Por increíble que parezca nuestros cerebros hoy en día han sido capaces de adaptarse al mundo digital y manejarse a la velocidad de las exigencias actuales. Veamos a continuación algunos cambios radicales en el cerebro del consumidor actual:
- Sentido de percepción del tiempo: Tenemos poca tolerancia a aquello que requiera paciencia. En el momento en que apenas estamos configurando en la mente lo que queremos, esperamos encontrarlo de forma inmediata o nos frustramos. De ahí que nos encante que Google adivine lo que estamos pensando cuando tecleamos palabras o conceptos en su buscador. Como menciona Kit Yarrow en su libro Decoding the New Consumer Mind, un segundo de “delay” en que tu página web tarde en cargarse, reduce el porcentaje de compra en un 7%. La gente se toma muy en serio el tema de tener que esperar, se lo toman de forma personal y como una falta de respeto. Una fila larga en el supermercado puede ser uno de los grandes detonadores de coraje y ansiedad por parte del cliente, de ahí el éxito de Cornershop (recibe tu pedido del supermercado en casa sin tener que salir de ella).
- Habilidad para enfocarnos: En el mundo digital escaneamos información y vemos antes que leer. Somos procesadores de información rápida. Queremos que los productos nos digan todo acerca de ellos en milésimas de segundo, es por ello que las fotos y los videos son tan bien aceptadas ya que son rápidas, fáciles, potentes emocionalmente hablando y evocativas. Una característica peculiar de las generaciones pasadas era su habilidad de enfoque, basta poner el ejemplo de lo que implicaba hacer un documento en máquina de escribir y lo costoso en tiempo, recursos y energía. Sin duda, había que mantener la atención y el enfoque en lo que se estaba haciendo.
- Sensación de ansiedad y paz mental: Deseamos como consumidores que los productos y servicios que adquirimos reduzcan nuestra ansiedad y nos brinden paz mental. Los consumidores buscan productos y servicios que sean fáciles de encontrar, con los que sea sencillo interactuar, y simplifiquen la toma de decisiones. Trabajar en que nuestra marca genere confianza en nuestros clientes es fundamental, la confianza acaba con la ansiedad. Somos pro productos y servicios que reducen nuestra ansiedad y nos dan un sentido de paz mental.
Hay una frase que dice: Cuando te mueves a la velocidad de la vida, terminas chocando con los demás. Yo digo que “es increíble lo que la tecnología ha hecho para nosotros, sin embargo, debemos ser capaces de darnos un tiempo para encontrar entre tanto ruido, paz, serenidad, armonía y felicidad”.