Las personas felices no hablan mal de los demás.
Se preocupan en mejorarse a sí mismos.
De acuerdo con Cliff Arnal, profesor del Centre for Lifelong Learning, adjunto a la Universidad de Cardiff (en Reino Unido), el tercer lunes de enero es considerado como el “día más triste del año 2018”. Esto se logró definir hace unos años por medio de una fórmula en la cual intervenían variables como el sueldo, el clima, las vacaciones e incluso, el volver a la “normalidad” de la oficina. Dentro de estos factores, las personas creyeron fielmente el descubrimiento, ya que lo “avalaba” una institución reconocida por sus avances científicos. Pero en realidad, sólo fue una estrategia publicitaria que utilizó una agencia de viajes para detonar sus ventas, confesando, incluso, que se les había pagado a los científicos y sociólogos que reconocían dicha ecuación como veraz, para aparecer en el comunicado oficial de la agencia publicitaria. A pesar de que ese mismo año el profesor Arnal salió a desmentir que sea un día considerado con tal carga emocional, desde hace trece años se le reconoce al tercer lunes del año como el más triste del año.
Por otro lado, la Organización de las Naciones Unidas, en el año 2012, declaró el 20 de marzo como el Día Mundial de la Felicidad, publicando un estudio en donde se miden variables sociales, económicas y de bienestar, donde se realizaron encuestas a los habitantes de 155 países, preguntándoles sobre el nivel de felicidad que mantenían. Cada año surgen países más y menos felices, pero en sí, todo radica en la percepción que cada habitante tiene para sí mismo. De esta manera, se llegó a la conclusión de que Noruega es el país más feliz del mundo, gracias a los avances en la calidad de vida de sus habitantes y, México, contrario a lo que todos pudiéramos pensar, ocupa desde el año pasado, el lugar 25.
Y no es que veamos el vaso medio lleno o medio vacío. Al final de cuentas, hay muchas variables para llegar a esos resultados, en ambos casos; tanto para ser considerado como el día más feliz del mundo, o el más triste. El verdadero secreto está en cómo vemos no sólo esos días, sino todos los demás. En un negocio o empresa convivimos con colaboradores que normalmente, mantienen una actitud positiva, digna del día más feliz del mundo, pero también pueden tener episodios tristes o con cualquier otra connotación emocional.
¿Cómo se logra mantener la mente positiva?
- No te tomes las cosas personales, recuerda que dos cabezas piensan diferente y por ello, tenemos que respetar las opiniones, si queremos que respeten la nuestra. Recuerda la frase: “personas razonables podemos diferir”.
- Difunde actitudes asertivas que guíen y motiven al personal a una meta en común.
- Comprende los estímulos y entornos de quien está pasando un mal día e intenta ayudarle.
Al final de cuentas, nuestra actitud será modificada por cómo vemos la vida y la manera en que respondemos ante los cambios repentinos. Son variables que necesitamos hacer a un lado. Tenemos que unir fuerzas porque los retos que se vislumbran los vamos a superar uniendo nuestros corazones en una sola voz, no importando si trabajamos en el escenario más feliz o el más triste. Hay que cantar lo bueno que pasa en el país y compartir juntos todos nuestros triunfos.