Este miércoles en una reunión entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau ambos mandatarios acordaron, entre otras cosas, aumentar sus compromisos en su lucha contra el cambio climático.
En palabras de Biden, Estados Unidos no tiene ningún país aliado como Canadá, por su parte Trudeau destacó la ¨extraordinaria amistad¨ entre ambas naciones, recordando que su amistad con Joe viene desde que era vicepresidente en la administración Obama.
Pero ¿y México? Si bien en la reunión no se mencionó a nuestro país, la Casa Blanca luego explicó, por medio de un comunicado, que ambos dirigentes trabajarían en reanimar la cumbre de Líderes de América del Norte para así crear un frente común en la lucha contra el cambio climático.
Pareciera paradójico que, a la vez que Biden y Trudeau hablaron al público sobre sus intereses, principalmente, en materia de crisis ambiental, en la Cámara de Diputados se aprobaba en lo general la nueva reforma eléctrica.
Esta reforma ha sido muy discutida ya que, a pesar de priorizar la energía producida a partir de hidroeléctricas, la demanda que no se pueda cubrir por energía hídrica se hará por medio de la generación de gases fósiles, altamente contaminantes y que levantó las alarmas a la sociedad de ambientalistas.
La iniciativa prioriza que la CFE no tenga que comprarle, por medio de subastas, a empresas privadas la energía que luego distribuye a los usuarios, es decir, que el gobierno apuesta a la estructura de la Comisión para satisfacer la demanda.
Entonces, tenemos que la reforma es un ataque a la lucha contra el cambio climático y a la libre competencia en el sector energético, situación que consterna a Estados Unidos y Canadá.
Un mensaje claro, Estados Unidos obliga a decidir
Lógicamente, en política nada es casualidad y esta reunión y el mensaje de lucha contra el cambio climático por parte de los dos mandatarios norteamericanos el mismo día que se discutía la reforma Eléctrica en México, tiene un significado.
En este se invita a decidir al gobierno de México un bando, un lado, uno de ellos sería unirse a la iniciativa de Canadá y Estados Unidos en promover medidas para reducir los gases de efecto invernadero o se está en contra de la lucha contra el cambio climático.
Nuevamente, Estados Unidos pone en una situación delicada a nuestro país, porque en esta decisión no hay matices, o se está a favor o se está en contra, y tomar la segunda postura traería consecuencias muy graves en la relación trilateral.
Está claro que el mundo está cambiando hacia la generación de energía por medio de recursos renovables, uno de ellos es China, nación que, a pesar de producir su energía principalmente por medio de la quema de carbón, ha aumentado su producción de energías limpias cerca de un 10% los últimos 14 años.
Hay una estrategia y una gran cantidad de recursos destinados a esta iniciativa de generar energías limpias para lograr la meta de cero emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, y la potencia económica mundial está detrás de ella.
El gobierno de México verá si antepone su interés en intensificar su economía en la quema de combustibles (por medio de la generación de energía eléctrica y la producción de combustible con la Refinería de Dos Bocas) o se une a esta ola ecologista de las grandes potencias que buscan combatir uno de los grandes problemas que se enfrenta la humanidad, por encima de la pandemia que padecemos.
Cualquier postura traerá consecuencias, ¿a qué le apostará el gobierno?
Si el gobierno decide seguir bajo la dinámica que proponen, los beneficiados serían ellos porque mostrarán su poder de hacer realidad todas sus iniciativas, y a la vista pública de los seguidores de la administración se verá como ¨promesas cumplidas del presidente¨, pero los afectados seremos nosotros quienes tendremos que vivir en un mundo mucho más contaminado y con una energía eléctrica que aumentará su costo por obvias razones de operación.
Del lado contrario, el señalado sería el gobierno de México que se ¨sometería¨ una vez más al mandato de Estados Unidos y quedarían como unos mentirosos al no cumplir con una de las principales promesas del presidente como lo es la Refinería Dos Bocas, pero nos beneficiaría a nosotros porque tendríamos la certeza que la mayor parte de la energía que consumismos provendrá de recursos renovables y la competencia ayudará a que el servicio no alcance costos elevados que impidan a las familias mexicanas gozar de este.
La decisión no será fácil, hay muchos intereses de por medio, y cualquier postura traerá consecuencias, quienes toman las decisiones en este país verán qué ponen por delante, si la opinión pública hacia ellos de cara a las elecciones más importantes del país, o su responsabilidad social como país contaminador que afecta al mundo y, principalmente, a los millones de mexicanos y extranjeros que vivimos en este país.