A menudo, el graffiti se ve como un problema social que afecta a las ciudades, pero ha evolucioado y cambiado la forma en que vemos los espacios públicos y ha permitido abrir una nueva conversación sobre su arte.
La intervención de los espacios públicos es un tema que irremediablemente genera controversia, sobre todo cuando se analiza partiendo de la pregunta ¿esto es arte? Hay una ambigüedad entre si esto es vandalismo al espacio público, crimen para algunos, o si se trata de una acción poética, política, una especie de bandidaje social.
En un principio, el graffiti era una forma de expresión subcultural, se manifiestaba a través de textos compuestos, etiquetas y piezas que se caracterizaban por ser complejas y estar encriptabas, indescifrables para quienes no están familiarizados con estos códigos. Recientemente, el street art o “arte callejero”, es más abierto y busca comunicarse con una audiencia mayor a través del uso de palabras claras e imágenes icónicas sumamente familiares.
Desde la década de 1980, el “arte callejero” se ha ido propagando por todo el mundo; en cada país se ha hecho uso de las primeras técnicas que surgieron en Nueva York, pero estas se han reapropiado de acorde a los contextos de cada latitud. La gama de posibilidades del “arte callejero”, estilo y temática, es sumamente amplia y por ello, los espacios públicos con estas intervenciones son el principal atractivo de algunas ciudades. De acuerdo a la revista National Geographic Travel, en 2017 las 7 ciudades que albergan el mejor street art del mundo son:
· San Juan, Puerto Rico
· Bogotá, Colombia
· Williamsburg, New York
· Estambul, Turquía
· Cairo, Egipto
· Bangkok, Tailandia
· Stavanger, Noruega
La fama anónima
Bansky es quizá el personaje más famoso en lo que a este tema se refiere. Buena parte de su fama se debe al anonimato bajo el que ha mantenido su identidad desde que aparecieron sus primeras intervenciones en las calles de Bristol, Inglaterra. Bansky se caracteriza por crear imágenes satíricas sobre política, situaciones sociales y cultura pop.
Aclamado por muchos y repudiado por otros tantos, Bansky encontró una forma muy particular para filtrar su trabajo en las galerías de arte; incluso, y paradójicamente, el nombre del autor ha sido utilizado como imagen de productos meramente utilitarios para elevar sus ventas.
Hace un par de días, en las calles de Paris aparecieron algunas obras de Bansky, las cuales hacen alusión a la crisis migratoria y la amenaza terrorista. De acuerdo a información de El País, “la primera obra fue encontrada el miércoles pasado, día mundial de los refugiados, junto al bulevar de circunvalación que separa París de su periferia, en una zona del norte de la capital francesa que se encuentra pegada al centro de acogida de refugiados que el Ayuntamiento de la ciudad creó en 2016”.
https://www.instagram.com/p/BkhizzOBVjB/?taken-by=banksy
Algunos lo odian y otros lo admiran, pero el arte callejero continúa expandiéndose por las urbes. El artista Steven “Joff” Carter reflexiona que “siempre hay algo interesante sobre cómo las personas responden e interactúan con piezas de arte. Al presentarlo a un gran grupo de personas, cada una con sus propios gustos personales, espera capturar un sentimiento que permita que todos estén cómodos”.
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