“Es más fácil luchar por unos principios que vivir de acuerdo con ellos.”
Alfred Adler
¿Desencantos sociales? ¿Molestias populares? ¿Bien común? ¿Pragmatismo político? ¿Oportunismo económico? ¿Avaricia por el poder? ¿Recomposición de las fuerzas neo-panistas? ¿Desarrollo y progreso auténticos?
En ese mismo sentido, una investigación que realizamos años anteriores, con testimoniales y entrevistas realizadas a profundidad a varios ex presidentes del Comité Directivo Estatal de Puebla en los periodos de 1985 a 2015, para un libro con título Historias Vivas del PAN, protagonistas y sus epopeyas (que fue un trabajo arduo, aún sin publicar), nos dio mayores luces sobre el concepto “morenovallista”, pero la lógica política indica que hay más –mucho más– que lo dicho de quien, en ese momento (2015), era gobernador del Estado, Rafael Moreno Valle Rosas.
A nueve meses del accidente (24 de diciembre de 2018) donde murieron el ex gobernador Moreno Valle y su esposa, Martha Érika Alonso Hidalgo (gobernadora en ese momento) y otras tres personas; desde entonces, me generó la inquietud de buscar las raíces y fundamento del “morenovallismo”, que en principio, no nació con la llegada Moreno Valle Rosas al gobierno del Estado, sino con su abuelo, y que él –el nieto–, quiso emular las ideas de su ascendente, por lo que requería reivindicarlo dado los méritos que tuvo como médico militar (ya que fracasó como político, al grado de no concluir su mandato constitucional como gobernador de 1969 a 1975), pues fue destituido en 1972.
Un personaje crucial, en este proceso de reivindicación, es el conocido abogado-político consumado y consagrado Melquíades Morales Flores, quien fue Secretario Auxiliar durante el mandato del doctor y general Rafael Moreno Valle (abuelo). Luego, cuando Melquíades Morales fue gobernador (1999-2005), nombró a Rafael Moreno Valle Rosas (nieto) como Secretario de Finanzas. Cabe señalar que éste comenzó su ruta política a los 23 años (1991), como parte del cuerpo de asesores del director de Normatividad de Derechos Humanos, estando Andrés Aguirre Aguilar, en la Secretaría de Gobernación. Después se sumó con Melquíades Morales Flores –siendo presidente del PRI en Puebla–. El trabajo de Moreno Valle en el PRI fue operar en favor de Manuel Bartlett para el triunfo de la gubernatura. Otra persona que impulsó la ruta del “morenovallismo” fue, sin duda, la maestra Elba Esther Gordillo.
Todo indica que también allí pudo meter la mano don Melquíades porque ya habían caminado juntos él y ella en el PRI; si bien Rafael Moreno y Elba Esther tuvieron un vínculo político directo siendo compañeros en la Quincuagésima Novena Legislatura (LIX) de 2003-2006, donde se afianzaría la pretensión escalonada y formalizó el pacto progresivo estratégico. O sea que, Moreno Valle Rosas pasaría de diputado federal a senador, luego a Casa Puebla, y finalmente daría el salto a Los Pinos.
Así la madrina política del entonces diputado lo catapulta con su apoyo a través del partido Nueva Alianza (mismo fundado por la maestra). Para ello le asegura la candidatura y triunfo como senador de Puebla por el apoyo que ella le dio a Felipe Calderón en el 2006 para presidente. En 2010 se da el paso, otra vez la maestra lo apoya con el partido Nueva Alianza para hacerlo gobernador.
Rafael Moreno Valle Rosas formó un grupo que lo acompañaba en sus propósitos. El llamado Grupo Finanzas, integrado –entre otros– por: Fernando Manzanilla Prieto, Eukid Castañón Herrera, Antonio Gali Fayad, Jorge Aguilar Chedraui, Marcelo García Almaguer y Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta, actual gobernador de Puebla.
Queda mucho por precisar.