#Educación #Equidad #Calidad
Yo tengo tres hijos en edades escolares, uno en la prepa, otro en la secundaria y otra en la primaria. A todos los tengo en escuelas privadas porque, en el sistema de educación pública, no he encontrado la calidad educativa que hoy tiene la educación privada, sobre todo en los niveles de educación básica y media. Todos los días me pregunto: Si México es de los países que más invierte en educación, ¿por qué somos un país con tan baja calidad educativa?
Ahora tenemos un gobierno saliente que impulsó una reforma educativa –que no tuvo ni tiempo de madurar para ver si servía o no– misma que, según dice el gobierno entrante, se echará para atrás. Este último hará una consulta nacional para lograr lo que llaman “Un Acuerdo Nacional sobre Educación”. ¿Eso será bueno o malo? No lo sé. Si uno lee la convocatoria (que se puede consultar en http://porunacuerdoeducativo.com), hace sentido.
“Ante el compromiso de construir una verdadera transformación educativa, es necesaria la participación de la sociedad; para escuchar ideas y propuestas para mejorar la educación y fortalecer su carácter laico, gratuito y plural.” dice la convocatoria en su parte inicial.
“Se busca avanzar en la construcción de consensos que permitan una educación que supere los rezagos de la pobreza, la marginación y la exclusión; y afronte con equidad y calidad los retos del futuro”, dice en otros de sus párrafos. Yo aquí me detengo para destacar dos palabras fundamentales para el desarrollo educativo de nuestro país: equidad y calidad. Si para mejorar la educación en nuestro país nos enfocamos en esas dos palabritas, nos podemos olvidar de tanto rollo y de verdad aspiraríamos a mejorar las condiciones de vida de los mexicanos.
Yo soy de los que afirmo que, el trasfondo de cualquier problema que tiene el país, es educativo. Si me pidieran identificar el elemento o ingrediente más importante para el desarrollo de un país, sin duda diría que es la educación; y si tuviera que identificar tres, serían: educación, educación y educación.
En México se hizo una reforma constitucional en el 2013. Esa reforma es consecuente con lo que señala la convocatoria emitida por el nuevo Gobierno. En ella se contemplan claramente los dos principios rectores de una buena educación: que sea de calidad y que sea para todos, es decir, equitativa.
De lo que se reformó en el 2013, destaca la fracción II del artículo 3º, en sus incisos c) y d) que a la letra dicen:
“II. El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.
Además:…
- c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, a fin de fortalecer el aprecio y respeto por la diversidad cultural, la dignidad de la persona, la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos, evitando los privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos, y
- d) Será de calidad, con base en el mejoramiento constante y el máximo logro académico de los educandos;”
Claramente, el inciso c) habla de EQUIDAD y el inciso d) de CALIDAD.
En mi opinión, la Constitución quedó bien y no debería reformarse en materia de educación, sino únicamente las leyes reglamentarias, si así lo requirieran.
En cuanto a la consulta, se vale hacerla y reformar las leyes que lo requieran; pero estoy convencido que éstas (las consultas) sólo le sirven a quienes las diseñan, porque están hechas para provocar respuestas en el sentido buscado. No metamos la política en la educación, eso sí podría ser un verdadero desastre; y México, que ya de por sí trae un rezago importante, no se puede dar el lujo de quedarse atrás en materia educativa.
Si leemos la Constitución, que a todos invito a hacerlo, verán que trae todos los elementos que también persigue el nuevo gobierno. Revisen las leyes reglamentarias pero, por favor, no manoseemos a nuestra Constitución que, la verdad, sí fue bien reformada.
Completamente de acuerdo, en otro mail que mandó el Semanario respondí que la educación es el crecimiento Personal, de su Familia y de la Patria, estoy convencido que las encuestas de opinión son muy validas siempre y que la idea original sea planteada correctamente analizada desde los 360 grados para que así ésta sea enriquecida y se cumpla el principio de Dn. Miguel de Unamuno ” hay que convencer, no vencer”.