Segunda Parte: “Las escuelas de medicina en México”

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Me voy a referir al mismo tema que comenté con ustedes la semana pasada por dos razones, la primera porque es un problema muy complejo con consecuencias trascendentes, y la segunda porque recibí diversos comentarios a la primera entrega, algunos elogiosos que manifiestan su acuerdo en algunas de los comentarios emitidos, otros, algunos de expertos en educación médica, que me comentan su desacuerdo por establecer el resultado del Examen Nacional de Aspirantes a las Residencias Médicas (ENARM) como un marcador de calidad o cuando menos de resultados entre  las escuelas y facultades de medicina en México. Me parece que no lo establecí explícitamente en la primera nota al respecto, pero es cierto que algunas escuelas esgrimen los resultados del ENARM; algunas veces como mecanismo publicitario y otras como mérito académico.1 Por otro lado, aprobar el examen del ENARM y resultar seleccionado permite continuar en la carrera de médico.2

Las escuelas de medicina en México (Primera Parte): https://elsemanario.com/colaboradores/manuel-ramiro-hernandez/210248/las-escuelas-medicina-mexico

El que la licenciatura en medicina se haya convertido en una etapa preliminar, propedéutica para la carrera de medicina ha sido un largo trayecto, no sólo ha sucedido en México, muchos países lo consideran así, en algunos oficialmente como sucede en Estados Unidos o en España y en otros lo es de facto como en México y otros países latinoamericanos. Existen muchas explicaciones, pero seguramente la creciente especialización de la medicina es la causa más relevante. Insisto, ya lo hice notar en la nota anterior, que a mí me parece que el médico general podría integrarse al sistema de salud y resultar de extrema utilidad, aun sumando a los médicos generales nuestro país tiene un déficit de médicos por 1,000 habitantes. Pero nuestro sistema no acepta al médico general, no tiene sitio para él ni en la parte pública ni en la privada.

Es cierto que la única salida para un médico general al iniciar su camino profesional no es iniciar los estudios para convertirse en especialista, aunque es cierto que es el camino más buscado y que representa mayores posibilidades. Existen algunas otras opciones que, por supuesto, también son importantes. Sin embargo, no representan un número importante de espacios cada año, algunas de ellas son los cursos de maestría y doctorado para formarse como investigador, las de administración en instituciones de salud, algunas ligadas a la industria farmacéutica y algunas otras que al final representan un camino para hacer una carrera a unos cuantos.

La preocupación fundamental es que un porcentaje muy grande (75%) de médicos egresados, titulados, registrados y autorizados para ejercer, quedan cada año lejos de la posibilidad de hacer carrera en la medicina, si bien por ahora existen algunas posibilidades de trabajo médico, éste se ejerce con malos salarios, en condiciones laborales inadecuadas y poco estimulantes, pero si la producción de médicos continúa en el mismo ritmo, pronto, muy pronto, si no es que ya lo es, será un problema social para el que habrá pocas soluciones productivas.

Decíamos en la nota anterior que existe un déficit de médicos especialistas, las instituciones de salud junto con las instituciones educativas hacen un esfuerzo constante para atender cuantitativamente y cualitativamente la demanda. Sin embargo, en general se quedan cortas, en unas especialidades más que en otras para atender las necesidades a mediano y largo plazo. Las razones son fundamentalmente dos, una financiera y otra educativa. Se requiere de grandes recursos para invertir en educación en salud. A pesar de que a lo largo del tiempo sí se ha invertido más, el nivel de los recursos ha sido insuficiente. El problema educativo está relacionado con el primero y consiste en que se necesitan cada vez más y mejores sedes formadoras. Éstas tienen muchas necesidades: personal que se convierta en profesor, instalaciones con equipamiento de alto costo y pacientes que acuden a las sedes formadoras.3-4

Al final de la formación para la carrera de médico cirujano, un gran número no podrá seguir participando en ella. Es cierto que de algunas escuelas el porcentaje de fracaso es menor que en otras pero ninguna garantiza al final de los estudios, la graduación, la titulación y el registro ante el Registro General de Profesiones, la posibilidad absoluta de aspirar a vivir ejerciendo como médico. Ya comentaba que la responsabilidad de las escuelas y facultades de las diferentes universidades es dual, brindar a la sociedad los mejores profesionales y ponerlos a su servicio; para sus egresados debe ofrecer la posibilidad de que con un ejercicio responsable y entregado a su profesión obtendrá lo suficiente para vivir de manera honorable.

El problema con las escuelas y facultades de medicina es cualitativo pero también cuantitativo. En todas las entidades federativas existe una escuela de medicina con excepción de Baja California Sur. Hay entidades federativas en las que la oferta de escuelas parece excesiva y sin embargo sigue creciendo. En la Ciudad de México y su área conurbada hay seis escuelas públicas y cinco privadas que ya tienen egresados que presentan el ENARM y, hasta donde tengo información, existe una escuela pública y tres privadas que en el corto plazo tendrán egresados. En Jalisco existen siete escuelas privadas y cinco planteles públicos. En Tamaulipas hay ocho planteles privados y dos públicos. Cuando se revisan los resultados del ENARM se pueden obtener muchos datos interesantes con connotaciones entre lo público y lo privado, la experiencia de la escuela y la universidad de la que forma parte, lo que en ocasiones tiene efectos positivos y otras no tanto, la antigüedad de la escuela tampoco es siempre garantía absoluta. También existen implicaciones geográficas, hay estados de la república que tienen mejores resultados que otros.5

En algunos países España y Estados Unidos el número de médicos graduados tiene relación con las necesidades existentes y crece o disminuye de acuerdo a ellas. Insisto en que se requiere una política de Estado que reordene la Educación Médica no sólo cualitativamente, sino quizá de manera más importante cuantitativamente. Tal vez no haya que quitar o clausurar escuelas, pero sí que cada una tenga cuotas que, al final y en conjunto entre todas, se acerquen a la realidad de los requerimientos. Otra estrategia válida y en otra línea de actuación es que entre todas las instancias, las educativas, las normativas gubernamentales y en las que finalmente el médico pudiera desarrollarse al culminar sus estudios, realizaran una campaña de información amplia para que los aspirantes conocieran las posibilidades del mercado de trabajo, las posibilidades de ingresar al postgrado y las posibilidades individuales en cada escuela, la ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior) y el COMAEM (Consejo Mexicano de Acreditación de Escuelas en Medicina) podrían jugar un papel fundamental.

Lecturas recomendadas:

  1. https://comunidadenarm.blogspot.mx/2017/01/mejores-escuelas-de-medicina-en-mexico_22.html
  2. http://www.enarm.mx/escuelas-y-facultades-de-medicina
  3. Echevarría-Zuno S., Lifshitz A., Casares-Queralt S., Arévalo A. La formación de médicos especialistas, un reto a corto plazo. La solución una Política de Estado. En: Echevarría-Zuno S., Lifshitz A., Casares-Queralt S., Arévalo A. (ed.) La Educación en Salud en el IMSS. Instituto Mexicano del Seguro Social. México, 2012:45-62.
  4. Arévalo A, Ramiro M, Dávila J. Suficiencia, oportunidad y calidad, los desafíos al planificar la formación de médicos especialistas. En: Echevarría-Zuno S., Lifshitz A., Casares-Queralt S., Arévalo A. (ed.) La Educación en Salud en el IMSS. Instituto Mexicano del Seguro Social. México, 2012: 27-44.
  5. Ramiro M., Cruz E., Zerón-Gutierréz L., Arevalo-Vargas El ENARM y las escuelas y facultades de medicina. Un análisis que no le va a gustar a nadie. Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2017; 55(4): 498-511.
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Alberto Lifshitz

De acuerdo en lo general. También entiendo que la evaluación de los egresados de medicina general hoy por hoy ha sido su oportunidad para ingresar a los cursos de especialización, pero esto no es un buen indicador. La calidad de los egresados de licenciatura se podría medir mejor (aunque tampoco es perfecto) por su rendimiento en el examen de certificación en medicina general, y habría que reconocer que el campo de trabajo se ha abierto en los consultorios de farmacias, que tendría también que evaluarse sin menospreciarlo a priori.

ENRIQUE NIETO RAMIREZ

En relación con lo publicado habría que volver la vista atrás: a la experiencia de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma Potosina. Al ingreso como director del doctor Salvador Nava (1970), se recibían cada año alrededor de 180 médicos de los que a dos años posteriores poco menos de 100 encontraba acomodo en las distintas instancias del Sector Salud, el resto buscaba otras opciones ajenas a la formación médica. Ante este problema se implementó el programa que haría que los 100 que egresaran encontraran acomodo o un lugar seguro en las residencias. Eso trajo como consecuencia que la Facultad de Medicina de San Luis se ubicara en los dos primeros lugares de calidad. La pregunta y el reto siguen en pie: ¿hacen falta médicos que quieran y puedan ejercer en las zonas marginales o deben seguirse preparando aun sin encontrar posibilidades de crecer académicamente?

Niels H. Wacher

El problema es muy complejo. En algunos de los países a los que hace usted referencia, la medicina es un doctorado y no una licenciatura y también tienen muchos rechazados a los cursos de especialidad; pero, el graduado tiene otras oportunidades de empleo. Por otro lado, las enfermedades que antes trataba el médico general tenían soluciones más sencillas (gripes, diarreas) y ahora son enfermedades crónicas. Si revisa la currícula de las escuelas de medicina, estos destinan muy poco tiempo a las enfermedades que actualmente más nos afectan (diabetes, obesidad, etc.). Acaso, una de las soluciones sería hacer crecer este currículum hasta incluir todos los temas relevantes (la carrera duraría más tiempo). La matrícula de estas escuelas ¿debe disminuir?. No lo creo, más bien hay que preparar al estudiante para los retos que habrá de enfrentar.

José Luis Sandoval Gutiérrez

Hemos copiado en el país el método académico de Estados Unidos, donde la especialización es la prioridad, pero un sano sistema de salud (Canada,España,Inglaterra) se sustenta en el primero y segundo nivel, hay que empoderar al Médico General, ya que la mayoría no podrá debido a las condiciones actuales hacer especialidad médica, se debe preparar a los mismos en las diferentes necesidades existentes, formar diabetólogos, bariatras, nutrición, expertos en hipertensión arterial, medicina materno-fetal,enfermedad cerebro-vascular etc… Sin la necesidad de cursar los años de una residencia.

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