Recientemente nos vimos sorprendidos por las noticias surgidas en la Normal Rural de Mactumatzá en Chiapas. Durante un lapso entre un curso de inducción y una novatada murió uno de los aspirantes a ingresar y tuvieron que ser hospitalizados varios más, todos, al parecer, con insuficiencia renal aguda. El llamado curso de inducción consistía en realizar esfuerzos físicos diversos durante varias horas al día, asistir a cursos de adoctrinamiento, dormir muy pocas horas, comer muy mal y no recibir líquidos. Por lo que podemos inferir, tanto el fallecido como los enfermos que están siendo tratados, tuvieron falla renal aguda por el esfuerzo muscular extenuante y la deshidratación. Es decir, lo que se llamó como un curso para ser aceptados era una verdadera bestialidad. Ahora sabemos que en años anteriores varios aspirantes habían resultado con consecuencias similares y algunos habían fallecido. Es muy interesante recapacitar cómo los alumnos que fueron sometidos a la brutalidad la realizan posteriormente. Todo esto se hace no con la participación de las autoridades educativas, pero sí con su conocimiento, por lo que sabemos se puede deducir que otro tipo de autoridades en el estado de Chiapas no estaban, o no querían estar enteradas. Han salido a la luz, desafortunadamente por el fallecimiento de uno de los alumnos, grandes corruptelas entre las autoridades educativas que repartían y obtenían plazas, lo que probablemente les hacía pasar por alto estas anomalías y seguramente varias otras, cuando menos de índole educativo.
Las novatadas fueron una tradición a principios y mediados del siglo pasado, en muchas escuelas, pero especialmente en algunos planteles militares. Cuando ingresé a la Facultad de Medicina (1963) las novatadas consistían en cortar el pelo a los que ingresábamos. La más escandalosa, y la más famosa, era de la de Arquitectura, hacían desfilar disfrazados por el circuito escolar a los alumnos de nuevo ingreso, al día siguiente ya no pasaba nada y todo volvía a la normalidad. Esto ha ido cambiando, seguramente por la actitud de las autoridades universitarias, pero también por la conducta de los alumnos; en este momento los alumnos son recibidos en una ceremonia oficial en la que participan los directivos universitarios y los alumnos. En la Facultad de Medicina se organiza un magno evento, la Feria del Libro de Ciencias de la Salud, en la que a los alumnos y sus familiares se les otorga una bienvenida, se les brindan conferencias por destacados profesores, se les muestra el camino y son recibidos cumplidamente.
Hace ya muchos años hice una visita a la Escuela Médico Militar y nos explicaron cómo desde varios años antes se realizaba una campaña para evitar que los cadetes de nuevo ingreso fueran victimas de bullying. Cuando alguien lo realizaba era severamente castigado, incluso con la expulsión. Pero desde muchos años atrás no había habido necesidad porque las novatadas eran cosa del pasado.
Es decir, para que estas barbaridades no sucedan es necesario un ambiente escolar sano, en el que participan los alumnos, pero también los directivos, quienes además deben vigilar el desarrollo sano del ambiente para evitar éstas y otras anomalías.
Las normales rurales fueron creadas a mediados de los años veinte del siglo pasado, en un intento para acabar con el analfabetismo, para ello se buscaron alumnos que supieran leer y escribir, eran recibidos en la escuela donde recibían alojamiento y una beca, al cabo de dos años se les aseguraba trabajo como maestro rural, después (a fines de los años treinta) se agregó instrucción agrícola con lo que el egresado podría ser un factor de cambio múltiple en sus comunidades. Se trabajó intensamente en el modelo hasta fines de los años cuarenta. Con la llegada de Torres Bodet a la Secretaría de Educación en 1940, el modelo empezó, primero, a dejar de ser impulsado y después, abandonado. No sabemos a ciencia cierta cuántas Normales Rurales existen, en su clímax fueron setenta y dos, la mayoría en el Estado de Michoacán. Pero las normales siguen existiendo y los egresados al final tienen el derecho de obtener un sitio de trabajo. Un mecanismo que quizá, ha sido utilizado es el de depauperar el presupuesto de las escuelas; cuando nos asomamos a la escuela de Ayotzinapa, nos dimos cuenta de la miseria en que permanecen, o permanecían, los dormitorios y de la nula ayuda de alimentación que recibían. La cantidad que reciben como beca es realmente irrisoria. Pero, además, la educación prácticamente no existe. Sin embargo, los alumnos soportan todo, porque al final recibirán una plaza de trabajo, ésta sí ya con salario y beneficios reales, aunque probablemente no tengan la capacitación para ello. Poco a poco el presupuesto para las Normales Rurales se ha ido depauperando y los planes de estudio no han sido actualizados, al principio la supervisión fue dejada de lado y ahora no hay quién la pueda hacer. Por informaciones indirectas sabemos que los alumnos tienen, a pesar de estar en internados, que salir a ganarse la vida de muy diversas maneras. Los profesores, que han llegado de muy distintos modos no realizan, o no pueden realizar, su trabajo y las escuelas no tienen un ambiente educativo sino que sólo son un sitio de reunión para diversas actividades, mientras transcurre el tiempo establecido para obtener un destino laboral.
Por ello, lo que ha sucedido en Chiapas, y cuando menos en algunas situaciones de lo acontecido en Ayotzinapa, es responsabilidad de las autoridades educativas del país, pero de 1940 a la fecha. Un modelo que ya no se creyó útil, fue abandonado, esperando su autodestrucción, pero al cabo de setenta años pervive y se ha ido convirtiendo en un problema social gravísimo, problema para todos, incluidos los alumnos o los aspirantes a serlo.
Lecturas recomendadas:
Tanalís Padilla. Las normales rurales: historia y proyecto de nación. El Cotidiano, núm. 154, marzo-abril, 2009, pp. 85-93, Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco. México.
Que horror , que falta de respeto a la vida humana y muchas gracias para traerlo a nuestra atención Dr Ramiro en obra buena.
Celebro la desaparición de las novatadas pues eran costumbres bastante salvajes o, por lo menos, muy molestas. Me tocaron en 1966 en mi ingreso a la Preparatoria y, una vez más, en el inicio de clases en la Facultad de Filosofía y Letras. Era realmente vergonzoso, pero aún prevalece en nuestros días. Apenas en el ciclo pasado recorrieron la avenida de los Insurgentes y Universidad jóvenes grotescamente vestidos de mujer “boteando” porque esa era la encomienda. En realidad no han desaparecido del todo.
Gracias por compartir realidades que no conozco, la educación debe moverse y cambiar.
Saludos
Gracias Dr por el breve recuento e historia que hizo sobre las escuelas normales rurales.
Es terrible y lamentable lo que aconteció en la Normal Rural de Mactumatza en Chiapas, la explicación que UD como gran médico que es lo deja a uno perplejo.
La situación educativa y económica de dichas normales se debe investigar e inclusive castigar a los responsables.
Es de esperar y desear que se ponga atención y actúen las autoridades correspondientes para que estas escuelas tengan un verdadero semillero de maestros rurales bien preparados academicamente y bien atendidos con recursos económicos.
Claro está que ésto nos lleva a recordar tristemente a los 43 estudiantes de la Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa.
Gracias por el recuento histórico Doctor.
Una tristeza que a las poblaciones mas vulnerables se desatienda de ésta manera.
Considero que el modelo educativo era muy bueno cuando se creo. Hay que tener en cuenta que estos estudiantes no tiene recursos para venir a estudiar a la capital o a otras zonas urbanas, ni tampoco las escuelas tienen cupo para recibir a todos estos estudiantes. Además, es importante que estos estudiantes que aspiran a ser maestros estudien en sus comunidades porque ellos van a permanecer en ellas como docentes y cubrir esa demanda de maestros en las zonas rurales, ya que los maestros que se forman en las grandes zonas urbanas nunca van a ir a ocupar el sitio de los maestros rurales. Es importante retomar el modelo y actualizarlo, ya que se cuenta con instalaciones y alumnos que quieren acceder a ellas, lo que falta es dotarlas de presupuesto y renovar los programas educativos. Esperemos que esto llegue con las nuevas autoridades educativas y este modelo educativo prospere.
Los problemas sociales siempre es una madeja interminable de causales que terminan o se detienen en nudos que permite la solución del problema o complicarlo, la muerte en esta circunstancia violenta y atizada por sus propios compañeros y superiores es igualmente trágica, una función que cumplan la rurales depende mucho del contexto geopolitico donde se situé. En mi servicio social encontré una Normal rural que es una fuente de empleo para la comunidad y donde los hijos de los menos afortunados pueden acceder a la educación, al sustento y al vestido y calzado. en dicho tiempo y en recientes fechas ha mantenido ese faro de esperanza para salir del desempleo a muchos de los jóvenes de esa comunidad y rancherías cercanas que de otra manera emigran o viven en la desesperanza de la pobreza y el sub empleo. Pero sin desviarme mas del tema, es trágico y la condena social ademas de la jurídica se debe aplicar.