La semana pasada en tres actos

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En el país del chiste tenemos diversas formas de contar uno. Entre ellas, está la estructura aristotélica de la obra en tres actos y su variación, en un solo acto, pero con tres personajes. Entre esos chistes hay uno que se pregunta cuál es la diferencia entre un japonés, un estadounidense y un mexicano que van manejando su coche y escuchan un ruido: el japonés se baja a arreglarlo, el estadounidense tira el coche y se compra uno nuevo más grande y el mexicano le sube a la radio. Chistes de idiosincrasia y de arquetipos, pero la semana pasada le subimos a la radio.

El lunes despertamos con la noticia de un tráiler (luego supimos que eran dos) cuyo contenedor transportaba por Guadalajara a 140 cadáveres (luego fueron 200, 263, 300…). Como una nueva versión de Jeepers Creepers, los camiones deambularon por las calles, pero uno se descompuso, tuvo que estacionarse, hasta que los vecinos se quejaron del olor. Después, Songo le dio a Borondongo / Borondongo le dio a Bernabé y llegó la subida del radio. Nadie se hizo responsable del asunto. El gobernador dijo que “en verdad, en verdad les digo” que no sabía nada del caso. Corrió al encargado del SEMEFO, luego al fiscal y “ahora sí iban a construir lugares más grandes para guardar los cadáveres.” A la prensa del país de las fosas comunes y de los forenses rebosantes le interesó mucho el tema. Investigó, presionó y obligó al gobernador a prometer cosas. Luego, las lluvias en Sonora obligaron al futuro presidente a esperar cinco horas en el aeropuerto de Ciudad Obregón y empezaron los debates supremos sobre los temas de seguridad nacional y le subimos a la radio.

Jalisco
El tráiler que fue usado como morgue en Guadalajara, Jalisco (Foto: Reuters).

Lo bueno es que el país no para. El fin de semana apareció un video de una pareja furiosa que machacaba a patadas y con un bate de beisbol a un ambulante vendedor de helados, quien cometía la osadía de ofrecer sus productos junto a un bar en Satélite, del que la pareja es socia. Sin la grandeza dramática de Robert de Niro en Los intocables de Brian de Palma, los golpeadores defendían sus intereses ante los gritos de “¡Déjalo, lo vas a matar!” de los testigos. Este video corona una serie de intentos de linchamientos (Álvaro Uribe en El atentado nos dice que debería escribirse con “y”, en honor a los Lynch que dieron origen a la palabra), que han tenido lugar en los últimos días en México. En el país donde todos somos culpables con la obligación de demostrar lo contrario, la barbarie judicial se quiere convertir en barbarie por su propia mano. La policía está rebasada (o es insuficiente o está cooptada o le sube al radio) y los ciudadanos erigidos en la Corte Suprema de Justicia (en las redes sociales), ahora quisieran ser policías en las calles.

violencia
Agresores del vendedor de helados, difundidos en redes como #LordMaestroLimpio y #LadyBat, Ciudad Satélite (Foto: Youtube).

Lo bueno es que el domingo nos obligó a pensar en algo nuevo. Unas horas antes del “clásico norteño”, a diez kilómetros del estadio (las autoridades se han empeñado en que no olvidemos ese dato), aficionados del Monterrey armaron una batalla campal contra los de Tigres. En los videos vemos a unos persiguiendo a los otros, una camioneta de la policía que prefiere huir (claro, eran tres contra 40), un coche que entra para atropellar personas con camisetas amarillas (como si fuera una escena de Duel de Steven Spielberg) y un muchacho que tropieza para que la horda aproveche ese traspié y lo machaque a golpes. Ahora, ese joven sigue en el hospital, pero el partido no se suspendió, los equipos dicen que están dispuestos a colaborar en el combate de la violencia, a pesar de no tener nada que ver con el problema, la liga dice que hará un nuevo reglamento en el que planea controlar a los medios de comunicación, estos se sienten aludidos y entonces se dedican a demostrar que no tienen nada que ver con la violencia. En realidad, ninguno tiene que ver y, según los discursos, ni siquiera los directamente involucrados. Y es cierto, como dijo Zygmunt Bauman, la violencia actual no es una anomalía de la modernidad, es un sistema y todos formamos parte, aunque quisiéramos demostrar que no.

futbol
Encuentro entre Tigres y Rayados, posterior a la pelea entre barras de ambos equipos que dejó un lesionado grave, septiembre 2018, Monterrey (Foto: Imago7).

La semana culminó como empezó. Las historias, en las tres ciudades más grandes del país, ni siquiera se distinguen de la violencia imperante. La semana pasada, en tres actos, dialoga con las otras en el sistema que hemos creado y que ya dejamos de ver. Mientras tanto, le seguiremos subiendo a la radio.

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