El único museo del mundo que cuenta la historia del pene, una pieza fálica a la vez.
Dicen que si eres un coleccionista de corazón, no puedes parar. Bajo esta premisa Hjörtur Sigurósson ha logrado coleccionar, curar e incluso exponer en su propio museo cientos de piezas fálicas provenientes de todos los animales existentes.
En Reykjavík, Islandia, existe un lugar que resulta muy peculiar para propios y ajenos por igual, el Museo del Pene... o como su creador lo conoce el Icelandic Phallological Museum. De acuerdo con Sigurósson todo comenzó como una broma que le hicieron a su padre cuando, sus amigos, le regalaron el pene de un toro y él pudo comprobar lo extraño pero fascinante que este miembro le resultaba así que ¿por qué no compartirlo con el resto del mundo?
En este museo se detalla la historia del falo al tiempo que se exhibe sus piezas. Su creador insiste en que no existe nada lascivo o sexual aquí y destaca que el atractivo del museo recae en la información científica de uno de los órganos más tabú del cuerpo. Por si esto no fuese un gancho suficiente, las lamparas de todo el edificio están hechas con escrotos…
