Las investigaciones sobre el sueño de los insectos podrían ser la clave para erradicar las plagas que afectan a los campos de cultivos en todo el mundo.
Ciudad de México.- Aquellas personas que han pasado noches sin poder dormir por tratar de hallar la respuesta a ¿los insectos duermen? cabe decir que desde el año 2000, científicos del Instituto de Neurociencias de California y la Universidad de Pennsylvania despejaron esa incógnita, y es que sí, los insectos tienen la capacidad de gozar de un buen sueño para recuperarse del ajetreado día.
Los resultados de estas investigaciones arrojaron que tanto la mosca de la fruta como las abejas suelen dormir de noche, pues durante el día dedican todo su tiempo a polinizar y alimentarse pero por las noches caen en un profundo sueño.
A diferencia de las plantas y los microbios, los insectos tienen un sistema nervioso central, lo que es una característica importante para el sueño. También tienen interesantes comportamientos cuando duermen y cuando despiertan, como lo haría un ser humano.
Algunos insectos son activos durante la noche para aprovechar y poder alimentare con sigilo. Para evitar las aves y otros depredadores los gusanos cortadores comen hojas cuando se pone el sol, por su parte las chinches normalmente se alimentan por la noche para cazar por sorpresa a su comida cuando duerme –los seres humanos estamos incluidos en su dieta-. En comparación, los insectos que se alimentan durante el día, tales como varias especies de abejas, y después cambian al modo de descanso nocturno, algo bastante obvio pues en la noche las flores se cierran.
Además, los científicos encontraron que las moscas exhiben características clave de sueño. Por ejemplo, las moscas en reposo eran más difíciles de asustar que las que están activas, lo mismo pasa con los humanos. Los investigadores llegaron a estos resultados al mantener despiertas a las moscas en la noche tocando periódicamente su contenedor, las moscas tenían que compensarlo con un descanso extra, algo muy común para nosotros.
Investigaciones más recientes han demostrado que la cafeína puede trastornar el ciclo de sueño de la mosca de fruta, y que el ciclo también se ve influida por el sexo y la edad. Los investigadores también han estudiado el sueño y los ritmos circadianos en muchos otros insectos, desde el seguimiento de las pulsaciones cardiacas de las abejas hasta el cerebro de una cucaracha mientras duerme.
¿Y para qué tanto estudio? Fácil, estudiar el sueño y los ciclos en un organismo relativamente simple como una mosca o una abeja puede dar una idea de los comportamientos en general, de las vías moleculares relacionadas de los genes, lo que puede controlar las plagas de insectos mediante la explotación de sus ritmos circadianos. Por ejemplo, los pesticidas pueden funcionar mejor en determinados momentos del día.
El Semanario Sin Límites, con información de Popular Science
