El impacto del COVID en la clase trabajadora ha generado no sólo la pérdida de empleos, sino un incremento en la brecha de habilidades que incluye una caída en el capital de habilidades y competencia.
La mitad de la población económicamente activa en México labora en el mercado informal, el comercio callejero o el trabajo doméstico, actividades que se presentan como las más vulnerables ante el riesgo de contagios.
Mientras la clase trabajadora busca mantener sus actividades productivas activas, en el último reporte emitido por autoridades sanitarias, al 24 de septiembre México contaba con 5 mil 408 nuevos contagios del virus SARS-CoV-2, elevando el número a un total de 715 mil 457, así como un total de 75 mil 439 fallecidos.
México se sigue manteniendo en la cuarta posición mundial de defunciones por COVID, detrás de Estados Unidos, Brasil e India, pero los trabajadores siguen sin sentir una seguridad para regresar a sus labores y el Gobierno mantiene el regreso escalonado de actividades limitando los aforos en negocios y la restricción de horarios.
De acuerdo con estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la pérdida de empleos que ha generado el freno en la actividad económica, deriva en una caída de capital de actividades y de competencias entre las personas, lo que deja una secuela en la brecha de habilidades.
“Una de las preocupaciones surgidas en medio de esta crisis apunta a contener la pérdida en el capital de habilidades y competencias de las personas por la masiva caída del empleo. (…) La demanda por nuevas habilidades crecerá y se requerirán programas para reconvertir, recalificar y reinsertar trabajadores”, dijo en una nota técnica publicada por el organismo.
El documento señala que la clase trabajadora que ha sido víctima de la pérdida de empleo, debe enfrentar el desafío de recalificarse para lograr ser recontratados.
“Las personas que pierdan su empleo y no puedan encontrar vacantes abiertas para utilizar sus habilidades deberán ingresar a programas de recalificación y actualización, y en consecuencia quienes no encuentren acceso a dichos programas, no podrán fácilmente reincorporarse en trabajos de calidad y sus competencias podrían tornarse obsoletas en corto tiempo”, indica la nota.
“El gran espacio de la formación profesional en el corto plazo está enfocado en facilitar el acceso a opciones de recalificación o reconversión laboral para los trabajadores que han perdido sus empleos”, añade.