Para estas pasadas fiestas una querida amiga me regaló un libro que me encantó, el título es atractivo y la portada tiene la imagen de un águila que, en lugar de serpiente, sostiene una pluma en el pico haciendo notar el patriotismo y la posibilidad de cambio a través de las ideas expresadas por escrito.
Pareciera que Héctor Aguilar Camín es el generador del libro, pero tiene a su lado un coordinador por cada una de las áreas consideradas, el libro está publicado por la revista Nexos, Debate y la Universidad de Guadalajara, la editorial es Penguin Random House. El libro se llama ¿Y ahora qué? México ante el 2018.
Tiene 35 autores que tratan 35 diferentes aspectos de la problemática que en México enfrentamos para el 2018. Divididos en seis secciones: 1) Corrupción y Estado de Derecho, 2) Democracia y Gobernabilidad, 3) Inseguridad, 4) Desarrollo y Combate a la pobreza, 5) Estado de bienestar y 6) México en el mundo. Desde luego que todos los autores son expertos en cada tema que tocan y además son todos gente intachable. La división del libro en las áreas que menciono parece muy acertada.
La intención de la obra queda claramente escrita en el Prólogo de Aguilar Camín; considero que lo debieron titular Prefacio, toda vez que lo escribe uno de los autores, detalle muy menor por sesgo de editor. En éste explica que así lo hacen por considerar estas áreas las que contienen los problemas fundamentales.
Conseguir homogeneidad en un libro multiautoral es muy difícil y cuando los autores son tantos (35) puede ser una tarea titánica. Sin embargo, en el libro se consigue proponer soluciones ‒cada autor hace un análisis de la problemática a profundidad‒, y termina con tres propuestas concretas para combatir el problema analizado. Todos son asuntos muy graves y complejos, tratados y escritos por conocedores que podrían hacer un libro cada uno, incluso, muchos así lo han hecho, pero aquí lo consiguen todos en unas 15 páginas en promedio, teniendo como resultado un libro grande pero no enorme. La capacidad de síntesis es una muestra de inteligencia y de dominio del tema.
No es posible hacer en este espacio un comentario de cada uno de los escritos, sólo lo haré de algunos que me gustaron mucho y de alguno en el que no estoy de acuerdo.
José Ramón Cossío consigue en su capítulo Fracturas legales. Contradicciones del Estado de Derecho mexicano, una revisión muy clara del problema, en el que hace una sintética revisión histórica, útil para comprender la situación en la que nos encontramos y los problemas que han ido afectando y lacerando nuestro Estado de Derecho; destaca que éste no es sólo incumbencia de Juristas, Economistas, Politólogos o Políticos, sino que lo es de todos. Destaca que en la actualidad construir una situación ideal es una tarea muy difícil por las desigualdades sociales y económicas que vivimos, pero sus soluciones se perciben alcanzables y son muy bien sintetizadas en sus tres propuestas finales.
Patricio Patiño escribe un capítulo que titula: Cárceles. De la readaptación a la escuela del crimen, un tema complejo con el que se pueden hacer análisis y propuestas facilonas y escandalosas, pero él nos da una visión profunda del tema, analiza las causas de las deficiencias, de las carencias, de las desigualdades en el trato. También nos plantea soluciones que parecen posibles y las sintetiza en sus tres propuestas finales.
Los aspectos de Salud son tratados por Enrique Ruelas en el capítulo Salud. El nuevo paradigma. El Dr. Ruelas es un médico experto en gestión de la salud con gran experiencia en calidad y organización, que ha sido Subsecretario de Salud y Secretario del Consejo de Salubridad General, que está creado, cuando menos teóricamente, para encabezar el sistema. Me parece a mí que no consigue analizar adecuadamente este complejísimo problema. Defiende a los Institutos Nacionales de Salud y a grandes Hospitales del tercer nivel de instituciones como el IMSS el ISSSTE y otras, pero no va a ser a través de ellos que se consiga abatir los problemas que él expone como muestra del rezago, la obesidad, la diabetes. Desde luego que estas instituciones deben ser apoyadas y resguardadas, pero sin una visión clara sobre el primer y segundo nivel de atención no se podrá otorgar una asistencia adecuada ni instalar políticas preventivas fuertes que permitan abatir los defectos que menciona.
Uno de los problemas fundamentales es la formación de recursos humanos, a estas alturas no sabemos cuántos médicos se necesitan, más grave aún es que no sabemos cuál debe ser su formación, si el médico general cabe en el sistema o no cabe, cuántos especialistas se necesitarán en el futuro, cómo se podrán formar. La Secretaría de Salud en conjunto con la Secretaría de Educación, una Comisión para la formación de recursos humanos para la salud, que no ha conseguido un papel rector fundamental, pone como una muestra de déficit del sistema el escaso o nulo descenso en la mortalidad por infarto del miocardio y es una muestra de la carencia de planeación de los recursos humanos, se requieren cuatro cardiólogos intervencionistas por cada sala que se instale y éstas deben instalarse a lo largo y ancho del país de tal manera que el paciente no tarde más de dos horas antes de llegar a una de ellas una vez iniciada la sintomatología. No basta con un hospital insignia, hay que repartirlos por todo el país y dotarlos de los recursos humanos y materiales necesarios. En sus propuestas finales, quizá por un sesgo de formación y trabajo, se preocupa más por quien dirigirá las instalaciones que por las características de quienes atenderán a los pacientes.
En el prólogo, Aguilar Camín esboza la problemática de la sobrepoblación, pero después a lo largo del libro no vuelve a tratarse. Cada vez que se habla de aspectos de política poblacional, si se hace en corto, mucha gente está de acuerdo, pero si se hace amplia y abiertamente puede ser uno muy criticado. De 1970 a la fecha, hemos más que duplicado nuestra población, aunque la inercia ha disminuido, seguimos creciendo a niveles altos. Por eso nos debemos preguntar si esto será posible a largo plazo y si son válidas las explicaciones que se dan para no intervenir.
Deberíamos considerar que la población a partir de cierta escolaridad y con ciertos niveles de ingreso, ha reducido mucho su nivel de natalidad y seguramente lo seguirán haciendo, por lo que los altos índices de natalidad se dan en la población pobre y con baja escolaridad por lo que pudiera resultar más grave. A través de los embarazos en adolescentes se da 25% de los nacimientos, pocos pueden estar en desacuerdo que el embarazo adolescente hay que prevenirlo, parece que en 2017 disminuyó, pero sigue siendo muy alto. La política poblacional faltó en los análisis del libro.
¿Y ahora qué? México ante el 2018, debería ser leído por todos nosotros, pero para los que aspiran a gobernar debería ser de lectura obligatoria, para que pudieran empezar a plantearse “¿Y ahora cómo le hacemos?”.
Excelente recomendación, definitivamente algo que entra en mi lista de siguientes lecturas.
Muy impresionante espero encontrarlo y leer este libro es muy universal en todo país que se está desarrollando, muy buena recomendación Manuel
El libro sin duda se antoja como algo fundamental para quiénes deseamos estar participando, “aunque sea” haciendo bien nuestro trabajo, en la construcción de un mejor país. La crítica al capítulo respecto del sistema nacional de salud me parece podría extrapolarse a muchos otros terrenos, ya que en una amplia diversidad de profesiones el rezago educativo es palpable y siempre he dicho que fue demasiado fácil echarle la culpa de todo a los maestros a lo largo de este sexenio.
Suena bastante interesante el libro
Habrá que leerlo, pues se antoja como un libro indispensable en este año electoral, en el que definitivamente muchos estamos desalentados por el voto
Gracias