Mathew McConaughey protagonizará película sobre corredores tarahumaras

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Los rarámuri son conocidos como los corredores más resistentes del mundo, y han dejado de participar en competencias internacionales porque les parecen “muy fáciles”.

Ciudad de México.- El ganador del Óscar Mathew McConaughey aceptó participar en la adaptación fílmica del libro best seller Nacido para correr: Una Tribu Escondida, Superatletas y la Carrera Más Grande que el Mundo Ha Visto Jamás, del periodista y escritor Christopher McDougall.

El libro cuenta la historia del propio McDougall, un aficionado de las carreras, quien después de sufrir una lesión en el pie decide buscar a los tarahumaras, conocidos por su habilidad para correr distancias extensas a velocidades sorprendentes sin sufrir las lesiones que comúnmente padecen los corredores.

Los tarahumaras se denominan a sí mismos Rarámuri, que significa corredores de a pie. Se ubican en parte de la Sierra Madre Occidental que atraviesa el estado de Chihuahua y el suroeste de Durango y Sonora. Comparten este territorio con otros grupos étnicos, pero su población es la más numerosa, por lo que a su territorio también se le denomina sierra Tarahumara.

Los rarámuri son famosos por sus carreras maratónicas, la más conocida, la Rarajipuami, o carrera de la bola, es una práctica ancestral en la que niños, jóvenes y adultos del sexo masculino se convierten en uno con la naturaleza y corren como el viento dirigiendo con el impulso de los pies la trayectoria de una bola de madera (comacali), a través de los valles, cañadas y cascadas de la sierra Tarahumara. Esta carrera puede durar incluso días, durante los cuales consumen el mínimo de alimentos.

Cuando se corrió el rumor de la fortaleza de estos corredores, algunos “cazatalentos” llegaron al lugar para llevarse a los mejores corredores a competir en distintas carreras. Juan Herrera, rompió el récord Guiness en 1994 en la carrera de 160 km en el maratón de Los Ángeles. Otro corredor rarámuri, de edad ya avanzada, Ciro Chacarito, fue el campeón de una carrera de 100 km en California, superando a los corredores más jóvenes del evento. Luego de competir en algunas carreras internacionales, los rarámuri decidieron dejar de hacerlo porque consideraban que era “muy fácil”.

Pero mientras decenas de corredores extranjeros llegan a tierras rarámuri para aprender sobre sus técnicas milenarias, esta etnia, como muchas otras en el país, sufre de pobreza extrema y hambre crónica, además de despojo de sus tierras.

En 2014, la comunidad Huitosachi ganó un litigio en contra de Fomento Agropecuario Campo Lindo y de los hermanos Elías Madero por la propiedad de más de 250 hectáreas en el municipio de Urique, luego de que demostraran que el fallo emitido en 2013 por el juzgado segundo con sede en Chiapas contra la propiedad comunal estuvo lleno de irregularidades.

Asimismo, la comunidad San Elías Repechique denunció el año pasado no haber sido consultada para la construcción del aeropuerto y el gasoducto de Creel, mientras que la comunidad Bacajípare comenzó una batalla legal en 2002 en contra de los hoteles Mirador, Posada Barrancas y Divisadero, ubicados en Barranca del Cobre, por deshacerse de sus aguas negras en terrenos de la comunidad, contaminando manantiales y provocando enfermedades. Hasta ahora no han sido escuchadas por las autoridades, y optaron por acudir a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Para los rarámuri, la competencia no está a la hora de correr, eso solo es parte de su vida rutinaria. La competencia y la lucha están en la defensa de sus derechos en medio del olvido por parte de las autoridades y la sociedad civil.

Con información de medios.

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