Renovar contrato en lucha contra cambio climático

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En el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), activistas exigieron a los jefes de estado de todo el mundo, un replanteamiento de estrategias en la lucha contra los efectos adversos del fenómeno climático. En dichas exigencias, llegó hasta la cámara de discusión el comunicado del pontífice Jorge Mario Bergoglio, Francisco”, a través de un video-mensaje transmitido desde la Ciudad del Vaticano. El Papa se refirió a la problemática como un “desafío de civilización”, y pide marcar la agenda del compromiso concreto del organismo multinacional, en un foro de convergencia que busca servir como punto de partida renovado, para afrontar el fenómeno (que justamente en un año) ha sido marcado por olas de calor sin precedentes, huracanes, sequías y demás.

Para empezar, creo que el hecho de que la Cumbre sobre la Acción Climática del 23 de septiembre haya sido precedida dos días antes por la Cumbre de la Juventud 2019 (con su figura emblema, Greta Thunberg), junto con el respaldo de manifestantes movilizados a la calle en diversos países del mundo, es un reconocimiento tácito de incorporar a los actores jóvenes con liderazgo y proactividad en la respuesta sustantivada y sostenible para mitigar los daños propiciados por el fenómeno. Al día siguiente, las deliberaciones pasaron a la Asamblea General de líderes de estado.

Papa y cambio climático.
Ilustración: Pinterest.

Me parece que, la reflexión del jerarca católico en relación a la necesidad de nutrirse de honestidad, responsabilidad y valentía, es un llamado a dejar a un lado la inacción y apatía para regenerar las ecologías humano-animales.

Creo que estas “cualidades morales”, como las llama Francisco, tiene que ver con la posibilidad de cuestionarnos y repensar nuestro accionar. El hecho de que en este cónclave, 65 países y principales economías geográficas a lo interno de los países industrializados, se hayan comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero para 2050, tiene que ver con lo anteriormente señalado.

Asimismo, el que más del 97% de la comunidad científica dedicada al asunto, señale al ser humano como el responsable de la degradación medioambiental, requiere entonces implementar medidas más drásticas desde gobiernos, empresas y comunidades locales, a fin de sancionar la vil libertad y el libre albedrío del ser humano en la contención y destrucción de los diversos ecosistemas.

En realidad, considero que se trata de una situación de autorresponsabilidad y un manejo transversal del tema, a fin de que el mismo se aborde en todos los espacios humanos en donde exista la comunicación interpersonal. La idea de un “código verde”, necesita verse como una obligación que debe responder a la racionalización en los procesos de gestión de la ecología medioambiental, desde fábricas, centros de enseñanza, oficinas gubernamentales, hasta desarrolladores medioambientales (que tienen que ser regulados mediante leyes especiales bajo una mirada multidisciplinar al respecto).

Cambio climático.
Ilustración: Tim Britnton.

Llama la atención que en este contexto, el Secretario general de la ONU, António Guterres, haya reclamado las respuestas concretas para detener el impacto socio-ambiental, como si admitiese que los acuerdos adoptados en asambleas previas sufriesen una especie de post-letargo, del cual se hace necesario despertar. Tal es el caso, que la dialéctica del cambio climático ha virado en torno a lo que se considera como una “crisis” desde esta instancia supranacional, provocada tanto por acción y omisión.

En definitiva, para contener la agravante amenaza existencial que entraña el multicitado cambio climático y el estrés medioambiental como consecuencia de ello, se vuelve necesario reencauzar los liderazgos, es decir, que todo aquello que tiene que ver con la gestión medioambiental debe estar liderado por personas certificadas en valores éticos-morales, y principios de cuidado y protección de la naturaleza; a sabiendas de que la no corrección de estos “deslices” nos coloca en un verdadero “desafío de humanidad”, como lo acotó Francisco, el religioso jesuita. Pienso que toda pequeña acción positiva que hacemos contribuye a una exhalación de paz de la naturaleza; en cambio, toda actitud negativa en contra de ésta (en cualquier espacio), conduce a la autodestrucción.

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Susana Corcuera

Gracias por este artículo. Estoy de acuerdo con lo que dices y creo que es necesario, además de actuar y apoyar a quienes lo hacen de manera sistemática y con conocimiento de causa, tener una actitud positiva. Que el Papa se haya pronunciado me parece buenísimo, ya que es el líder espiritual de una gran cantidad de gente.

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