En el aniversario de la Marcha de la Lealtad, Salvador Cienfuegos aseguró que el Ejército no está distanciado del pueblo: “Somos pueblo”, exclamó.
Ciudad de México (elsemanario.com).- En un acto en que se busca conmemorar el 102 aniversario de la Marcha de la Lealtad, un evento que representa la comunión estrecha entre el presidente de la República y el Ejército, altos mando de las fuerzas armadas refrendaron su apoyo a Enrique Peña Nieto.
El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Salvador Cienfuegos Zepeda, rechazó cualquier esfuerzo por crear una división entre el pueblo y el Ejército, haciendo abierta referencia a las acusaciones al 27 Batallón apostado en Iguala, Guerrero, de participar en la desaparición de 43 normalistas. Aseguró que los militares son uno con el pueblo, y que es imposible marcar una distancia entre ambos: “¡Somos pueblo!”, exclamó.
Remarcó que la “lealtad institucional” es la principal filosofía de las fuerzas armadas, y que su obligación es la de defender a las instituciones democráticas que han sido violentadas por la ilegalidad. Pronunció como máxima “se es leal o no se es leal”, puesto que nadie puede estar por encima de la ley.
Afirmó que en las fuerzas armadas no existen ni corrientes ni ideologías que los puedan separar del honor y la lealtad. “La lealtad no es valor privativo de los soldados de México, es un valor universal, tanto de civiles como de militares. Todos los seres humanos han tenido que conocer, reconocer y abrazar sus lealtades. Algunos lo han logrado y otros han errado.”
Cienfuegos Zepeda, aseguró que esta virtud es la que configura el relato del pasado, y en ello depende la permanencia de un nombre o un evento en la historia oficial. “Por eso el gran muro de honor de la historia no distingue otra virtud. No distingue inteligentes de lerdos, ni valientes de medrosos, ni siquiera a los buenos de los perversos. Tan solo distingue a los leales de los traidores.”
De esta forma, los valores castrenses son la forma principal de relacionarse con el Estado. Declaró que “nuestro país, en su devenir histórico, ha enfrentado desafíos que han puesto a prueba la fortaleza del Estado y de la democracia, que han puesto en riesgo la soberanía y seguridad interior.” Ante cualquier amenaza a las instituciones, aseguró que el Ejército tiene la obligación de enfrentar todo reto, y su cumplir y hacer cumplir la Constitución.
Al evento asistió el recientemente designado secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade Martínez, junto con los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; de Hacienda, Luis Videgaray Caso; de la Marina Armada, Vidal Francisco Soberón Sanz; de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga; y de Educación, Emilio Chuayffet.
Ejército y golpe de Estado
En el discurso del secretario de la Defensa Nacional se muestra un olvido importante: el de la participación de oficiales y soldados del ejército federal en el golpe de Estado y su oposición manifiesta a la llegada de Madero a la presidencia. Incluso la publicación oficial de la Sedena sobre este tema, se hace mención de la sublevación que la Escuela Militar de Aspirantes de Tlalpan y los integrantes del Cuartel de Tacubaya llevaron a cabo en contra del presidente.
Como declaró el historiador Javier Garciadiego en 2009 a través de Antena Radio, la presidencia de Francisco I. Madero generaba tal desconfianza entre los actores políticos de la época, entre ellos las fuerzas castrenses, que generó su derrocamiento. “Y la democracia de Madero no venía bien. El gobierno de Madero no venía bien. Había un enorme descontento en términos políticos, sociales, diplomáticos.” Al momento de los acontecimientos de febrero de 1913, ya existían cuatro rebeliones en su contra, entre las que destacan las de los zapatistas y la de los orozquistas.
Este olvido funciona como un recurso al anuncio sobre la unidad castrense en México, ese Ejército que mencionaba Cienfuegos que no tienen ni corrientes ni ideologías. Mientras que, al mismo tiempo, aquellos inconformes con las instituciones actuales son presentados como los desleales y sin honor.
