La búsqueda de vida extraterrestre está en pleno auge. Se han descubierto 4,000 exoplanetas, varios se asemejan a la Tierra, pero no todos poseen las condiciones para que tengan civilizaciones que hayan desarrollado tecnología para contactarnos. Se están buscando, sobre todo, los que estén más cerca de la Tierra.
En el caso de nuestro mundo, para que haya vida se requieren de varias condiciones mínimas: diversidad de elementos químicos, abundancia de carbono, nitrógeno y oxígeno, una fuente de energía estable, y agua líquida, pues ésta facilita el intercambio de nutrientes. Además se requiere que haya un campo magnético que desvíe los rayos cósmicos letales que produce el Sol. Si se desea descubrir una civilización extraterrestre, se necesita que el exoplaneta orbite una estrella que viva miles de millones de años. La vida en la Tierra surgió hace 3,800 millones de años. A nuestra civilización le tomó 100,000 años construir instrumentos capaces de analizar mundos fuera del sistema solar.
Existen zonas en torno de las estrellas llamadas zonas habitables donde es posible que se desarrolle la vida. Si el planeta está muy cerca de la estrella se calienta mucho, por lo que el agua y la atmósfera se evaporan; y si se encuentra muy lejos se mantiene congelado, lo que impide que haya agua líquida en la superficie.
Las estrellas más calientes viven menos que las más frías porque consumen su combustible a mayor velocidad. Por lo tanto, la búsqueda de vida extraterrestre se está concentrando en las estrellas más pequeñas, éstas son las enanas rojas –de temperatura fría– que viven decenas de veces más tiempo que el Sol y centenas de veces más que las gigantes azules, que son las más calientes de todas.
El problema con las estrellas enanas rojas es que producen una cantidad mayor de rayos cósmicos que el Sol. Si los planetas en la zona habitable no tuviesen campos magnéticos para desviarlos, por ejemplo, como existe en la Tierra donde la circulación del núcleo de hierro y níquel lo generan, no podría desarrollarse la vida en aquél lugar.
Si pudiésemos observar todos los planetas habitables que giran en torno de las estrellas enanas rojas de nuestra galaxia, ascenderían a 40,000 millones, ya que en la Vía Láctea hay 100 mil millones de estrellas y la mayor parte son estrellas pequeñas. Hasta el día de hoy se han descubierto con certeza, incluido el Sol, medio centenar.
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