Las encuestas políticas han estado de moda de manera creciente en México desde aquella primera hecha en la campaña de Carlos Salinas. Hoy casi no pasa un día que un medio nacional no presente una encuesta. Se dice muchas veces que los resultados de las encuestas presentadas son a modo de quien las pagan, por interés de buenos resultados de ciertos personajes o pretensos candidatos. De igual forma, el resultado presentado de las encuestas se dice puede inducir a la preferencia política y al voto, en un efecto de horda o manada, por aquello de que se sigue al líder. Aun no siendo así, los resultados presentados de las encuestas en México son sumamente elementales para poder proporcionar información estratégica o inferencial valida. En el mejor de los casos, dan pie a sus recolectores a sacar medias, como medida de centralización estadística simple, cuya representatividad en un universo dado es débil.
Así, la media de estatura de una persona de dos metros y uno de un metro, es un metro y medio. Si decidimos comprar ropa para una persona de metro y medio, sería un craso error. Qué tan representativa es una media así estimada, de un universo más amplio, ello dependerá de la desviación estándar, que nos diría que tan cerca o representativa es la media simple en relación a los datos observados.
Una encuesta es un medio para hacer análisis estadísticos, descriptivos, pero también inferenciales para saber interpretar tendencias, causas y posibles escenarios futuros. Las inferencias nos dicen qué relaciones hay entre un universo y ciertas o características del universo muestral. Por ejemplo, el grado de educación y la potencial preferencia electoral, la región del votante y su selección de candidato, ello sólo a guisa de ejemplo. Aspectos que no parecen ser cubiertos en México con la simple presentación de datos agregados y porcentuales. Sin duda, en este deporte y afición de moda en México, que parecen ser la política y las elecciones, esperemos algún día nuestros “comentólogos” y “opinólogos” tengan presente la ciencia de las elecciones, denominada en inglés psephology. Mientras hay que seguir entreteniendo al respetable, aún en las llamadas redes sociales. Pero también es necesario pagar sus costos.