Este año cambiará el mapa estratégico global y por simple supervivencia, México debe participar en esa dinámica. La cambiante geopolítica mundial se expresará en elecciones presidenciales y parlamentarias en países clave que definirán su futuro político y el de sus regiones. En otro sustrato, mientras persisten los precios bajos en las materias primas se atisba un nuevo orden económico dominado por criptomonedas y la bancarización. El gran juego estratégico de la energía, que busca mayor acceso y menores precios, seguirá definiendo la intensidad de los conflictos regionales y los éxodos de refugiados. Comprender la sutil lógica de esos procesos es trabajo de politólogos, economistas, sociólogos y expertos corporativos. Todos afinan sus escenarios prospectivos para aprovechar al máximo los próximos doce meses. Sería alentador constatar que lo mismo hacen estrategas y asesores del gobierno mexicano.
Este año renovará su poder Ejecutivo la Federación de Rusia, el país más extenso del planeta poseedor de valiosos recursos energéticos, minerales y segunda potencia militar mundial. Desde 1999, Vladimir Putin ha sido el rostro del Kremlin alternando como presidente y primer ministro en cíclicos enroques con el exdirectivo de la energética Gazprom, Dmitri Medvedev. El 18 de marzo sería la reelección del Hombre de San Petersburgo al frente del Kremlin, ahora con 15 años de experiencia y 83 por ciento de popularidad.
Formalmente los vínculos entre Rusia y México datan de 1890, aunque la presencia rusa en Alaska y California desde fines del siglo XVIII favoreció la convivencia con los mexicanos que se fortaleció tras la independencia. Si el huésped de la Casa Blanca consumara la asfixia económico-comercial ‒que para muchos supondría el fin del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)‒, México tiene frente a sí a China, segunda potencia económica mundial y mercado con 1,300 millones de consumidores, y a Rusia. Por falta de visión geopolítica y para no disgustar a Washington, se ha mantenido una distancia “saludable” con Moscú y Beijing. Es de esperar que este 2018 domine el pragmatismo y nos acerquemos, conozcamos, veamos, oigamos y hablemos más de esos dos colosos geopolíticos que construyen el Gran Siglo Euroasiático.
En general, se observan seis escenarios globales con nivel de focos rojos:
1) Escalada de tensiones regionales por el incierto rol global de Estados Unidos que, pese a ello, mantendrá su fuerte presencia militar en el exterior.
2) Rusia será tema de campaña entre los demócratas en las elecciones legislativas estadounidenses, por lo que se mantendrá la tensión entre ambos países.
3) Se deteriora la gobernabilidad en Medio Oriente, el Cáucaso y el sureste asiático; en ambas regiones debido a la política de la Casa Blanca.
4) América Latina volvería a la pobreza por desastres naturales, criminalidad y corrupción.
5) Riesgo de ataques terroristas en el contexto de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018 y,
6) Resurge crisis político-económica en la Unión Europea por la entrada en vigor del Brexit y el affaire Barcelona.
En Nuestra América, hay tres situaciones de alerta:
- Se anticipa una violenta campaña presidencial en Colombia,
- Se prevé inestabilidad político-económica en México agudizada por disturbios pre y post-electorales y,
- Se avizora gran polaridad en Brasil, entre el Poder Judicial y el candidato del Partido de los Trabajadores.
La gran novedad regional es el relevo de Raúl Castro Ruz en la dirigencia de Cuba, que él mismo anunció; se prevé que en abril próximo la Asamblea Nacional elija a su sucesor. Ese cambio de mando no es menor, pues el futuro de la mayor isla de las Antillas ocurre cuando ¡por fin! México vuelve su mirada a la región. Es vital recordar que con Cuba compartimos los yacimientos transfronterizos de energéticos submarinos en el Golfo de México, a los que también accede Estados Unidos. De ahí que este 2018, apure una diplomacia estratégica con La Habana, lejana de la irredituable arrogancia de años pasados.
Con la superpotencia mundial, la relación no debe excluir la perfecta combinación de visión geoestratégica + dignidad+ sensatez. Sólo así se enfrentarán los desafíos con éxito. Además del TLCAN, pesa en ese vínculo desigual la eventual ampliación del muro fronterizo, cuyo presupuesto ya estudia el Congreso estadounidense. El objetivo excluyente de esa valla o barrera ‒que impactará en millones de pobladores, el comercio transfronterizo, el curso de aguas y flujos migratorios de fauna local‒, va de la mano con el fin (en marzo) del Programa de Acción Diferida para Arribo de Menores de Edad (DACA, en inglés), que ha librado de la deportación a unos 800 mil jóvenes inmigrantes, la mayoría de origen mexicano.
Emprender una política efectiva con la superpotencia, supondrá un avance cualitativo para que los mexicanos de acá y los de allá, sobrevivan el 2018.
Material de consulta:
https://www.cbsnews.com/videos/global-risks-in-2018/
https://www.bloomberg.com/news/videos/2016-05-18/china-s-challenges-in-a-modern-world