El PRI está moviendo sus piezas para ganar la partida presidencial en las elecciones de 2018 y está dispuesto a sacrificar alfiles y torres fieles al partido con tal de mantenerse en el poder, destapando la posibilidad de que un externo como José Antonio Meade sea su candidato en las boletas electorales.
El miércoles 9 de agosto la Asamblea Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) movió con fuerza una pieza estratégica en su jugada de cara al 2018, retirando los candados para permitir que ciudadanos simpatizantes del partido, se perfilaran como candidatos electorales, abriendo la puerta de par en par a personalidades más allá de los militantes.
La pregunta es ¿por qué el PRI allanó el camino para que figuras como el secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, compita por la candidatura a la presidencia?
Si se es objetivo, no es tan difícil dar respuesta a esta interrogante. Podemos mencionar al menos cinco obvias razones por las que el PRI quiere a Meade en la carrera de 2018.
Encuestas preferenciales
A poco menos de un año de los comicios presidenciales, las encuestas ya tienen a sus presuntos candidatos y con base a supuestos, realizan sondeos que han dejado al PRI en tercera posición detrás del líder de Morena, Andrés Manel López Obrador y los candidatos del Partido Acción Nacional (PAN).
La encuesta realizada por Reforma en julio reveló que 8 de cada 10 mexicanos quieren un cambio de partido en el gobierno y las opciones que más les gustan son Morena y el PAN.
Esto no es un panorama muy favorable para el partido tricolor, por lo que un candidato que no sea militante podría tener mayor credibilidad que un elemento arraigado al partido y vinculado con los actos desacreditados por la sociedad mexicana.
Elecciones en Estado de México
En las elecciones para la gubernatura del Edomex, consideradas como antesala de las presidenciales, los cuestionados y polémicos resultados mostraron una entidad mexiquense dividida y que, de acuerdo a cifras oficiales dictaminadas por la entidad electoral local, sólo un 2.78% marcó la diferencia entre el PRI y Delfina Gómez de Morena.
Corrupción
