Sálvese quien pueda
A diferencia de otras notas, no compartiré enlaces de la web, pues me imagino que todo el mundo que está en casa y dispone de Internet, de neveras llenas de comida, bebida, aire acondicionado y otras facilidades de la vida moderna, ha leído lo que le interesa. Yo mismo no he leído mucho y trato de ver lo menos posible la información de la T.V., ya que no me brindará mucho salvo ponerme histérico.
Eso sí, estoy en cuarentena desde varios días antes del decreto presidencial, pues me era muy claro que el mejor remedio es no exponerse y mi casa, en ese sentido, es mi fuerte, mi fortaleza. He manifestado en el pasado y ratifico hoy que sufro de la enfermedad de la conspiración. Ya he publicado también que esta guerra global es un programa que tiene varios objetivos y supongo que este virus es producto de un laboratorio, y es verdad que no sé si se escapó del mismo o le abrieron la puerta. De todas maneras, al estar afuera ya era difícil meter nuevamente al diablo en la botella. En este momento, 28 de marzo, hay 597,630 infectados y 27,370 muertos, según los datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, Estados Unidos). Cuándo se detendrá, cómo se detendrá, cuántos muertos habrá al final, eso está por verse.
Como siempre, ante este tipo de eventos aparecen una serie de personajes, en los que me incluyo, que sostienen que esta pandemia es una acción conspirativa contra el orden establecido. Debemos reconocer que el orden establecido para unos y para otros no es el mismo.
El primer punto –y seguro más de uno me crucificará y sólo por no comprender que nada tengo en contra de los científicos que investigan, todo lo contrario, sólo en ellos confío–, es que los científicos no están de acuerdo entre ellos, pues si fuera así quizás ya tendríamos la vacuna. Y posiblemente exista la vacuna, pero aún no están dadas las condiciones para usarla.
Leí que no es posible que este virus sea un producto de laboratorio porque los virus de laboratorio suelen construirse sobre el esqueleto de virus existentes y éste es uno nuevo, como también leí “nuevo coronavirus”. Soy absolutamente lego en estos temas y no tengo la capacidad de leer y entender lo que publicaron los científicos en la importante revista científica Nature. Mi análisis proviene desde otra plataforma:
1. El desarrollo académico de los científicos a la par que investigan, deben publicar lo investigado y eso pasa serios controles, pero lo cual no significa que sea absolutamente cierto o comprobado; en gran medida son expectativas.
2. Estos mismos científicos para poder investigar reciben mucho dinero, pues de algo deben vivir, y eso me llevó hace años cuando leía en la prensa los resultados de alguna investigación que me interesaba, averiguar quién la financiaba. ¿No es fácil de comprender? Si una investigación dice que la Coca-Cola es mala para la salud, posiblemente la investigación la pagó Pepsi Cola. Si la investigación demuestra que ambas bebidas son malas, posiblemente la investigación fue financiada por un fabricante de jugo natural, digamos cítricos.
3. Yo escribí en una nota que aunque no sea “humano” lo que pienso, creo que esta guerra se desató para combatir nuestra longevidad que, según los economistas y políticos, es un peso para la sociedad. ¿A alguien se le ha ocurrido pensar que alguna persona, entidad u organización, confiese que ha desarrollado un virus para ese objetivo? Seguramente no es de esta manera, pero por eso es tan importante encontrar las explicaciones del porqué es una mutación de la naturaleza.
Otra faceta de esta guerra pandémica son los derechos de los trabajadores. Miles de personas quedan sin trabajo, sin ingresos y deben estar recluidos en su casa y multados si salen a la calle. Personalmente –y si bien por tener “la edad atacada”– considero correcto no salir, aunque no estoy seguro que la cuarentena absoluta sea la mejor solución, y posiblemente seamos testigos de desbordes populares imparables. Hay momentos que pienso que la cuarentena total es una forma de evitar manifestaciones. Ojalá me equivoque. En algún momento esto volverá a la normalidad, pero estoy convencido que las condiciones laborales serán distintas y más difíciles para los trabajadores.
Frente a los trabajadores tenemos el capital y sigo sin entender por qué no suspendieron la compra-venta de acciones y bonos en las Bolsas de Valores. La constante baja de los Valores, las banderas rojas, han despertado pánico y ante esto hay desbandada general. Las pérdidas de muchos son enormes. Pero esa mercadería alguien la compró. Nunca sabremos quién fue, pero no dudemos, los que compraron serán de los grandes beneficiarios de esta guerra. ¿Alguno cree que los bancos saldrán perjudicados?
Como estoy confinado, no sé qué pasa con los precios de los productos, pero los productores de leche, verduras y fruta no se enriquecerán de esta guerra pandémica ni del incremento de los precios. Aparentemente el productor de papel higiénico sí se beneficiará porque escuché que hay alta demanda de ese producto.
La reducción del consumo en general debido al confinamiento, provocará pérdidas muy grandes en el turismo. Aunque en lo inmediato comprendo que los hoteles se convertirán en hospitales, los operadores turísticos sí se verán afectados. ¿Y las empresas aéreas? Sin duda muchas quebrarán, pero su sector al fin y al cabo será de los mejor beneficiados de esta guerra global.
Mi teoría es que serán más pequeñas, morirá el low-cost, los boletos estarán más caros, los salarios sustancialmente más bajos y, por supuesto, tendrán apoyo del gobierno –posiblemente el tema de las compañías aéreas merezca un texto especial–.
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Los chinos van a frenar esta pandemia cuando a ellos les de la gana. La empezaron en una ciudad y aunque se les fue de las manos lograron controlarla. Eso no me lo quita nadie de la cabeza.
Esto es una pugna de poderes por la hegemonía del mundo.
China esta tratando de colapsar a USA, todo ha caído, la bolsa, el dólar etc.
Es la III guerra mundial y sin un solo tiro es bacteriológica.
GRACIAS por comentar, mas vale anónimo que nada. Todo es posible. Tengo la impresión que China necesita de EEUU y mas les vale ir juntos. Como pudimos apreciar Wuahn, para mi hasta ahora desconocida ciudad, es una fuerte ciudad en la que se producen muchos de los artículos que se consumen en el exterior y por ende hay muchos extranjeros trabajando y controlando la producción, personas que pueden distribuir el virus precisamente en diciembre que se sale para las fiestas. Si el virus afecta los pulmones no debemos sorprendernos que hay muchos muertos en el norte de Italia donde estaban las fabricas de asbesto (Caso Eternit). En mi primera nota sobre el tema manifesté que en EEUU ya habia miles de casos y que no se permitió investigar. En otros 50 años cuando abran los archivos viejos podremos saber la verdad o que aparezca un nuevo Julian Assange