Este lunes se reunirán de forma virtual el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, después de un mes de la primera conversación oficial cuando el mandatario estadounidense asumió su cargo, un encuentro que será fundamental de cara al futuro de la relación bilateral entre ambas naciones.
De acuerdo con el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard los temas a abordar en esta reunión bilateral serán el apoyo mutuo frente a la pandemia, migración, cambio climático y recuperación económica.
Todos son temas, a excepción del migratorio, en que ambos dirigentes tienen visiones diferentes, y en el caso mexicano hasta de retroceso con el gobierno de la llamada 4T.
Mientras AMLO critica abiertamente a las naciones que acaparan las vacunas contra el COVID-19, Estados Unidos adquiere cada vez más dosis para poder inmunizar a 300 millones de estadounidenses para finales de julio, según palabras de Biden.
Esta semana se reunieron el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau y Biden para cooperar en conjunto en medidas que ayuden a reducir los gases de efecto invernadero que estén acorde a la meta de tener cero emisiones para 2050.
En México, ese día, se aprobó en lo general la reforma eléctrica presentada por AMLO para que la CFE no esté obligada a comprar en subastas la energía que producen empresas privadas, sino que se priorice la infraestructura estatal, a pesar de las advertencias que explican que esto traería efectos negativos al medio ambiente, pues producirá energía eléctrica mediante el uso de combustóleo (altamente contaminante) y carbón, principalmente. Además, de que los compromisos del Acuerdo de París, en el que México se comprometió a elevar la generación de energías limpias, se encuentra estancado, pues se ha preferido el uso de combustibles fósiles a las energías renovables.
En temas económicos faltaría ver cómo avanza las finanzas públicas hasta el primer trimestre del año para poder hacer un análisis de hacia dónde vamos, pero es ineludible que nuestro presente económico no es el mejor.
Las consecuencias económicas pudieron haber sido peores sin la industria manufacturera y la relación comercial con Estados Unidos.
¿Qué están dispuestos a ceder ambos mandatarios?
Abordemos el tema energético que, seguramente después del tópico de la pandemia, será el más discutidos entre ambos mandatarios por sus diferencias en políticas enfocadas hacia este sentido.
AMLO ya expresó en la conferencia matutina del viernes pasado que Estados Unidos debe respetar la reformas eléctrica y que no debería entrometerse en asuntos que tengan que ver exclusivamente con México. Biden, lógicamente, tratará de persuadir a AMLO en su búsqueda de que pueda matizar un poco esta Reforma con el objetivo de que afecte lo menos posible al ambiente y al negocio de empresas estadounidenses en México del sector energético, porque esa fue una de sus promesas de campaña de mayor peso, el cambio climático.
El gobierno de México, por su parte, sigue empecinado en una economía enfocada en la quema de combustibles fósiles como vía para sacar a la gente de la pobreza, además de que su campaña está enfocada en un mensaje nacionalista que acompaña con sus políticas.
Estamos en épocas electorales, las más grandes de la historia de nuestro país, y si hay un rubro en donde el gobierno ha sido fuertemente criticado es por la incertidumbre en la vacunación debido a que las entregas de dosis han sido muy inconsistentes y afectaron al proceso.
Si hay algo que hoy le sobra a Estados Unidos son vacunas contra el COVID-19, de acuerdo con Proceso en una conversación entre ambos mandatarios, AMLO le solicitó a Biden ayuda en este tema, pero el demócrata dio una respuesta negativa.
No sonaría descabellado llegar a un acuerdo entre estas dos necesidades de ambos gobiernos, recordemos que, cuando AMLO visitó a Trump en Estados Unidos en medio de la campaña electoral, el exgobernador priista de Chihuahua César Duarte fue detenido en Florida, en ocasiones así funciona la política.
Atacar el tráfico de armas para atender las causas migratorias
Uno de los temas fundamentales podría ser el de atención de causas de migración, una de las razones por las que mexicanos emigran a Estados Unidos, más allá de las precariedades económicas, es la alta violencia producida por el crimen organizado.
Ese crimen organizado que se abastece de armamento gracias al tráfico que hay en la frontera norte, podrían priorizar este rubro y, aprovechando que los demócratas cuentan con la mayoría en ambas Cámaras del Congreso, generar cambios sustanciales que colaborarían con el ataque al crimen organizado y la atención al tema migratorio.
Esto favorecería a México y Biden sacaría una importante victoria en la opinión pública, ya que gran parte de los estadounidenses, incluyendo sectores de conservadores, están de acuerdo con restricciones al acceso de armas, además de ser un tema ampliamente discutido en la unión americana.
De aprobarse una restricción de acceso y portación de armas, ayudaría a disminuir el trafico que viene de el país vecino a nuestra nación y que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, fueron más de 2,5 millones de armas de fuego las que entraron a México en la última década.
La recuperación económica, una posición nada favorable para México
En el tema de la recuperación económica, México no está en la mejor posición posible, el arrastre de dos años en decrecimiento con respecto al PIB, millones de desempleos y cada vez más personas entran a la pobreza.
En este sentido el gobierno de México deberá ceder más, ya que la relación comercial con Estados Unidos es vital en términos económicos, desarrollo y avances tecnológicos para nuestro país, no se puede prescindir tan fácil de ella en tiempos tan difíciles.
El presidente deberá dejar de lado sus diferencias con el sector privado y trasnacionales para poder mantener una estabilidad económica y que México pueda seguir generando fuentes de empleos, especialmente a aquellos que lo perdieron durante la pandemia.
Tampoco puede dejar pasar las señales que está recibiendo, una de ellas podría ser la salida de JP Morgan del país, el banco de inversión estadounidense cerrará sus oficinas en México.
Se especula que la decisión se deba a las limitantes que el gobierno ha interpuesto a la inversión privada y las alarmas que se encienden a causa de políticas públicas, como por ejemplo la iniciativa de querer prohibir la subcontratación.
AMLO, en diversas oportunidades, no le ha prestado atención al PIB, si bien especula todos los años cuanto cree que crecerá el país, no es un dato al que le ponga especial énfasis, debido a que, según él, no mide ni el bienestar ni la felicidad.
En este rubro, México deberá ceder más ante las exigencias estadounidenses para poder salvaguardar la estabilidad económica, aún así el gobierno puede interferir para evitar que se cometan abusos contra los trabajadores.
Esto lo deberá hacer sustentado en pruebas y no como un ataque ideológico para mostrarse como autoridad moral ante la población.
¿Cómo afectará la relación en el futuro?
Un punto para tener en consideración es que, el mandato de ambos presidentes terminará en 2024 así que las decisiones de ambos afectarán en los gobiernos de sus predecesores, en caso de que Biden no busque la reelección.
Ambos tienen la oportunidad de salir favorecidos de este encuentro y mejorar la posición de sus gobiernos ante la opinión pública, y dejar varios acuerdos a largo plazo que beneficien a ambas naciones en esta compleja relación.
Lo que sí es cierto es que esta reunión será el punto de partido de cuatro años fundamentales y dictaminará la dinámica del futuro de la relación más importante de América.