DESTRUIR ARTE

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Un grupo de ladrones entra en el Centro de arte de Rotterdam y se lleva pinturas por un valor aproximado de 23 millones de dólares. La madre del ladrón en una anti ética deformación del amor materno, decide ser cómplice criminal, hacer aun más daño del que ya hizo su hijo, y quema las pinturas en el horno de su casa. La presión policiaca, y que la banda no pudo vender el lote de obras, orilló a la mujer a decidir que un delito soluciona otro y que una madre está obligada a involucrarse en un crimen en lugar de denunciarlo. Esta terrible acción dejó a la historia del arte y a la sociedad sin obras de Picasso, Monet, Matisse, Gauguin, de Haan, Freud. Estas obras son algo más que dinero, son piezas artísticas irremplazables, que estaban expuestas en un museo por la donación de un coleccionista que durante años reunió pinturas y esculturas.

La pérdida es muy grande porque la gran mayoría conocemos las obras de arte gracias a que los coleccionistas las donan a los museos. Este acto priva a miles de personas del privilegio de ir a un museo y poder contemplar y aprender con estas pinturas. Al robarlas las obras bajan de valor porque la pieza es un problema y el coleccionista al adquirirla comete un delito, no se pueden exponer o vender en el circuito comercial. Tendrían que vivir en la oscuridad de una bodega o una fortaleza. Seguramente esto no lo sabían los delincuentes y esperaban mucho dinero por su lote, regatearon por cantidades que nadie les iba a dar. Cuando una obra es robada ex profeso el precio es sobre el riesgo y el valor de la obra y el que la adquiere sabe que es para su estricta contemplación personal y que la obra nunca será mostrada en público.

El arte tiene historias de destrucción trágicas y siempre son por la barbarie y la ignorancia humana, por el nulo sentido de la ética. En las guerras, las dictaduras, o en demenciales actos individuales, las obras de arte son vulnerables ante una sociedad que no quiere entender que el arte es conocimiento y que crearlo y preservarlo hace a una sociedad mejor. A un artista le toma una vida llegar a las decisiones que le permiten terminar una pintura, un lienzo es el resultado de miles de intentos, de dudas, de la entrega a la creación. Acabar con una obra es la aniquilación de un pedazo de la vida del autor.

En la creación hay generosidad, aportación, el artista sabe que la obra no será más de él, que es de la Historia, de la gente que la mira, esto no nos da derecho a destrozarla, a tomarla como si fuera algo que se reemplaza de inmediato, cada pintura es única, aun perteneciendo a una serie no hay dos iguales. Destruir es mezquino, es maldad. Esta mujer habría ayudado si con una actitud ejemplar denuncia a su hijo y entrega las obras, el museo las recuperaría y la sociedad se libraría de un delincuente. Ahora, sin pruebas del robo, parece que hay posibilidades de que la banda salga libre y las obras están destruidas. Es la estulticia sobre la cordura, la abyección sobre la ética.

 

 

Avelina Lesper - 448-14-Arlequin Picasso

 

 

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