Este viernes el presidente de Rusia, Vladimir Putin firmó una extensión de cinco años del Tratado de Reducción de Armas Estratégica (START, por sus siglas en inglés), situación que tranquiliza las tensiones que tenía el gobierno ruso con la administración de Trump.
El tratado, que expiraba el 5 de febrero, será ¨sin condiciones previas, adición alguna o apéndices¨ según informó el gobierno ruso, quienes dieron a conocer la intención de amabas naciones de renovarlo el pasado miércoles.
¨La renovación del Tratado responde a los intereses nacionales de la Federación de Rusia, permite mantener la transparencia y la previsibilidad de las relaciones estratégicas entre Rusia y los Estados Unidos y respaldar la estabilidad estratégica global¨, expresa el Kremlin en un comunicado publicado la noche del viernes.
En el mismo documento, el Kremlin informó que el número de armas ofensivas a disposición por cada nación no debe exceder de 700 misiles balísticos intercontinentales, misiles balísticos lanzados desde submarino, entre otros.
La historia del START, un tratado que puso ¨fin¨ a la Guerra Fría
Es importante recordar que la primera versión de este tratado (INF) lo propuso el gobierno de Ronald Reagan, el expresidente estadounidense llegó a un acuerdo con el líder soviético Mijaíl Gorbachov y se dio inicio al ¨desarme nuclear¨ y que parecía poner fin a la Guerra Fría.
Posteriormente, el tratado recibió su legitimidad al ser firmado durante la presidencia de George W.H Bush en 1991, cinco meses antes del anuncio de la disolución de la Unión Soviética.
Este mismo no entró en vigor sino hasta 1994, pero al vencerse en 2010, ambas naciones retomaron la iniciativa de firmar el acuerdo nuevamente para extenderlo por 10 años.
Fue firmado por el expresidente demócrata Barack Obama y el expresidente ruso Dimitri Medvédev, el Tratado entró en vigor el 5 de febrero de 2011 y establecía una opción de prórroga de cinco años, que es la que se terminó de firmar esta semana.
Primera victoria internacional para Biden
El Tratado vivió su punto más álgido hace dos años, cuando en febrero de 2019, tanto Trump como Putin expresaron que sus respectivas naciones se salían del START.
Tras varias diferencias entre los mandatarios, la intención de Trump y de Putin era salirse cuando venciera el 5 de febrero, lo que abría la posibilidad de un nuevo rearme.
De no haber llegado a un acuerdo hubiese implicado una situación de incertidumbre entorno a la seguridad mundial, ya que, de acuerdo con Arms Control Association, Estados Unidos y Rusia se reparten el 90% de las armas nucleares en el mundo.
De esta forma Biden logra su primera victoria en el plano internacional, al estabilizar un poco las tensiones que había con Moscú durante el gobierno de Trump, y dicta el camino de su intención de devolver el respeto a Estados Unidos.