La vida en nuestro país parece haber perdido su valor los últimos 20 años, de acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en México han sido víctimas de homicidio doloso y feminicidio 176 mil 891 personas de 2015 a 2020,
Previo al inicio del sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el Plan Nacional de Paz y Seguridad con el que proponía pacificar al país enfocándose en ocho ejes fundamentales.
Si bien es cierto hasta 2018 se vivió un aumento exponencial en las cifras de homicidio doloso y feminicidio, estas no han decrecido de forma sostenida en los últimos dos años, entre 2019 y 2020 hay en promedio cerca de 3 mil víctimas de estos delitos por mes.
En entrevista para El Semanario, Paul Frissard, quien es Coordinador de investigación y políticas públicas en México Unido Contra la Delincuencia (MUCD), comenta que las cifras de estos delitos se han estancado en los niveles más altos en los últimos 40 años de la historia en México.
¨Es cierto que esas cifras no aumentan a las velocidades en las que estaban hasta 2018, tuvimos un aumento de las cifras exponencial, desde mediados de 2018 se están estancando en los niveles más altos, al menos, en los últimos 30 o 40 años de la historia mexicana¨, explicó Paul.
Aumento en la militarización sin resultados positivos
En el octavo eje presentado en el Plan Nacional de Paz y Seguridad, se plantea la ¨Seguridad pública, seguridad nacional y paz¨ y en ese punto se detalla un subtema ¨Repensar la seguridad nacional y reorientar a las Fuerzas Armadas¨.
El documento apunta que las Fuerzas Armadas deberán de participar en la ¨construcción de la paz por medio de un papel protagónico en la formación, estructuración y capacitación de la Guardia Nacional¨.
Pero este objetivo está muy lejos de alcanzarse, de hecho, se ha vuelto contraproducente ya que esto ha dado pie a que se militarice más el país y se le otorgue facultades a las Fuerzas Armadas que están en contra de su doctrina militar.
¨No ha habido una reorientación de las fuerzas armadas en materia de seguridad pública, de lo contrario ha habido un incremento del despliegue territorial de las fuerzas armadas, de su participación en tareas de seguridad pública ¨, argumentó Paul.
Desde la declaración de guerra al crimen organizado por parte del presidente Felipe Calderón, la presencia de los militares, en lugar de disminuir, ha aumentado y esta facultad de inferir en la seguridad pública contrasta con la vinculación que tiene un militar con la población.
¨En esta propuesta de reorientar las fuerzas armadas porque tenemos que decirle desde el ´Calderonato´ ha aumentado el despliegue territorial de las fuerzas armadas … todo eso no ha disminuido en la administración actual, de lo contrario ha aumentado ¨, sostuvo el politólogo.
Esta militarización del país es contraproducente en sectores donde se vive al margen del Estado, ya que, su única relación directa con este viene dada por la injerencia violenta de los militares, lo que produce desconfianza a estas fuerzas del Estado.
Los feminicidios, un país inconsistente en su tipificación
En las cifras de víctimas de fuero común no existía el feminicidio, fue hasta 2014 que este delito fue anexado al Código Penal Federal y empezamos a conocer los alarmantes números de feminicidios que ocurren en el país.
Entre 2015 y 2020 hubo 4 mil 688 mujeres víctimas de feminicidio de acuerdo con las cifras oficiales, lo que significa que en promedio asesinan en México a más de 780 mujeres por año.
A pesar de que en el Código Penal Federal está bastante claro los criterios para identificar un delito como feminicidio, en la práctica existe una inconsistencia por parte del sistema jurídico en México al momento de tipificar los feminicidios.
Paul expone que, aunque en la en la legislación los criterios estén bastante claros, en la realidad existe mucha dificultad por parte del Ministerio Público en la interpretación de estos.
¨En MUCD, analizamos los homicidios dolosos y feminicidios en conjunto porque vemos una diferencia muy grande entre estados para tipificar y después clasificar estos delitos¨, explica Paul.
El politólogo da un ejemplo de estas diferencias diciendo que se puede tener un asesinato de mujer con exactamente las mismas características en dos estados diferentes, y en cada uno se tipifica de forma diferente.
Paul resalta la importancia de un trabajo profundo en perspectiva de género a los operadores del sistema de justicia y que esto exista en los procesos de investigación para no caer en la revictimización que busca culpar a la víctima por haber sido víctima.
¨No solamente tiene que ver el hecho de tipificar adecuadamente el delito o no, tiene que ver más con que durante todo el proceso haya esta perspectiva de género que incluya procesos de no revictimizacion¨
Sin entender el problema no podremos avanzar
El problema de la violencia, no sólo en México, sino en diferentes latitudes no depende de una sola variable, es, de hecho, multifactorial. Entendiendo esto podremos abrir el panorama para identificar porqué se produce violencia en determinados sectores.
¨Uno de los factores que apuntan los estudiosos de la criminología sobre qué son las dinámicas que desatan la violencia sí reconocen una participación de la marginación de las personas en condiciones laborales, marginación en desarrollo social¨, explica el miembro de MUCD.
Apunta, en este sentido, a los niveles de participación de los actores públicos del país y cómo sus enfoques del problema afectan en atacar lo profundo del mismo.
¨En la narrativa de los gobiernos existe el discurso de que la violencia en México es asunto, principalmente, de bandas o grupos criminales que se enfrentan entre sí¨, dijo.
Esta narrativa por parte de los gobiernos se vuelve cómoda porque intentan eximirse de sus responsabilidades como autoridad en este ámbito la cual es prevenir la violencia y transfieren la responsabilidad, desde una visión maniquea, a unas personas que pertenecen al mal
El politólogo señala la importancia de abordar la problemática desde el punto de vista local y no general, porque los contextos en cada zona del país son muy diferentes
¨Estas dinámicas tienen que ser entendidas desde un punto de vista súper local, puede que un contexto en la región de la montaña de guerrero sea muy distinto de lo que está pasando en el Bajío, sí necesitamos plantear, terminar de entender mucho mejor que es lo que está pasando en cada contexto especifico¨, expuso.
La famosa cifra negra, las víctimas que no son cifras oficiales
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) realizada por el Inegi, la cifra negra se estimó en 93,2% lo que significa que sólo al 6,8% de los delitos del fuero común reportados se les inició una carpeta de investigación
Lo preocupante en este dato es que la tendencia, de 2015 a la fecha, se mantiene por encima del 92%, lo que nos pone a analizar el contexto en que nos encontramos donde existe una desconfianza de la población hacia las instituciones encargadas de procurar justicia.
¨Las cifras oficiales son el conteo de las investigaciones iniciadas en agencias del Ministerio Público, que quiere decir esto, que si no hay investigación por parte del MP simplemente no aparece la cifra¨
Esto complica enormemente la labor para identificar sí hubo o no una disminución en la incidencia delictiva o simplemente disminuyó la denuncia del delito, pero este sigue ocurriendo.
De acuerdo con México Evalúa el 63,2% de las víctimas en todo el país en 2019, aseguraron no haber hecho sus respectivas denuncias por causas atribuibles a las autoridades de justicia donde destaca ¨la pérdida de tiempo¨
No podríamos ver mejorías en las estadísticas de delitos de fuero común en nuestro país hasta cuando no se regrese esa confianza desde las autoridades hacia la población que los haga sentirse seguros y atendidos.