Dejando a un lado la procrastinación

Lectura: 3 minutos

Todos los días vemos a alguien (o incluso a nosotros) que tiene mucho trabajo, pero empieza el día viendo videos de YouTube, revisando el time line de su Facebook y el de sus amigos, e incluso, buscando contenido, memes y/o cualquier actividad improductiva. Un par de horas después es momento de tomar café y de escuchar música. Cuando llega el medio día, es hora de empezar a trabajar, pero un par de horas después, el ritmo se detiene porque ha llegado la hora de la comida… y es un cuento de nunca acabar, en donde el aplazar las fechas de entrega o los compromisos estipulados cambian de manera abrupta, debido a la falta de resultados.

Muchas personas la practican, sin saberlo. Se dice que los mexicanos somos expertos en ello, aunque también hay de otras nacionalidades.  Seguramente conoces a alguien que es lo mejor que hacen todo el tiempo e incluso, es lo único que le sale bien. El mal alcanza a todas las esferas económicas del mundo. Todos en algún momento hemos sentido ese fantasma rondando en la oficina, en la empresa y/o en nuestra casa. Estamos hablando de la procrastinación y de sus resultados.

Ciclo de la procrastinación

Para entender todos los términos, hablamos de la procrastinación como uno de los males modernos que padece mucha gente en todo el mundo. Según la Real Academia Española, la procrastinación es el acto de diferir o aplazar las acciones. Es el arte de aplazar todo para otro momento o el difícil hábito de empezar cuando está a punto de llegar el temido dead line. Son acciones que pueden parecer irresponsables en la mayoría de los casos, pero en general, son conductas auto-reguladas, las cuales son definidas por la evasión de ese deber u obligación, por miedo a fracasar, por indecisiones, o bien, por querer esperar hasta que no haya más que hacer, que hacerlo.

¿Cuántas veces hemos escuchado el “como buenos mexicanos… hacemos todo hasta el último momento”?; ¿Viene en nuestro ADN?; ¿Por qué somos así? La respuesta más simple es: por el nivel de procrastinación que estamos acostumbrados a manejar en nuestras vidas. Nos gusta vivir al límite. ¿A quién no?

Según Joseph Ferrari, vocero de una organización de Psicología en Estados Unidos, afirma que es un fallo en la auto-regulación de algunas personas, principalmente en aquellas que caen fácilmente en conductas sociales como las actividades placenteras, las recompensas inmediatas y el bajo desempeño en sus tareas. Son conductas que bien pueden evitarse, pero que los procrastinadores prefieren antes que agendar y controlar las actividades del día a día.

Por eso, comparto algunos tips que podrían ayudar a la hora de cambiar ese hábito:

  1. Establece una meta específica, accesible y realista.
  2. Toma una decisión y comunícala a tu equipo de trabajo.
  3. Crea una rutina positiva que te ayude a alejar todo tipo de tentación.
  4. Anota las ideas que debes evitar en tu mente.
  5. Busca siempre la cara agradable de lo desagradable.

Por ello, si eres una procrastinadora o un procrastinador, tienes que poner especial atención en el tema del aburrimiento, ya que suele pasar que todo empieza en el “estoy aburrido de hacer…, de ver…, de leer…”, por lo que hay que evitar las justificaciones, los argumentos que te absuelven o que te permiten no lograr tus metas. Mientras más practiques estas actividades, será más rápido tu triunfo. Lo mejor es que empieces lo antes posible, porque recuerda que dicen por ahí “no dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy”.

0 0 votos
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x