La unión del pasado sábado de dos partidos políticos antagónicos (izquierda y derecha), para ganar el poder del Estado de México en las cercanas elecciones para Gobernador, demuestra con gran pompa que la prioridad de los partidos políticos es tomar dominio y compartirse los puestos. ¿Será que el partidismo mexicano no tiene otro interés que dominar a cualquier costo, incluso de ideales?
Los partidos políticos se han alejado de sus principios fundamentalistas para generar coaliciones que sólo buscan obtener el gobierno a cualquier precio.
Sabemos que el sistema político nacional ha llegado a tal grado de eclecticismo que los principales miembros activos del cualquier partido tienen un pasado en los curules en más de un distinto organismo partidista.
Recalcando que México es un Estado ensimismado en un sistema arcaico, que sólo propaga la idea de que la nación no tiene alternativa política más que seguir bajo el yugo de un puñado de organismos que mutan a conveniencia de intereses internos.
Al parecer, el sistema democrático mexicano se ha provisto de una autonomía tal basada en la ignorancia, que sus votantes son incapaces de vislumbrar la raquítica situación en la que se encuentra. Desde otro ángulo, los miembros de los partidos políticos son incapaces de tomar conciencia de los actos “contra natura” (democracia) que se cometen con tal de obtener el gobierno de la nación.
México vive la toma de poder de los partidos cuando debiese empoderar a los ciudadanos. ¿Acaso no es ya obsoleta la idea de un Leviatán estilo Hobbes?*
El Estado debe de emanciparse del clientelismo político, de las alianzas partidistas surrealistas y del gobierno “representativo” que boicotea el bienestar ciudadano. Sé que todo ciudadano letrado en la búsqueda del bien-estar común, y del bienestar de México, estará de acuerdo.
Compartamos este escrito y generemos prospectos que iluminen un cambio de paradigma democrático en México. Estoy deseoso de escuchar e interactuar.
¡Buen día!
Samuel Podolsky
@sampodol
spodolsky@elsemanario.com
*Recomiendo leer: Leviatán, o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil de Thomas Hobbes, filósofo y político inglés.
las generalizaciones no suman…sólo restan….y es tiempo de sumas, no de restas….!!!
Las alianzas partidistas son un aliciente al país desde el momento en que partidos políticos con fundamentos antagónicos, logran sentarse y alcanzar acuerdos; sin embargo, es una realidad que el partidismo en México se ha convertido en mafia similar a la de los sindicatos en el ámbito laboral; mientras desde los hogares sigamos dando ejemplo y educación totalmente pragmática, olvidemos de lograr tener en México un sistema político que ame a su país y votantes autocríticos y exigentes.
Estimado Sam, Creo que doña Ana Luisa Fox Lozano quiso decir en su mensaje “olvidémonos” y sigamos: Hace ya mucho tiempo que dos partidos de supuestas ideas antagónicas se unen para lograr el poder. Todo, hasta la ignominia, por el poder. Y también ya hace mucho que candidatos que, siendo de partidos opuestos, cambian de chaqueta para logar lo que su celo anhela. ¿No ha visto usted a Carlos Joaquin que en pleno período de campaña cambio de PRI a PRD o PT?? – No importa qué partido, lo que vale es que chaqueteó, igual que tantos otros que no menciono por ahorrar espacio, pero agrego que Senadores y Diputados, han cambiado de chaqueta igualmente, yéndose de un partido a otro en plena pre-campaña y durante la misma. Todo por el poder, Sam, ¡¡todo por el poder!! Porque dinero no les falta, como es el caso de Carlos Joaquín, cuya familia es de gran riqueza allá por Cozumel. Busquemos el bien de México, don Sam. No será fácil, pero nada que valga la pena lo es.