Hoy entra en vigor la “nueva” Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública. ¿Qué tiene de nuevo? y ¿en qué nos beneficia?
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Este martes entró en vigor la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, la cual es un nuevo marco normativo aplicable para los 882 sujetos obligados del ámbito federal, informó el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la información y Protección de Datos Personales (INAI).
Esta nueva Ley consta de 206 artículos y nueve artículos transitorios. Tiene por objeto proveer lo necesario, en el ámbito federal, para garantizar el derecho de acceso a la Información Pública en posesión de cualquier autoridad, entidad, órgano y organismo de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, órganos autónomos, partidos políticos, fideicomisos y fondos públicos.
Así como de cualquier persona física, moral o sindicato que reciba y ejerza recursos públicos federales o realice actos de autoridad.
¿Cómo te beneficia?
Bueno, este marco normativo define que toda la información generada, obtenida, adquirida, transformada o en posesión de los sujetos obligados en el ámbito federal, es pública y accesible a toda persona.
Asimismo, establece que el derecho humano de acceso a la información comprende solicitar, investigar, difundir, buscar y recibir información.
¿No que ya podía acceder a cierta información?
Cierto. Sin embargo, son 247 nuevas obligaciones específicas que los sujetos obligados, en el ámbito de sus atribuciones, deberán cumplir de forma adicional a las ya establecidas en la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
A la Ley se incorporó el principio de Gobierno Abierto, que significa que las Cámaras del Congreso, el Poder Ejecutivo Federal, el Poder Judicial de la Federación, los organismos constitucionalmente autónomos y demás sujetos obligados en el ámbito federal, deberán establecer políticas internas para conducirse de forma transparente.
Además, deberán generar las condiciones que permitan que permitan la participación de ciudadanos y grupos de interés; crear mecanismos para rendir cuentas de sus acciones; y promover la eficacia tanto en la organización de su trabajo como en su propio desempeño.
