleados y los lleva a puntos inimaginables en los que incluso, los mejores, los mas adaptados, llegan a sufrir los percances del estrés laboral. El síndrome de Burn Out forma parte de los riesgos psico-sociales relacionados con excesivo nivel de pretensión laboral y sobresale como la principal fuente de enfermedad dentro de la época moderna; este síndrome surge como respuesta fisiológica normal a las presiones prolongadas que una persona padece ante factores estresantes, emocionales e interpersonales, relacionados con el trabajo.

Edelwich, J. y Brodsky, autores del libro: Stages of Disillusionment in the Helping Professions, definene el Burn Out como “el proceso por el cual, los que en algun momento fueron comprometidos profesionales, se convierten en ineficaces ante la gestión del estrés y el contacto emocional con otros (…) experimentan agotamiento, y como resultado, se pierde el compromiso que tienen con sus colegas y la organización para la cual laboran”. Es en general una perdida progresiva de idealismo, energía y propósito, es decir, una condición multidimensional de agotamiento emocional, despersonalización y disminución de la realización personal en el trabajo.

Lo cierto es que el Burn Out es una condición que llega a quemar o agotar totalmente a la persona que lo sufre. Actualmente, es una enfermedad descrita en el Índice Internacional de la Organización Mundial para la Salud (ICD-10), como Z73.0 “Problemas relacionados con el desgaste profesional (sensación de agotamiento vital)”, dentro de la categoría más amplia de “problemas relacionados con dificultades para afrontar la vida”, lo que llega a denotar la importancia de este padecimiento a nivel mundial.

En la actualidad se estima que este mal afecta a más del 40 por ciento de los trabajadores mexicanos. Al respecto, Erika Villavicencio Ayub, docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que las empresas mexicanas no se esfuerzan por reducir estas cifras, e incluso en ocasiones sólo empeoran esta realidad.

Este padecimiento va mas allá del cansancio habitual que puede se reparado con un par de días de descanso, al envolver una serie de padecimientos físicos, sociales y psicológicos, aunado al descuido a la esfera de lo laboral, se le da su connotación de síndrome.

Los sintomas que persisten en el sindrome de Burn Out son:

A nivel psicosocial genera: deterioro en las relaciones interpersonales, depresión, cinismo, ansiedad, irritabilidad y dificultad para concentrarse. Es común el distanciamiento con otras personas y el aumento de problemas conductuales de alto riesgo como beber, fumar o el uso de drogas ilegales. Comienzan a existir también fisuras dentro del sentimiento de autorrealización

Dentro de los daños físicos que pueden padecerse debido al síndrome, se incluyen: insomnio, deterioro cardiovascular, úlceras, pérdida de peso, dolores musculares, migrañas, problemas de sueño, desórdenes gastrointestinales, alergias, asma, fatiga crónica, problemas con los ciclos menstruales o incluso daños a nivel cerebral. La presencia de enfermedades psicosomáticas son también signos característicos del síndrome.

En el entorno laboral, existe una disminución en la calidad o productividad del trabajo, actitud negativa hacia las personas a las que se les da servicio, deterioro de las relaciones con compañeros, aumento del absentismo, disminución del sentido de realización laboral, bajo umbral para soportar la presión y conflictos de todo tipo.

Existen cuatro fases características de este síndrome:

1. Etapa de idealismo y entusiasmo.- El individuo posee un alto nivel de energía para el trabajo, expectativas poco realistas sobre él y aún no sabe lo que puede alcanzar con éste. La persona se involucra demasiado y existe una sobrecarga de trabajo voluntario. Al comienzo de su carrera existen bastantes motivaciones intrínsecas. Hay una híper valorización de su capacidad profesional que le lleva a no reconocer los límites internos y externos, algo que puede repercutir en sus tareas profesionales. El incumplimiento de dichas expectativas le provoca, en esta etapa, un sentimiento de desilusión que hace que el trabajador pase a la siguiente etapa.
2. Etapa de estancamiento.- Supone una disminución de las actividades desarrolladas cuando el individuo constata la irrealidad de sus expectativas, ocurriendo la pérdida del idealismo y del entusiasmo. El individuo empieza a reconocer que su vida necesita algunos cambios, que incluyen necesariamente el ámbito profesional.
3. Etapa de apatía.- Es la fase central del síndrome burn out. La frustración de las expectativas lleva al individuo a la paralización de sus actividades, desarrollando apatía y falta de interés. Empiezan a surgir los problemas emocionales, conductuales y físicos.
4. Etapa de distanciamiento.- La persona está crónicamente frustrada en su trabajo, ocasionando sentimientos de vacío total que pueden manifestarse en la forma de distanciamiento emocional y de desvalorización profesional. En el lugar del entusiasmo e idealismo profesional la persona pasa a evitar desafíos y clientes de forma bastante frecuente y trata sobre todo de no arriesgar la seguridad del puesto de trabajo, pues cree que a pesar de inadecuado, posee compensaciones (el sueldo, por ejemplo) que justifican la pérdida de satisfacción.

Consejos para prevenir el síndrome de Burnout

>> Salir en hora de la oficina. En ocasiones nos proponemos hacer una cosa más antes de abandonar la oficina, pero esto que a simple vista parecía sencillo muchas veces nos lleva a terminar saliendo de trabajar dos horas más tarde. Para evitar caer en este hábito, lo mejor será que fijes una actividad o compromiso fuera que te obligue a dejar la oficina en hora.

>> Cuidar tu salud. Cuando estamos saturados de trabajo lo primero que solemos añorar son nuestros momentos de ocio. Esto es una clara señal de que necesitas tomarte un descanso para preservar tu salud. Fuérzate a respetar tus horarios de trabajo para así poder dormir la cantidad de horas que necesitas, asistir al médico, practicar ejercicio, entre otras.

>> Abandona la presión. Si esperas una evaluación permanente de tu trabajo no podrás deshacerte de la ansiedad. Ten presente que cuando presionas a los demás, en realidad te estás presionando a ti mismo. Por ello, procura ser un poco menos exigente, lo que no sólo te aliviará el estrés, sino que también te permitirá mejorar tus relaciones laborales.

>> Hacer algo que te apasione. Encontrar una actividad que no tenga nada que ver con tu trabajo, es una de las mejores alternativas para reducir el estrés profesional. Esta clase de actividades no sólo te dará un descanso de la rutina, sino que también impulsará tu creatividad. Recuerda que nada rejuvenece más el alma que hacer algo que te apasione.

>> No temas pedir ayuda. En ocasiones nos cargamos de tantas responsabilidades que con el tiempo se nos hace imposible manejar el estrés. Antes de que esto ocurra debes aprender no sólo a delegar, sino también a pedir ayuda. Cuando la carga de trabajo es demasiada no es pecado admitir que necesitas ayuda de tus compañeros e incluso de un jefe.

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