Más pobreza e inestabilidad para México

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Hoy deseo tocar un punto que me ha estado dando vueltas en mi pensamiento, pues luego de la anterior participación  donde abordo el tema de la inseguridad fatal que vive nuestro país, hay algo que siento que se nos ha pasado por alto, y es el hecho de la cantidad tan importante de indocumentados que se han quedado en la CDMX y a quienes vemos en cada esquina pidiendo apoyo económico para comer (limosna) junto con su familia (niños, esposa, compañera, algunas embarazadas). Quizás las primeras veces te conmovían y les dabas algo, pero te acostumbraste a verlos así hasta llegar el momento en que sólo les dices “no tengo”, y con el paso del tiempo prácticamente ya sueles ignorarlos.

Hemos visto que el gobierno de la ciudad les proporcionó refugio (al principio), pero ahora me pregunto ¿dónde viven?, ¿qué comen?, ¿se asean? He pensado qué situación deben estar viviendo en su propio país como para tomar la decisión de emprender tan arriesgada aventura. Exponer a la familia a todo y salir con casi nada para llegar a otro lugar en donde se les trata como invasores, y en un lugar que también tiene sus propios problemas. ¿Nos hemos puesto a pensar hasta dónde pueden llegar por hambre? Podrían unirse y vaciar una de las tiendas minisúper que hoy tenemos, sin que nadie pueda pararlos, ¿quién se metería a intentarlo simplemente? Creo, salvo su mejor opinión, querido lector, que tenemos una bomba de tiempo; claramente lo vemos en el subempleo de nuestra propia gente a toda su expresión, desde vendedores de comida chatarra (como se les dice hoy), de cigarros al menudeo (aunque esté prohibido hacerlo), paletas, bebidas de todo tipo, verdaderos artistas del malabarismo, etc. Todos ellos al menos realizan un oficio, sí, pero sin prestación social alguna, en caso de enfermarse, ¿a dónde pueden recurrir?, ¿tendrían algún servicio de calidad?, ¿con asepsia?, ¿con medicamentos? El tema es muy complicado y desde luego que el panorama nunca es alentador.

Escalera
Ilustración: Straits Times.

Toda esa “desigualdad” que vemos diariamente, que pasa por enfrente de nosotros, lo más probable es que ya no le prestemos atención, por el mismo ritmo de vida que llevamos, el trabajo, el tráfico, la contaminación, la prisa, la imposibilidad de poder hacer algo para redimir el daño. ¿Realmente no podemos ayudar? ¿Estamos destinados a vivir así y resignarnos a no hacer nada? ¿Esperamos que sea el gobierno el que logre disminuir la violencia?, si bien es cierto que éste la propició, incentivó, aumentó,  ¿realmente tiene la posibilidad de atacarla? Durante este año hemos visto que las decisiones tomadas por el Ejecutivo han paralizado al país, lanzando mensajes a la comunidad inversionista de que “México es un peligro”, no hay confianza en nuestra moneda y estamos muy cerca de tener un ajuste cambiario (devaluación) que nos hundirá más y provocará mayor inflación. Es cierto que tenemos una balanza entre lo que exportamos e importamos de cierto modo parejo, pero en el momento que las partes que requerimos para fabricar productos de exportación suban, su precio de venta perderá competitividad, simplemente por ese sobrecosto cambiario y se volverá a las famosas “crisis” de los gobiernos priistas que pasaron cada seis años, consecutivamente, hasta que el presidente Zedillo, con los errores que se le puedan adjudicar, reconoció el triunfo del partido opositor, y no tan sólo eso, sino que dejó blindada la economía y pese también a los errores cometidos por las dos administraciones, la misma que duró 12 años, hasta el retorno del famoso “niño bonito”, quien permitió e hizo el saqueo más grande de toda la historia de México, junto con sus compinches gobernadores que aunque lograron capturarlos, no ha habido un retorno del dinero que cínicamente obtuvieron por medio de engaños y empresas fantasmas. Es lamentable que lo que todos sabemos y nos avergüenza ver es que no hay castigo, nada, sigue sin pasar NADA.

Retomando el tema toral, no sé si estén de acuerdo, pero si analizamos que el país se encuentra semiparado al no haber derrama económica ni trabajo, también me gustaría que alguien de los famosos asesores que tiene el Ejecutivo, nos haga el favor de explicarle que por esa misma razón (creada por él mismo) la recaudación de impuestos se fue también en picada y, claro, como para él “todo es producto de lo que le heredaron anteriores administraciones” (podemos constatarlo en las afamadas mañaneras), de la “corrupción”, ahora pretende ponerse mucho más estricto con las revisiones a quienes mantenemos al país, sí, los contribuyentes, que si bien en algunos casos se han visto en la necesidad de despedir gente para evitar cerrar sus negocios, hay otros que por desgracia tuvieron que hacerlo y ven con tristeza que todos sus años de esfuerzo se van, se pierden, como agua en las manos, con toda la impotencia de no poder hacer algo y tratar de sobrevivir con lo poco que les queda, y si es que aún hay posibilidad para intentarlo.

pobreza
Ilustración: Pinterest.

Por otro lado, vemos con pena, tristeza y, por qué no, con rabia, que se le invita a refugiarse a un personaje de Bolivia, con casa, alimento, transporte, guardias personales, y un ingreso de $150,000.00 al mes (más de lo que supuestamente gana nuestro honrado presidente). ¿Esto es posible? Si bien está contemplado el esquema en nuestra Carta Magna, se otorga dicho asilo político “sólo cuando” el solicitante lo pida, y en este caso no fue solicitado, se le invitó a venir a México en vuelos privados; se han visto las fotos en los periódicos, las redes sociales, vaya incongruencia del Ejecutivo, por un lado quita los presupuestos a estancias infantiles, la compra centralizada de medicinas por medio de una dependencia oficial, y para evitar la corrupción nos presume que vendrá otra “sacudidita”, o sea, más despidos e impuestos. Por eso, hay que sacar dinero de cualquier lado, para el presupuesto del 2020, despilfarramos el dinero de los contribuyentes, nuestros “impuestos”, manteniendo a extraños que su pueblo se cansó de sus fechorías, tranzas, manejos sucios y atinadamente lo echaron de la presidencia y, para muestra un botón, la presidenta interina, en menos de 15 días, ha puesto orden, convocará a elecciones para que vuelva la paz a su pueblo.

¿No deberíamos en México tomar ese ejemplo y hacer algo por nuestro país? Vaya tema, ¿verdad?, pero, como siempre, la última palabra la tienen ustedes.

Si me lo permiten, nos seguimos leyendo, ¡hasta la próxima!

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