Emigrar para huir de la violencia multidimensional (conflictos sociopolíticos, crisis económica y efectos adversos del cambio climático) es una tragedia que hoy comparten más de 258 millones de personas. De ellos, 150.3 millones son migrantes económicos, muchos sin visas o permisos para trabajar en el país anfitrión.
En una fase de su éxodo hacia países relativamente prósperos y estables, esos nómadas son botín de complejas redes trasnacionales que han prosperado bajo las políticas antiinmigrantes. Si bien es un reto identificarlos y estimar sus ganancias, hoy nos aproximamos a ese tema.
La trata de personas es el tercer negocio criminal más lucrativo, precedido por el narcotráfico y el tráfico de armas, dice la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Muchas de esas víctimas son migrantes irregulares. Sólo en Europa, ese delito generaría rentas por 3 mil millones de dólares y superaría los 150 mil millones de dólares en el mundo.
La mafia transfronteriza explota la mano de obra de 21 millones de personas (la población de Suecia y Grecia). Delincuentes de todos niveles socio-económicos viven del trabajo doméstico y la mendicidad infantil. Más de 4.5 millones de personas son explotadas sexualmente, indica Naciones Unidas.
“La prosperidad de esa industria depende de la existencia de personas que pierdan su libertad”, citaba la BBC el 25 de junio. Y ése es el objetivo de las firmas que manejan los centros privados de detención, beneficiarias de las políticas antiinmigrantes de Donald John Trump. Miles de niños, separados de sus padres por ingresar irregularmente a Estados Unidos, son retenidos ahí por semanas.
Sin saberlo, en 2017 los contribuyentes estadounidenses aportaron 958 millones de dólares que el Departamento de Salud y Servicios Sociales destinó a las firmas Geo Group y CoreCivic. Ambas controlan el 65 por ciento de las camas de esos centros.
El 25 por ciento de ingresos de CoreCivic (unos 444.1 millones de dólares) provienen de contratos con ICE e igual que el 19 por ciento de ingresos de Geo Group (unos 429 millones de dólares), y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) pagaba 3 mil millones de dólares a varias empresas por confinar a extranjeros, explica el Proyecto de Transparencia de Centros de Detención (CAP, en inglés).
La xenofobia también reporta ganancias a los gigantes tecnológicos Microsoft, Google, Salesforce y Amazon, entre otros. Ellos vigilan y rastrean en tiempo real para detener y deportar a las personas, indican los grupos National Immigration Project e Immigrant Defense Project.
También en la Unión Europea (UE) firmas de seguridad y armamento como G4S, con más de 600,000 empleados, levantan vallas de púas y vigilan fronteras bajo contrato. Sin embargo, los desesperados migrantes evaden esos obstáculos y anulan el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) español.
Tras pagar 900 dólares, más de un millón de personas (de Senegal, Guinea, Nigeria y Libia) han cruzado el Mediterráneo Central. Según Europol, sólo en 2014 los contrabandistas habrían recibido no menos de 5,700 millones de euros.
En los últimos años, Turquía ha recibido a unas 750,664 personas y en 2016 pactó con Bruselas una ayuda de 6,000 millones de euros. Sin embargo, hasta este otoño Ankara sólo recibía 908 millones de euros.
En cambio, las firmas subrogadas ganan por alimentar, cobijar, alojar a esos solicitantes de asilo o residencia y transportarlos a los tribunales donde se decide su futuro. El agua que beben los refugiados detenidos en Budapest y las chamarras de inmigrantes sirios en Grecia “son fuentes de ingresos de las mafias”, alerta la Dirección de Investigación Antimafia de Italia.
Más de 4,500 migrantes han sido confinados en un edificio que rebasa los 100 años en Viena. Sus condiciones son “infrahumanas”, denuncia el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados. En cambio, la sucursal de Western Union en Atenas recibe suculentas comisiones por los envíos de remesas.
Y mientras la organización pro-inmigrante por Causa denuncia la “industria del control migratorio” en España y critica el enorme costo y blindaje fronterizo, sin compadecerse de la tragedia, los hoteles de países mediterráneos cobran caro sus servicios.
“Estoy ganando bastante dinero”, admitía un comerciante en Lampedusa que cambió su negocio de artesanías por el de alimentos para inmigrantes. Otros, florecen con la venta de tarjetas para hacer llamadas a larga distancia, a teléfonos móviles, ropa de invierno, medicinas para la gripe o la diarrea.
Son los engranajes invisibles del jugoso sector que explota la inmigración indocumentada que surge desde El Salvador, Senegal, Libia hacia Turquía y Grecia, explica Claire Rodier en su estudio “El negocio de la Xenofobia”.
Mientras más clandestino y prohibitivo sea el paso de personas a través de las fronteras, más beneficios recibirán las empresas contratadas por los gobiernos y las mafias de la explotación humana.
Tal parece que la humanidad va en decadencia, la sobrepoblación nos esta arrinconando y uno de los mas grandes patrimonios del hombre como lo es la “organización social” esta en crisis en la mayoría de los países; yo defino que la riqueza o pobreza de un país depende totalmente del nivel de organización social que se tenga; hay muchos países incluso México con riquezas naturales y con un clima demasiado favorable, pero con una pobre organización social que estas poblaciones están sumidas en la pobreza; en contraste hay otros países con climas muy desfavorable pero su organización social es muy alta y por ende son los países de primer mundo.
Si se tiene una mediocre organización social, tendremos poca cultura, poca generación de empleos y por consiguiente miseria, pobreza extrema que empuja las migraciones hacia a otros países con mejor organización social; que se puede hacer……?
En mi opinión, estamos entrampados en unos tiempos modernos que no dan esperanza de una salida; las economías nos impiden detener todo lo que nos afecta como humanidad, las políticas mundiales no están siendo lidereadas por lideres genuinos, es mas fácil que haya guerras que acuerdos que nos lleven a cuidar el único planeta que hasta la fecha tenemos conocimiento que alberga vida; tal parece que estamos condenados a la autodestrucción; ya tenemos todo el conocimiento y las tecnologías suficientes para enderezar el rumbo, con lo que contamos como humanidad, ya no debería de existir el hambre, la contaminación, la miseria, la sobrepoblación, las guerras, las armas, ni la migración; pero las industrias nos tienen secuestrados y no tenemos una posible salida; la natural soberbia del hombre y su saciedad de poder y egoísmo nos encaminaran a un tercera guerra mundial; esta será ocasionada por disputas de los recursos naturales que cada vez serán mas escasos, la contaminación poco a poco como un cáncer nos esta matando, la guerra iniciara con estas migraciones y seguirá por la obtención de los recursos vitales como el agua limpia y el aire respirable; estas migraciones si no somos capaces de detenerlas generando condiciones de autosuficiencia, serán el umbral de la decadencia como civilización de estos tiempos; y lamentablemente con la capacidad de destrucción que ahora se cuenta quien sabe si surjan otras.
Es enriquecedor su comentario, Antonio Trejo. Efectivamente, para que exista una sociedad organizada es necesario el conocimiento y su libre difusión; ese debiera ser nuestro objetivo. Agradezco su lectura.
La existencia de esos países y el maltrato a sus ciudadanos cuestiona toda la organización politica de este mundo. Conceptos como patria, estado, soberanía, derechos humanos, democracia en realidad pierden o han perdido todo su valor. Ya no sabemos exactamente que aporta la ONU al bienestar y seguridad de los habitantes de este maltratada TIERRA
Es atinado su comentario, Julio Ioseph; hay una crisis de principios y de valores. En medio de ello, son muy cuestionados los organismos internacionales. Gracias por su atenta lectura.