No sé si soy un triste con vocación de alegre, o viceversa.
Lo que sé es que siempre hay algo de tristeza en mis momentos más felices,
al igual de un poco de alegría en mis peores días.
Mario Benedetti.
Trabajar diariamente en un entorno positivo suele ser uno de los principales objetivos de las empresas que conozco. Aunque aún hay algunas que no tienen interés en cambiar las prácticas, podría afirmar que en casi todas aquellas que conozco, se preocupan y ocupan de que su personal tenga una buena percepción laboral, evitando así, el problema de la rotación. De hecho, la Organización Mundial de la Salud, en su Hoja Informativa del mes de octubre de 2017, estima que en el mundo, hay más de 300 millones de personas con algún tipo de depresión, la cual, en gran medida, proviene del estrés que le causa su actual empleo.[1] Este dato, lo acompañamos con una serie de ideas generales sobre la depresión laboral, la cual desencadena (entre muchos otros males) graves problemas de salud mental.
IDEA 1: La depresión cuesta mucho dinero
La misma Organización, calcula que al año se pierde alrededor de 1 billón de dólares por la baja o nula productividad de los trabajadores. Por ello, extiende una serie de recomendaciones, en donde exhorta a las empresas a promover acciones en beneficio de sus colaboradores, entre las que destacan el compromiso de la Dirección General para estimular ambientes sanos, en donde no haya discriminación de ningún tipo, y se les ayude en momentos de crisis personales (con permisos y ayuda a la altura de las situaciones); además de asegurar una completa inclusión de las personas (sin importar el puesto que ocupen), dentro de los roles y actividades de la empresa, siempre siguiendo y rigiéndose por los valores de la empresa.
IDEA 2: En México también hay gente “depre”
Así, la OMS define una serie de actividades que se podrían seguir para mejorar el entorno laboral mundial. Así, en México, también se ha hecho costumbre presentar anualmente, casos de depresión en los trabajadores, uno de los males más comunes en esta época, repercutiendo en las operaciones diarias de miles de empresas. Alan Barrell, miembro de la Sociedad Mexicana de Neuropsiquiatría y director médico de Lundbeck México, indica que “la depresión es una enfermedad asociada con síntomas como tristeza o irritabilidad, entre otros, que impacta significativamente la vida de las personas que la padecen y debido a que la depresión no es diagnosticada oportunamente o a tiempo, pueden pasar de 8 a 14 años para que este problema muestre complicaciones secundarias”.
Ahora, esto aunado a la falta de logros profesionales, puede desencadenar que una persona pase de 8 a 14 años, hablando mal de todo el mundo. Imaginemos que en la misma empresa hay 30 trabajadores, de los cuales destacan dos líderes: uno que practica con el ejemplo y defiende una causa que para la mayoría de las personas, se nota justa y objetiva, pero también está la persona deprimida que hará todo lo posible (de manera consciente o inconsciente) por demostrar a los demás su descontento con la empresa, desmotivar a los demás, indicando (a veces, sin justa razón) todos los puntos negativos, e incluso, formará historias malas sin conocimiento de causa. Ahora, si la OMS calcula que hay 300 millones de personas depresivas en el mundo… imagínense lo que harán en el mundo, si se encargan de desmotivar a todo aquel que se cruce en su camino.
IDEA 3: La depresión se cura
Si según la misma Organización, en nuestro país, el 4.5% de las personas padecen depresión, estamos hablando de que aproximadamente 5.5. millones de mexicanos andan por ahí, creciendo la apatía y desestabilizando empresas, familias, negocios y cualquier lugar en donde se paren. Tristemente, la mayoría de estos no sabe que padece una enfermedad y que pueden ser curados dependiendo de las condiciones y las capacidades para mejorar como seres humanos dentro del entorno en que se desenvuelven. Por ello, es ideal que si conocemos a alguien cuyo desempeño no es ideal o ha decaído de manera abrupta, nos demos unos minutos al día para escucharlo. Seguramente, sin necesidad de ser psicólog@s, encontraremos la causa o el motivo de su irritabilidad y/o descontento. No es necesario formar grupos de autoayuda, ni ser del “club de los buena onda”, simplemente podríamos escuchar para entender el mundo de esta persona. Quizás está pasando por un mal momento, quizás algo no sale como él quiere, o simplemente, está llevando un problema a cuestas. Podemos ayudar si le escuchamos.
No sólo podemos evitar desgracias, también podemos detener ciertas conductas que no nos llevan a nada bueno y que, por el contrario, demeritan el éxito empresarial de cualquier persona, en cualquier nivel. Recordemos todos los casos que hemos visto sobre personas que dejan sus empleos de un momento a otro, o de las personas que vemos en la televisión y realizan comentarios sin fundamentos. Ahora más que nunca tenemos que encontrar a las personas negativas en nuestro entorno y tenemos que escucharlas, no para pensar peor, sino para ayudarla a entender que es cierto, el mundo, el trabajo, la familia y todo suele complicarse en algún momento de la vida, pero que con amigos y buena comunicación, todo puede mejorar… y si eres de los que crees que no es cierto… estoy a tus órdenes en cualquiera de mis redes sociales: Twitter, Facebook, LinkedIn e Instagram: @FerenzFeher