Estimados lectores, hoy tengo un malestar, siento rabia, odio, rencor e impotencia, por lo que pasa todos los días en nuestra área conurbada (CDMX–EDO. DE MEX), sí, todos los días los ciudadanos que utilizan el transporte público, es decir, nuestra gente trabajadora, incluidos varios compañeros de oficina o plantas, útiles al país, que pagan impuestos y, por qué no decirlo, a veces o muchas veces explotadas, tienen que ser víctimas de unos cobardes, que en lugar de ponerse a trabajar, deciden subirse –y últimamente ya no es necesario hacerlo– a las combis o micros, y a punta de pistola y con palabras altisonantes atracan a los pasajeros; y cuidado y no les entreguen lo que te piden, ya que tu vida depende de ello.
¿A dónde hemos llegado?, ¿por qué esta bola de infelices no se enfrentan y tratan de robar a alguien que realmente les deje dinero? –y no es que incite a que lo hagan, sucede de facto y por supuesto que es también condenable–, la respuesta es simple, y se ha visto cuando lo han intentado. Esa clase social va protegida, armada, tiene influencias, conocidos y, claro, ante esto, es mejor quitar relojes, celulares, anillos, aretes, carteras, etc., de poco valor, para ir a venderlas por casi nada, ¿ésa es una forma de vida?, ¿qué tipo de gente se atreve a hacer algo así? Pero, sobre todo, ¿por tan poco? No me imagino cómo pueden decirle, ya sea a su madre, esposa, concubina, amante, o lo que sea, “ahora vengo ‘voy a trabajar’”, simplemente es un descaro.
Creo que todos y me refiero a “TODOS”, estamos hartos de esta situación y que nos hayan prometido resolver dentro de los primeros tres meses de gobierno. Vemos con pena que cada día la delincuencia va en aumento, sin ninguna respuesta de las autoridades. Ya no se dice nada, ¿acaso piensan que el pueblo está de acuerdo que si bien les va, los asalten cuando menos una vez a la semana, o al mes?, ¿para eso dieron su voto?, ¿fue tal el engaño? Aunque a muchos no les agrade, es evidente que no hay avance, bueno, hay que aclarar el punto, “NO” hay avance para reducir la delincuencia, o mejor dicho, encontramos “AVANCE” de la delincuencia. Todavía hay opiniones (minoritarias, desde luego) que piensan que estuvo bien lo de Sinaloa –los admiradores del gobierno–, dicen que se actuó con una demostración “sabia” de cordura, con el fin de evitar mayores daños a la población. Es absurdo, si eso fuera cierto, me pregunto, ¿por qué autorizó el operativo?, ¿quién cree qué un movimiento así no puede ser autorizado por el jefe del Ejecutivo y comandante supremo de las Fuerzas Armadas?, ¿acaso hay o existe personal que no está de acuerdo en que sus órdenes sean coherentes, cuerdas, atinadas, como para brincarse ese paso?, ¿tenemos títeres en las dependencias?
Si partimos del “yo tengo otros datos” es muy probable que exista. Haya funcionarios, colaboradores molestos, enojados, a disgusto, pero, por favor, ¿un movimiento así?, no lo hubiera autorizado ni el propio presidente Calderón, no podemos cerrar los ojos a la realidad y lo que es peor, “el mensaje enviado”, eso no tiene reversa y desde luego que las células de los malandros, malandrines, o como quieran llamarlos, están en todos lados y tienen vía libre para perpetrar sus fechorías, y lo peor es que lo vemos diariamente, ya no causa sorpresa y cuidado, esto es un mal irreversible, no tiene vuelta, para la gente normal, es común, es normal, es un hecho cotidiano y “NO”, desde luego que no lo es, no podemos ni debemos permitirlo, asumir que es un mal irreversible de la sociedad es bajar los brazos, es aceptar que NO hay nada por hacer y que estamos destinados a vivir con miedo, con angustia, con la incertidumbre de qué pasará mañana.
Y bien, ahora estoy en casa, con mi familia, pero, y ¿mañana?, ¿cuándo salga a trabajar?, ¿llegaré al trabajo?, ¿podré regresar a convivir con mi familia o pasaré a ser un número más de la estadística de crímenes sin resolver?, ¿un caso más para el archivo?, ¿tan poca cosa vale mi vida para las autoridades? Empero, ¿qué pasaría si se tratara de un familiar, pariente, amigo, compadre, de algún Secretario de Estado?, ¿funcionaría el sistema para ellos?, ¿pasarían a la estadística?, ¿estoy seguro que no?, eso les sucede sólo a los de la clase media para abajo, y si no, ¿por qué las cárceles están llenas de personas con delitos, algunos mayores, que tal vez su error fue no cumplir el pacto con el influyente, pero la mayoría, por un delito menor, propició su ingreso al penal?, ¿estorbaban?, ¿no aceptaron colaborar con ese monstruo llamado “CORRUPCIÓN”?, ¿pensaron que podría resolver el caso y no caer en las garras del mismo? ¿Seguirá siendo un problema difícil de ver, entender, comprender pero, sobre todo, de resolver?
La maquinaria es enorme, hay personas de poder metidas hasta el fondo y difícilmente se logrará avanzar. Hoy vemos que después de muchos años de denuncias, abusos, extorsiones, hay uno, dos o tal vez tres personajes en investigación, pero ¿son sólo tres los que nos han llevado al caos que tenemos?, desde luego que no, entonces ¿por qué si ya se inició un proceso, no seguirlo hasta las últimas consecuencias? Una vez más es dar “atole con el dedo”, el monstruo es enorme, nadie lo puede tocar, al menos hasta hoy.
Hay intereses creados de muchos años, el sistema es, por eso, “el sistema”, no sabemos cuántas cabezas tiene y si cortamos una, cuántas saldrán después fortalecidas, ya que tomarán experiencia del pasado y evitarán caer en el mismo error de las anteriores.
Realmente es alarmante la cifra de robos a compatriotas según UNO TV y con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). El Estado de México es una de las entidades con mayores asaltos con violencia al transporte público.
En el primer semestre del 2019 ocupó el primer lugar con 4,769 robos registrados, de los cuales sólo hubo una denuncia. Claro, los ciudadanos no creemos en las instituciones, ni quienes las manejan. Lo vemos, nuestro sistema en tan vago, sucio, y si logran meter a alguno de estos tipos a la cárcel, saldrá a las pocas horas o días, ya que el supuesto delito no está considerado como grave, y para “el sistema” no hay nada que perseguir.
Cuántas veces hemos leído que capturan a estos tipos portando armas para uso exclusivo del ejército, que supuestamente representa una pena por ese simple hecho y vemos por desgracia que tampoco pasa nada, no importa de dónde las saquen, compren, roben, etc., el caso es que la justicia no llega para ellos, la cuestión es ¿por qué?, ¿es parte de la impunidad que vivimos?, ¿cuando llegará el día que la justicia sea igual para todos?, sí, ¿para todos? También tenemos otros sujetos que no roban, pero peor aún, raptan y mutilan a sus víctimas para ejercer presión sobre los familiares y conseguir que paguen el rescate solicitado, e incluso así, llegan a quitarles la vida.
¿Qué tipo de ente es el que sin remordimiento alguno actúa de esa manera con un ser humano? Sólo porque la víctima tuvo visión, trabajó, se esforzó y logró tener una mejor posición, un patrimonio logrado con esfuerzo, para que de la noche a la mañana se lo quiten y la vida también. Estoy seguro que tú, apreciado lector, conoces casos o has tenido familiares que han pasado por esto que es inaceptable, que deja una marca para siempre, pero sobre todo, surge un sentimiento de rabia de impotencia, de la falta de resultados, y como decía hace un momento, de pasar a ser un número más de la estadística de casos sin resolver.
Mi pregunta, y tal vez sea la de muchos, ¿dónde comienzan mis derechos como persona, ciudadano? ¿Dónde terminan los de ellos como delincuentes?
Y, como siempre, ¿ustedes qué opinan?
De acuerdo totalmente con su comentario, la inseguridad en la que vivimos en nuestro México querido cada vez va en aumento y más en estas fechas de fin de año.
Me causa miedo el saber que mis hijos tienen que salir a las calles y que están expuestos a tanto peligro, por asalto, por trata de personas, por violencia, porque las autoridades lo hayan confundido con otra persona, por, por, por……
Y que decir de los inversionistas extranjeros? simplemente no miran hacia acá por la misma inseguridad e impunidad de nuestras autoridades. ¿A dónde vamos a parar? como diría en su canción
Marco Antonio Solís?
Totalmente una injusticia, adicionaría que muchas personas tienen mas de un trabajo para poder solventar sus gastos y aun con ello, con todo y ese esfuerzo vivimos en la ciudad en la que cualquiera puede quitarte tus cosas en 30seg, se esta volviendo frecuente el tema de la delincuencia y es una pena que sea nuestro pan de cada día, sin duda alguna lo único que podemos hacer es no adquirir artículos robados, es fácil quejarse pero a muchos se les hace más sencillo comprar cosas de “Roberto” y eso es lo que crea este circulo vicioso.
Me agrado muchísimo el nombre que puso a este artículo, ya que es cierto que tiene mil cabezas, así es la delincuencia y quiero enfocarme al tema del robo y no el de quitar la propiedad algún bien material, no olvidemos el robo de mujeres (en México muere una mujer cada 15 min), de hombre, de niños y de todos aquellos delincuentes que roban no sueños, esperanzas idea y lo peor la tranquilidad en la familia, sin duda alguna la delincuencia puede verse de muchas maneras.
Lo seguimos leyendo, excelente artículo.
Completamente de acuerdo, la situación que atraviesa actualmente el país es el resultado de ofrecer pan y circo, y la situación va de mal en peor, ya que es lamentable ir por las calles escuchando que no solo eres agredido por delincuentes, sino que también por las mismas “autoridades” que abusando de su poder aprovechan para despojarte de tus pertenencias.
Y hoy en día se esta viendo el hartazgo de algunos ciudadanos que cuando logran detener a un delincuente lo golpean hasta el cansancio, porque las autoridades en logar de tomar acciones contundentes contra esta enfermedad social, los defienden y los dejan libres en cuanto pueden.
Por eso es que el pueblo toma acciones tan drásticas para decir ¡YA BASTA!