Gas natural Vs. L.P. ¿Dónde conviene invertir?

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A partir de la reforma energética en México, el panorama de negocios en la materia está por transformarse, en ese contexto se presenta la oportunidad para los distribuidores de gas natural que encontrarán una apertura del mercado y se presenta un reto para la industria del gas L.P. que tendrá que evolucionar para volverse una opción competitiva para los usuarios.

Ciudad de México (elsemanario.com).- La reforma energética promulgada concluye con la apertura al capital privado no sólo al petróleo si no a todo el mercado energético, y eso incluye a un sector muy importante, el abastecimiento del gas de uso particular.

En ese contexto se vislumbra un futuro en el que durante los próximos años se presentarán dos ofertas para el mercado de consumo del gas; el gas L.P. y el gas natural. Estas dos alternativas de combustible tendrán que convivir y competir en el mercado de 110 millones de mexicanos.

La primera alternativa, la más conocida por los mexicanos es la del gas L.P., una industria que tiene gran arraigo puesto que cubre el 80 por ciento del territorio nacional, ya que cuenta con tres formas básicas de distribución; cilindros portátiles, tanques estacionarios, o como combustible de carburación para vehículos.

La segunda opción corresponde al gas natural que, aunque no tiene tanta penetración en México, acaparando alrededor del 29 por ciento de la energía consumida de acuerdo con cifras de 2010 de la Canacintra, el hidrocarburo tiene un importante potencial en el mercado nacional que es proclive a ser explotado por compañías nacionales o extranjeras.

El gas natural tiene ventaja con la reforma

De acuerdo con Miriam Grunstein, investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), a raíz de la reforma energética la presencia del Gas L.P. no está considerada en el debate con lo que se da mayor énfasis a ampliar las posibilidades de expandir la infraestructura y puntos de distribución del Gas Natural.

Para la académica, las inconsistencias en servicio y en infraestructura, así como la noción de inseguridad que persiste en la industria del LP, abre un gran campo de oportunidad para que, en caso que suceda, una gran expansión en la inversión y en la capacidad de distribución del gas natural, seguramente el consumidor optará por este servicio.

“El problema con la industria del Gas L.P. es que fue una industria protegida por los grupos políticos, entonces el consumidor, el usuario final no tiene la mejor opinión de los distribuidores”, expresó al recordar el accidente ocurrido en Cuajimalpa en enero pasado.

Añade, que además de que la reforma energética consideró dentro de sus alcances la expansión del gas natural (incluyendo al controvertido gas Shale), la industria del L.P. tiene en su contra un historial que incluye el incumplimiento de normas de seguridad y surtir –al igual que las gasolineras- litros cortos, sumándose a que gran parte de su personal no está debidamente capacitado y no cumple con normas de cortesía mínimas.

“Su vieja y añeja situación de protección los está poniendo en una situación de desventaja”, acotó Grunstein, a lo que agregó que habrá que esperar qué medidas emplean o qué ajustes realiza la industria del L.P. para ganarse a los usuarios de su lado en caso de que haya una expansión importante del mercado del gas natural.

La especialista en temas energéticos señaló que desde su punto de vista, las zonas metropolitanas o las zonas residenciales y urbanas podrían ser un mercado más proclive a adquirir el servicio de gas natural, destacando el Distrito Federal y algunos estados del norte del país como Sinaloa, Baja California, Jalisco y Michoacán.

En contraste, señaló que los estados de menores ingresos o con condiciones económicas más austeras como los del sur y sureste mexicanos, como Guerrero o Oaxaca pueden ser más potenciales al gas L.P., especialmente por su topografía y su menor desarrollo industrial.

Grunstein, concluyó que a pesar de las ventajas que tiene el gas natural con la reforma energética estos cambios en el mercado energético tardarán algunos años en empezar a notarse notablemente, como mínimo cinco años.

Industria del gas L.P. quiere evolucionar para competir

En contraparte, los industriales de gas L.P. se dicen los preferidos por el consumidor mexicano, argumentando que cubren el 80 por ciento del territorio nacional, distribuyendo un millón de servicios diarios.

A decir de Octavio Pérez, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas L.P. y Empresas Conexas (AMEXGAS), están dispuestos a mejorar su infraestructura y la calidad de su servicio con la finalidad de conservar la preferencia de los consumidores y constituirse un actor que trabaje en conjunto con la industria del gas natural que ambas puedan competir de manera leal en el mercado nacional.

“Creemos que los mexicanos deben tener alternativas” señaló Pérez durante la presentación el pasado 10 de marzo de la “Campaña de Seguridad de Manejo de Gas L.P.”, en la que destacó que le dan la bienvenida a la competencia porque están seguros que “los mexicanos se merecen el mejor servicio”.

Pérez indicó que prevén un futuro competitivo y que muy probablemente las empresas que llegarán a instalarse al país serán, en su mayoría distribuidoras, que seguramente algunas buscarán asociarse con empresas nacionales, a lo que agregó que la industria mexicana está en la mejor disposición para abrirse al mercado, a la competencia y al trabajo conjunto con otras empresas.

Gas natural Vs. Gas L.P.

Existen muchos mitos y descalificaciones alrededor del gas natural y el gas licuado de petróleo (LP). No sólo escuchados de voz de los distribuidores de ambos energéticos, en gran parte, por la desinformación de los consumidores.

Del gas natural se dice en contra que: es más caro, no se detecta en caso de fuga –porque no despide olor-, que es más peligroso tener la instalación que pase por los edificios o las casas, entre otros.

Sin embargo, a favor se dice: que contamina menos, es más limpia su combustión, el servicio es permanente y los cobros son similares a la luz o el teléfono.

Del gas L.P. se dice que: sube cada mes su precio, no se venden litros o kilos completos, los distribuidores cobran más de lo que reparten, los cilindros o tanques estacionarios son pequeñas bombas de tiempo o que su personal es falto de capacitación y que su servicio es deficiente.

No obstante, a favor se dice: que es más barato, llega a cualquier punto del país, es transportable no sólo para el distribuidor sino para el consumidor, se reparte en las cantidades que necesita el usuario (cilindros 5, 10, 20 kilos) o tanques estacionarios que se adaptan a las necesidades de las personas.

Las principales diferencias entre ambos son la forma en que son transportados, su eficiencia energética y costo.

De acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía (CRE), ambos son energéticos muy seguros y pueden usarse de forma similar en los hogares o de forma industrial, por ejemplo para cocinar, calentar agua para bañarse o como combustible; sin embargo, el gas natural emite menos contaminantes.

Respecto a precios la diferencia puede ser relativa, ya que el gas L.P. tiene subsidio, mientras que el gas natural se rige por los precios internacionales, sin embargo, de acuerdo con la CRE, a la larga, el gas natural puede ser más económico debido a que se distribuye por vía subterránea, mientras el LP, en cilindros.

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